En septiembre de 2018, CLARA TENA fue una de las jóvenes que se embarcó en una experiencia vital y profesional que ha marcado su vida y la de muchos jóvenes europeos. Ella fue una de las 15 voluntarias y voluntarios que se integraron en distintos equipos de profesionales humanitarios que Acción contra el Hambre tiene desplegados en distintos países como Colombia, Georgia o Guatemala.
La candidatura
Este programa, conocido como EU Aid Volunteers, reúne a voluntarios y organizaciones de diferentes países, brindando apoyo práctico a proyectos de ayuda humanitaria y contribuyendo a fortalecer la capacidad local y la resiliencia de las comunidades afectadas por desastres. Dicho de otro modo, es la fórmula ideal para aunar juventud, solidaridad, formación y acción humanitaria, fortaleciendo al sector humanitario.
Clara estudió Relaciones Internacionales y tienen una Maestría en Desarrollo. Su currículum académico da pistas del interés que siempre tuvo hacia el ámbito humanitario y de la cooperación. Cuenta que, previamente había participado en otros voluntariados, sin embargo, de su paso por EU Aid Volunteers destaca que las vacantes que se ofrecen “son profesionalizadas y para postular tienes que tener cierta experiencia y especialización”, unos requisitos que marcan la diferencia respecto a otros voluntariados más habituales que gozan “de buenas intenciones” pero, dice, “carecen de este aspecto más profesional”.
Su voluntariado
En su caso, Clara viajó a Colombia, donde vivió los doce meses que duró su estadía. Sin embargo, no le dio tiempo a empaquetar su equipaje de vuelta porque, a tan solo diez días de finalizar su participación como voluntaria,
“Este programa es el complemento perfecto para los esfuerzos que realizamos en Acción contra el Hambre para la formación y la atracción de talento”, apunta Leonor Calvo, directora de Formación y Relaciones Académicas de Acción contra el Hambre. “De los 15 voluntarios y voluntarias con los que contamos en 2018 y que finalizaron sus respectivas misiones, hemos conseguido que, gracias a su formación y su esfuerzo, pero también a nuestro acompañamiento con un plan de formación adaptado y la puesta en marcha de un programa de mentoring, el 80% de ellos hayan sido identificados como talento y el 30% estén hoy ya trabajando con nosotros en puestos tanto en sede como en terreno”.
Un puente laboral
Y un ejemplo evidente de lo que contábamos antes es la propia Clara, que en la actualidad se dedica al monitoreo, evaluación, rendición de cuentas y aprendizaje de los proyectos en Colombia. “Se trata de un puesto bastante innovador en el ámbito de la Cooperación, de hecho, en Acción contra el Hambre lo implementamos con mi incorporación a la plantilla”, explica la joven, que, al mismo tiempo trata de traducir a un lenguaje más coloquial, la misión de su puesto. “Me encargo del seguimiento de los proyectos, es decir, analizo cómo está funcionando, si se están cumpliendo las metas y los objetivos esperados, etc. También está en mi mano poner en marcha ejercicios con los equipos para extraer en conjunto las experiencias que encontramos, realzar las buenas prácticas...” Dicho de otro modo, su cometido consiste en asegurar que los proyectos humanitarios que se desarrollan para mejorar la vida de la gente, funcionen de principio a fin. Con su ayuda, Acción contra el Hambre puede mejorar sus proyectos y ayudar a más gente y de manera eficaz, para poner fin al hambre lo antes posible.
“Recomiendo a todos los niveles probar la oportunidad de formar parte de este programa. A nivel personal es una experiencia maravillosa, pero también te lleva a oportunidades laborales muy buenas porque te llevas un valor agregado para entrar en el mercado laboral”, anima la joven. Y es que habla con conocimiento de causa: el voluntariado europeo fue su puerta de entrada para dedicarse al sector humanitario.
