Cuando el calor o el frío aprietan es el momento de aplicarse en el ahorro energético, pues se producen las puntas de consumo.

Con el cambio climático, los expertos auguran que las puntas de calor o de frío extremos serán más frecuentes en el futuro. Es en estas olas de calor o gotas frías cuando se producen los mayores picos de consumo energético, lo que dispara la demanda y el precio del kWh. Por lo tanto, de cara al futuro podemos concluir que estos picos serán más frecuentes y en consecuencia el precio de la energía sufrirá más subidones.

¿Cómo contrarrestarlos? Tal vez no podamos incidir sobre el precio, pero sí podemos hacerlo en lo que refiere a la contención del consumo en el salón con una serie de estrategias básicas para que el monto mensual de la factura no sea tan gravoso. A continuación, te ofrecemos diez para tu salón, aunque algunos pueden ser aplicados en otras estancias o en toda la casa.


1.El aire acondicionado nunca por debajo de los 23ºC y la calefacción nunca por encima de los 22ºC.

No es necesario remitirse a los anuncios que hacía Vicente del Bosque; basta con hacer un cálculo lógico: si en invierno a esa temperatura y abrigados nos sentimos confortables, ¿por qué en verano, que llevamos menos ropa, nos parece alta? En verano lo recomendado son entre 24 y 26ºC, suficiente para estar bien sin pasar frío y, si con 26ºC estás bien, no lo bajes a 23ºC.

Si lo que buscamos es confort máximo a cualquier precio, podemos subirla tanto como queramos e ir quitándonos ropa a medida que tengamos calor. Si queremos ahorro energético, lo lógico es abrigarnos y limitar el nivel de calor interno en casa. En invierno 22ºC son más que razonables para no pasar frío. Y como antes, si a 20ºC estás bien no lo subas a 22ºC.



El aire acondicionado no debe estar por debajo de los 24 grados


2.Ayudarnos de ventiladores si la estancia es grande

Del mismo modo, una bomba de calor de potencia doméstica en un comedor grande no podrá hacer llegar el calor a todos los rincones y tendrá que trabajar de más para mantener el punto de temperatura programada, ya que se producirán corrientes de convección desde las zonas menos refrigeradas. El uso de un ventilador puede ayudar a difundir mejor el aire frío, o caliente en invierno, por toda la estancia.


3.Controla la presión del agua

El control de la presión del circuito desde la caldera es fundamental para saber si tenemos pérdidas de agua por alguna junta o por los tapones de los radiadores, lo que facilita la entrada de aire y la caída drástica en la eficiencia. Es decir, un subidón del consumo.



Comprobación de radiador


4.Revisa la caldera de gas una vez al año

Es importante que tengas un servicio de mantenimiento que te haga una revisión anual, ya no solo por la seguridad de que no vaya a pasar nada, si no por el ahorro energético. Si la caldera no está bien ajustada o el quemador está sucio necesitará más gas para calentar lo mismo, con el consiguiente despilfarro económico y aumento de contaminación (sin tener en cuenta gases peligrosos como el monóxido de carbono).


5.Usa un termostato y a poder ser programable

Aunque ya suelen quedar pocas, aún hay instalaciones de calderas sin termostato. Es básico instalar uno ya que se encargará de controlar la caldera para que no caliente de más cuando ya hemos llegado a la temperatura deseada. Sin el termostato podemos estar calentando de más sin darnos cuenta y tener que estar regulando a mano.

Pero además hay modelos programables que permiten controlar distintas temperaturas a lo largo del día y de la semana. Podemos establecer una temperatura de 18ºC para dormir y 22ºC en las horas en las que estaremos activos en casa, o bajar la temperatura cuando nos vayamos al trabajo si no queda nadie en casa. Incluso hay modelos que se pueden ajustar desde el móvil para hacer cambios si vamos a ir más tarde a casa.



Termoestato


6.Cambia tu caldera de gas por una de condensación

La tecnología avanza en todos los campos y también en el de las calderas de gas. Si tienes una caldera antigua y, sobre todo si tienes pensado cambiarla, es recomendable que pases a una de condensación ya que pueden ahorrar hasta un 30% de energía.


7.Programar bien los acumuladores

Si tienes acumuladores de tarifa nocturna eléctricos revisa, una vez al año, que el reloj está en hora y estén programados para que funcionen dentro del horario valle.

Si están bien programados son uno de los sistemas más confortables, seguros y económicos para calentar (tampoco emiten gases contaminantes). Pero si se va la luz o cortamos, y no nos acordamos de poner el reloj en hora de nuevo, es posible que estemos consumiendo en horas punta, que resultarán más del doble de caras.


8.Usar regletas de enchufes con interruptor para evitar el stand by

Finalmente, no conviene olvidar el otro sumidero de energía del salón: los stands by de los distintos aparatos, desde televisores a ordenadores, radios, router, etc. Conviene apagarlos al irnos a dormir o marcharnos de vacaciones o fin de semana, pues su consumo puede alcanzar el 20% del total. Una forma de acordarse es usando regletas de enchufes que lleven interruptor, de modo que pulsándolo desconectemos todos estos electrodomésticos de la red eléctrica.



Regleta de enchufes


9.Ventilar cuando el clima sea más propicio

En verano es recomendable ventilar muy de madrugada o al anochecer, cuando el calor no aprieta tanto; en invierno hacerlo cuando el sol está alto y nos calienta la casa. Se trata en verano de evitar que entre el calor y, por contra, de que se fugue en invierno.

Recuerda también cerrar puertas y ventanas, que es una obviedad, pero siempre está el clásico despistado en la familia que se las deja… Respecto a las puertas, la compartimentación rigurosa de las estancias es la mejor forma de aislamiento térmico. Una puerta innecesariamente abierta en las puntas de calor o frío puede suponer una importante alteración del clima del salón.


10.Optar por usar la bomba de calor

La bomba de calor es el sistema convencional más eficiente para calentarse que puede instalarse ya que, a día de hoy, aportan 4 veces más calor (frío en verano) que la energía que consumen.

Es mucho más económico que el gas y sobre todo mucho más barato que los radiadores o pequeñas estufitas eléctricas. Pero no solo eso, es además mucho más ecológico y seguro, ya que no emite ningún tipo de gas contaminante y absorbe el calor del exterior del inmueble para introducirlo en el interior. Es decir, ayuda a no calentar el planeta, ya que en lugar de generar calor lo cambia de sitio.

También tiene la ventaja de ser muy rápido, por lo que al llegar a casa lo podemos poner en marcha y tenerla caliente en unos minutos, sin necesidad de dejar la calefacción encendida durante el día.

Es muy habitual que las bombas de calor estén mal instaladas, junto al techo. Esta posición es correcta para aire acondicionado, ya que el aire frio baja por sí mismo, pero no es adecuada para bomba de calor, puesto que el caliente sube por sí mismo y necesitamos poner el ventilador de la bomba fuerte para que baje hasta los pies. Si tienes que comprarte una bomba de calor con intención de usarla como calefacción, es preferible que escojas un modelo que vaya a nivel del suelo (como los radiadores de agua), que echarán el calor por los pies, con una ventilación mucho más suave y será mucho más confortable. Si vas a usarla tanto para calefacción como aire acondicionado es preferible que la pongas también en el suelo.





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Asesoramiento experto

Este reportaje ha sido asesorado por Koldo Muruzabal, director de Marketing de Residencial y Negocios de Endesa.