Diez tips sencillos y lógicos para que en la habitación el gasto no se nos dispare.
La habitación es, por lo general, una estancia de la casa que no debería presentar gran gasto energético, por la sencilla razón de que no suele contener demasiados electrodomésticos conectados, y aunque pasamos un tercio o más de nuestra vida en ella, lo hacemos a oscuras y sin hacer uso de ellos. De todos modos, si no sabemos moderar la temperatura la factura mensual puede depararnos algún que otro disgusto.
1.Adecuar la ropa de cama a cada estación
En verano, dormir ligeros de sábanas, con ropas además vaporosas y que no dificulten la circulación de la sangre, que ayuda a mantener estable la temperatura corporal; en invierno, al contrario, deberemos abrigarnos, pero no demasiado, de modo que no sudemos entre mantas y terminemos destapados. Si no cumplimos con estos propósitos terminaremos subiendo la temperatura del climatizador o la calefacción, con el consiguiente aumento de gasto.
Debemos, adicionalmente, comprar un edredón adecuado al clima donde habitemos. Esto quiere decir que si el clima es templado mediterráneo no deberá ser demasiado grueso, porque terminaremos destapados y con la calefacción alta. Si el clima es frío y continental, un edredón demasiado ligero nos llevará a las mismas conclusiones.
2.Regular la temperatura ambiental
Esto es mantener en invierno la habitación en la línea de los 20ºC -o incluso algo menos- y cubrirnos bien con el edredón y un buen camisón o pijama. En verano, en cambio, dejaremos la temperatura justo sobre los 25ºC y dormiremos con poca ropa de cama. Aprovecharemos la función temporizadora del aire acondicionado para que se apague al cabo de una o dos horas si tenemos unidad en la habitación, de modo que no esté funcionando toda la noche. La razón es que en cuanto nos dormimos nuestra temperatura corporal desciende y toleramos mejor el calor.
3.Ventilar cuando la temperatura acompañe
En verano hay que evitar la entrada de calor en la estancia, por lo que su ventilación con aire del exterior, algo que siempre se recomienda, debe hacerse en las horas más frescas. Esto es al alba o bien un par de horas antes de acostarnos.
Al contrario, en los momentos más fríos del año interesa que la habitación no pierda demasiado calor, por lo que se recomienda abrir ventanas y balcones solo cuando la temperatura exterior esté en sus máximos, como por ejemplo a media tarde al volver del trabajo.
4.Tener la ventana o el balcón bien cerrados, tanto si el calor como el frío aprietan
Pero si estamos en medio de sendas olas de calor o de frío, la recomendación es, además de las anteriores -si la temperatura es extrema incluso puede ser recomendable evitar la ventilación exterior-, no dejar ni la ventana ni el balcón abierto demasiado tiempo para aumentar el efecto aislante de la casa y no romper la inercia térmica de la bomba de calor o el radiador.
5.Caliéntate con la luz del sol
Si en invierno da el sol en la habitación asegúrate de levantar bien la persiana y permitir que entre la luz del sol todo lo posible, te ayudará a calentar la habituación de forma gratuita y ecológica.
En verano debes procurar bloquear esa luz del sol para que no se caliente la estancia, o bien bajando la persiana o colocando cortinas tupidas.
6.Limpiar los filtros del aire si tenemos una unidad en la habitación
También debemos dedicarle cuidados a la bomba de calor y aire acondicionado y al menos dos veces al año limpiaremos sus filtros para eliminar el polvo, que hace que trabaje con ineficiencia.
Si es un tipo “split”, un aparato en la estancia, los filtros están en el mismo aparato; si es una instalación por conductos, sólo vemos una rejilla, los filtros están en la máquina central, normalmente sobre un falso techo en un baño o en algún otro lugar de la vivienda.
7.Revisar el aire en los radiadores de agua
Del mismo modo, de cara al invierno, prestaremos especial atención al purgado del radiador de agua, de forma que no quede aire en su interior, ya que este es un pésimo conductor de calor y resta una enorme cantidad de eficiencia a nuestra caldera, lo que disparará el gasto. Si oyes ruidos en las tuberías cuando pones la calefacción ese es un claro síntoma de aire en la instalación.
También puedes pedir que te instalen un purgador en la zona más alta de la instalación, ya sea manual (lo tendrás que purgar un par de veces al año) o automático (no te tienes que preocupar).
8.Instala válvulas termostáticas en los radiadores de agua
Los radiadores suelen tener una válvula que permiten que abras o cierres el paso del agua, haciendo que calienten más o menos.
Sin embargo, hay ocasiones que la necesidad cambia a lo largo del día, por ejemplo, si durante la mañana da el sol y durante la tarde no, por la mañana nos sobrará calor y por la tarde nos faltará. Tampoco hay la misma necesidad en una sala que da al norte que una que da al sur.
Puedes cambiar esa válvula tradicional por una válvula termostática que se encargará de abrir y cerrar automáticamente para mantener la temperatura que le indiques, con el consiguiente ahorro de energía.
9.Instalar potenciómetros en lugar de interruptores
Es una obra más sencilla de lo que parece, aunque es recomendable que la realice un profesional, o al menos alguien con cierta experiencia en instalaciones eléctricas. El potenciómetro nos permitirá modular el nivel de intensidad de la luz general de la habitación, de modo que no la gastemos innecesariamente cuando estamos simplemente leyendo en la cama o viendo una película en el ordenador pero no queremos estar a oscuras.
Pero cuidado, no todas las bombillas son compatibles. Tienes que elegir bombillas led que soporten regulación, de lo contrario se estropearán enseguida.
10.Usar lámparas de mesilla de noche
Son ideales porque además de consistir en una sola bombilla, permiten enfocar exclusivamente la actividad que estemos realizando obviando el resto de la estancia, que permanecerá a oscuras con el subsiguiente ahorro.
Asesoramiento experto
Este reportaje ha sido asesorado por Koldo Muruzabal, director de Marketing de Residencial y Negocios de Endesa.