QUENTIN WINISDOERFFER tiene 26 años, es licenciado en Matemáticas e Informática y tiene una maestría en Economía para el Desarrollo. Cuando empezó a plantearse embarcar en la oportunidad de formar parte del voluntariado europeo, a su currículum académico sumaba su experiencia trabajando en algunas pequeñas ONG del ámbito humanitario y de cooperación, pero que no le daban la estabilidad laboral deseable. Tras unos meses en paro y ganas de avanzar profesionalmente en el sector, fue cuando este joven francés descubrió este programa europeo. Una oportunidad que, según él, encontró “por casualidad” y que no quiso dejar escapar.