Tigre

El tigre, en situación crítica: el 97% ha sido exterminado en solo un siglo

Imagen: © Shutterstock / PhotocechCZ / WWF

Los guardaparques se han convertido en una pieza indispensable para garantizar la supervivencia de muchas de las especies animales en peligro de extinción, sobre todo cuando la caza furtiva es su principal amenaza. Singye Wangmo es guardaparques en una de las zonas protegidas de Bután y trabaja para combatir la caza ilegal del tigre.

Imagen: © Simon Rawles / WWF-UK

Singye y sus compañeros no solo corren peligro al enfrentarse a los furtivos, sino también al adentrarse en los densos bosques de montaña, donde las inundaciones en época de monzón y los corrimientos de tierra son habituales. Su labor es fundamental para preservar una población de tigres cada vez más diezmada.

Imagen: © Simon Rawles / WWF-UK

Al ser humano le ha bastado un siglo para exterminar al 97% de los tigres del mundo. De las nueve subespecies que existían, solo quedan seis, pues el tigre balinés, el del Caspio y el de Java ya han desaparecido para siempre de nuestro planeta.

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De los tigres que aún quedan en el mundo, la mayor parte de ellos han sido criados y viven en cautividad, incapaces de sobrevivir en la naturaleza, y los pocos que quedan en libertad están amenazados por el tráfico ilegal de especies, el mayor peligro que pone contra las cuerdas al felino más grande del mundo.

Imagen: © naturepl.com / Edwin Giesbers / WWF
El indispensable trabajo de los guardaparques

Las cifras son alarmantes: en los últimos 15 años se han matado al menos 1.755 tigres, sobre todo en Laos, Vietnam y Tailandia. Los cazadores furtivos los persiguen y dan caza para nutrir un mercado negro que trafica con su piel, utilizada como alfombras u otros objetos de decoración, pero también con sus huesos, de los que se elaboran medicinas supuestamente milagrosas, y con sus colmillos y garras, normalmente vendidos como amuletos.

Imagen: © Jamie Cotten / IFAW / WWF-US

Todo ello para alimentar una demanda centrada principalmente en varios países asiáticos. En el bosque, son los guardaparques los que protegen la vida de cada uno de estos tigres. Por eso es tan importante apoyar su trabajo con fondos y tecnologías que faciliten su tarea.

Imagen: © Souvik Kundu / WWF

Para ello, la organización medioambiental WWF colabora para profesionalizar a los guardianes de los tigres, pues nadie conoce mejor que ellos el terreno que vigilan.

En Bután, a Singye y sus compañeros se les instruye para perfeccionar las técnicas de seguimiento de huellas y rastros de los felinos, a emplear y mantener las cámaras trampa que ayudan a rastrearla presencia de los animales y a detectar y denunciar a los furtivos que los ponen en peligro.

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“Los tigres son especialmente elusivos y no entran en contacto con los humanos. Siento una gran emoción cuando encuentro una marca o algún arañazo que evidencie su presencia, y sobre todo cuando obtenemos alguna imagen de ellos en las cámaras trampa. Esas fotos de tigres en libertad me dan la mayor satisfacción posible”, asegura Singye.

Imagen: Alain Compost / WWF

Bután es un buen ejemplo del trabajo bien hecho. El que es considerado el último reino del Himalaya es el más pequeño de los 13 países donde aún existen tigres en libertad y en el último censo se contabilizaron 103. Los grandes felinos butaneses se mueven desde los bosques subtropicales del sur hasta las altas montañas del norte, donde sus huellas se cruzan con las del misterioso leopardo de las nieves.

Imagen: © Staffan Widstrand / WWF
Esfuerzos que dan resultados

Por primera vez, y gracias a la implicación internacional, la población mundial de tigres salvajes está aumentando. Las cifras han subido de 3.200 a 3.890 en menos de una década. Esto supone una gran esperanza para su supervivencia.

Imagen: © Sanskar Khedekar

En 2010 fuimos testigos de un verdadero punto de inflexión determinante para la conservación de la especie. La alarma de su eminente desaparición hizo que dirigentes de los 13 países en los que aún se pueden encontrar en libertad se reunieran en Rusia. Allí, y tal y como había pedido WWF, se fijó la ambiciosa meta de doblar su población para el año 2022, que coincide con el año del tigre en China.

Imagen: © naturepl.com / Edwin Giesbers / WWF

Para conseguir este objetivo no solo se lucha contra su caza furtiva, sino que también se trabaja para la conservación del hábitat de los tigres, mejorando las condiciones de sus espacios para que pueda moverse por territorios conectados, reproducirse en libertad y convivir con los humanos sin que se generen conflictos.

Imagen: WWF-Indonesia / Osmantri

También WWF sabe que es fundamental trabajar junto a los gobiernos de las zonas afectadas para conseguir que la conservación del tigre se convierta en un objetivo prioritario, a la vez que se denuncia y se persigue la caza furtiva.

Imagen: © Theo Allofs / WWF-US

Lo que se evidencia es que la conservación de tigre es una responsabilidad compartida y cuando se unen los esfuerzos se obtienen buenos resultados. Nepal es un gran ejemplo de lucha por la recuperación de esta especie.

Imagen: © David Lawson / WWF-UK

Este país está en vías de convertirse en el primer estado del mundo en duplicar su población de tigres silvestres. Según los resultados del censo más reciente del país, actualmente se estima que existen unos 235 tigres silvestres, casi el doble de los que se contabilizaron en 2009. Esta cifra se debe en gran parte al esfuerzo de WWF y otras entidades para salvar al gran felino de la extinción.

Imagen: © Saipul SIAGIAN / WWF-Indonesia
El mayor felino del planeta, cerca de la extinción
Imagen: WWF