Conseguir un consumo ajustado en un vehículo híbrido no es cuestión de magia: es pura tecnología al servicio de la eficiencia. Más allá de los consejos genéricos de pisar suavemente el acelerador, evitar el freno y anticiparse a la circulación, hay una serie de elementos de última hornada que cuanto mejor se conocen, más aportan.
Por definición, un motor eléctrico al que se le altera la polaridad con la que funcionan sus dos elementos principales (rotor o parte móvil; estator, la parte fija), pasa de consumir electricidad a generarla. El magnetismo sale en ayuda del conductor en el cien por cien de los coches eléctricos que se comercializan, y los mismos motores que apoyan al de combustión, o que impulsan por sí mismos al vehículo (siempre, en el caso de los eléctricos puros y de autonomía extendida), se convierten en generadores de corriente solo con dejar de acelerar o acariciar el freno. La primera parte del recorrido del pedal de freno sólo actúa incrementado la tensión generada por el motor eléctrico a la batería, incrementando la resistencia y cargando la batería con energía fresca de vuelta; solo al final, se activa el sistema hidráulico. Así que ¡electrofrenar, es igual a recargar!
La tecnología, aunada a un trabajo aerodinámico muy cuidado, ha logrado que las cifras de consumo del Niro se sitúen por debajo de los 4 litros por 100 km.
Un automóvil cuya masa supera fácilmente la tonelada larga adquiere una inercia enorme cuando se encuentra en movimiento. Puede que no lo recuerdes, pero en el bachillerato seguro que estudiaste que la energía cinética de un móvil se incrementaba al cuadrado de la velocidad: E=0,5 multiplicado por la masa, por la velocidad al cuadrado. Todo este rollo no tiene que ponerte en los apuros de un examen, pero viene muy a cuento cuando sin acelerar un vehículo avanza metros y metros sin necesidad de aplicarle nueva energía. En términos coloquiales, esto se denomina circular a vela, y es más efectivo cuanto menos rozamiento resta esa energía de partida.
Frente a largos repechos, los vehículos híbridos consiguen dar soporte al motor de combustión de manera que éste no tenga que ir trabajando a destajo: aún a altas velocidades, el motor eléctrico añade potencia para no depender sólo de un alto régimen de giro y un consecuente alto consumo de combustible.
Esta tecnología, unida a un trabajo aerodinámico muy cuidado, una superficie frontal y la altura libre moderada aún para tratarse de un crossover, han conseguido recientemente poner un Récord Guinnes en los primeros meses de vida del Niro. El pasado mes de noviembre una unidad de estricta serie recorrió los Estados Unidos de extremo a extremo con un consumo medio de 3,07 l. a los cien. 6.000 kilómetros desde Los Ángeles a Nueva York, el equivalente a ir de Madrid a Varsovia, ida y vuelta, con cuatro tanques de gasolina: 186 litros para recorrerse medio mundo.
Una legislación cada vez más restrictiva y una concienciación medioambiental más implantada en la sociedad actual son los dos principales factores para entender el progresivo abandono de los motores diésel en favor de las variantes híbridas: gasolina más eléctrico.
Leer másEl sistema híbrido de 141 CV de potencia y consumo combinado de 3,8 l/100 km se combina con un cambio automático de doble embrague que favorece una conducción más ágil y unas baterías de litio que no restan espacio interior.
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