Por Patricia Urquiola
Al tiempo que un usuario da el paso de adquirir un vehículo eléctrico, se le plantea otra realidad a la que nunca se ha enfrentado: y ahora ¿cómo cargo yo mi nuevo coche? ¿Encontraré dónde hacerlo en la calle? ¿Me dejará la comunidad de vecinos instalar un punto de carga en mi plaza de garaje? ¿A quién acudo para que me lo instale en mi vivienda unifamiliar? Y ¿qué tarifa tendré que pagar? Estas son algunas de las muchas preguntas que asaltan a quien se anima a hacerse con un coche eléctrico por primera vez. Continúa leyendo para encontrar las respuestas que necesitas.
En principio, existen dos opciones principales:
La manera de proceder dependerá de si vives en un piso o en una vivienda unifamiliar, pero para ambos casos, el primer requisito fundamental es que el cliente disponga de un punto de suministro donde quieras instalar el punto de recarga.
Bastará elegir dónde quieres el punto de carga y que el instalador lleve el cableado hasta ese emplazamiento. Pero antes es necesario realizar un estudio completo para encontrar la mejor ubicación y determinar por dónde pasará la canalización que conectará el cuadro eléctrico con el cargador, así como la calidad de la futura carga.
Lo primero que debes saber en este caso es que una modificación de la Ley de Propiedad Horizontal realizada en 2009 te permite instalar un punto de carga en tu plaza con el único trámite previo de informar por escrito al presidente de la comunidad de vecinos o al administrador de la finca. Una vez comunicado esto, debes escoger el esquema de instalación en función de las posibilidades de potencia y de acceso al contador de la vivienda. Las opciones más comunes son:
En el origen de la instalación se coloca un contador para todos los coches eléctricos de la comunidad.
Esta es la casuística más común. En este caso, se utiliza el contador ya existente de la vivienda. Es importante conocer el grado de electrificación de tu hogar, pues estamos ampliando la instalación que usábamos hasta ahora. Por lo general NO es necesario ampliar la potencia contratada en la vivienda, porque para el consumo medio que se realiza con el vehículo eléctrico cada día, es suficiente con la potencia contratada que tiene el cliente, contando con que las recargas normalmente se realizan en el periodo nocturno, que es cuando el consumo de la vivienda es menor.
En este caso se debe instalar un nuevo suministro y un nuevo contador. Esta casuística se da en aquellos casos en los que el cliente no tiene un punto de suministro en el edificio donde se va a realizar la instalación. Por ejemplo: un plaza de garaje en alquiler en un edificio distinto, o una plaza en régimen de concesión.
Endesa ofrece una solución integral estandarizada en la que el cliente puede obtener información clara sobre el coste del equipo e instalación del equipo de recarga, para no llevarse sorpresas con costes adicionales.
El coste de la inversión en un wallbox suele partir desde los 1.000 euros y en muchas ocasiones está subvencionado durante la propia compra del vehículo. El coste de la instalación puede variar en función de los metros de instalación desde la plaza de garaje al cuadro de contadores, además de posibles trabajos extra necesarios para realizar la instalación, como por ejemplo bajadas de planta o trabajos de albañilería. Los últimos planes de ayudas estatales han vinculado la instalación del punto de recarga a la adquisición del coche eléctrico. Además, algunos fabricantes vinculan la compra de un modelo eléctrico de su gama a la instalación del punto de recarga y al consumo de electricidad, dentro de un contrato integral.
En principio, no será necesario. Sin embargo, debes tener presente la potencia que tengas contratada porque, con el coche eléctrico, estás añadiendo un aparato más que demanda energía al mismo tiempo que la nevera, el horno, el microondas y otros electrodomésticos de la casa. Pero si cargas por la noche, lo habitual es que no tengas problemas.
Todo dependerá de la tarifa contratada. De todas formas, la tendencia del mercado eléctrico apunta a dos posibilidades principales:
Comprenden un periodo único y ofrecen una potencia inferior a 10 kilovatios (kW). Todo el consumo se factura al mismo precio.
Cuentan con una potencia inferior a 10 kW y una discriminación horaria en tres periodos, a saber:
Desde las 13.00 hasta las 23.00 horas. En esta franja, los kilovatios/hora (kWh) se pagan a un precio más alto.
Desde las 23.00 horas hasta la 1.00 y desde las 7.00 hasta las 13.00 horas. En este periodo el consumo es más asequible.
Entre las 1.00 y las 7.00 horas. Es la franja es que se paga más barato el kWh y, en consecuencia, la mejor para cargar tu coche eléctrico.
Endesa, por ejemplo, tiene una tarifa especial para vehículos eléctricos que te permite cargar sin coste entre 1 y 7 de la mañana (podrás hacer unos 10.000 km al año/250kWh por factura bimestral) y además con energía renovable certificada 100%.
Si haces uso de un punto de recarga público, las tarifas y/o condiciones serán las fijadas por el proveedor de la instalación. Los hay gratuitos, para clientes de centros comerciales u hoteles -en los que el servicio se considera una deferencia del establecimiento-, y de pago, que requieren por lo general darse de alta en una plataforma y se pueden localizar y reservar vía app.
Aunque tienes más información a este respecto en otro apartado de este mismo especial, debes saber que la carga de un vehículo eléctrico varía en función de tres factores: la capacidad de la batería, la potencia a la que puede cargarse esta y la potencia del punto de recarga. Si el coche y la instalación tienen potencias diferentes, la carga se realizará a la menor de las dos. Cuando hablamos de recarga en la vivienda particular, el tiempo de carga oscila entre las 4 y 8 horas, según la potencia de carga a la que se fije el cargador, el tiempo que su propietario suele estar descansando. Algunos puntos de recarga en la vía pública son cargadores rápidos que permiten realizar una recarga completa en media hora aproximadamente.
¿Por qué es importante tener un punto de recarga en casa?
Es preferible optar por el modo 3 (instalación de equipo con conector SAEJ/Mennekes) porque dispone de los sistemas de seguridad necesarios, es decir, es más seguro para el vehículo eléctrico realizar las recargas con un equipo de recarga con conector SAE J1772 o Mennekes que con una toma de corriente doméstica. Los dispositivos de control y protecciones ya se encuentran dentro del propio punto de recarga.
Una toma de corriente doméstica lo más habitual es que sea de 10A (2,3 kW). Con esta intensidad se realizaría una recarga completa para, por ejemplo, una batería de 40 kWh de capacidad (nuevo Nissan Leaf) en 17 horas. Sin embargo, con un equipo de recarga los tiempos se reducen a 8 horas (4,7 kW) y 4 horas (7,4 kW). Teniendo en cuenta que las baterías cada vez tienen mayor capacidad, es recomendable recargar con un equipo de recarga para conseguir tiempos más reducidos.
Un equipo de recarga lleva una aplicación móvil que le otorga unas funcionalidades para que el cliente pueda gestionar sus recargas. Entre estas funcionalidades está la programación de las recargas para poder realizarlas en las horas donde la tarifa de energía es más económica y la modificación de la potencia de las recargas en función de la que se tenga disponible en la vivienda. Adicionalmente, podrá realizar un seguimiento de las recargas mediante el histórico de las mismas.
