Así se convirtió una mina de carbón en el lago más grande de España

La mayor restauración ambiental

Cuando se habla de restauración ambiental pocos ejemplos hay tan emblemáticos como el de As Pontes, en A Coruña, pues la que fue en su día la mayor explotación a cielo abierto de la península ibérica es hoy un enorme enclave natural de gran riqueza ecológica. 2.400 hectáreas fueron rehabilitadas para que entre su lago y sus bosques flora y fauna encontraran un nuevo espacio que colonizar.

El antes y el después de As Pontes

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El pasado minero de As Pontes

En 1972, cuando el complejo minero-eléctrico de As Pontes se integró en la Empresa Nacional de Electricidad S. A. (ENDESA) con el fin de abordar con garantías una nueva etapa económica, comenzaron los trabajos de extracción de lignito, un tipo de carbón, que se mantuvieron en activo hasta 2007.

Primero, en 1973, la primera fase del proyecto de explotación estimaba unos 6 millones de toneladas de carbón al año, algo que se dobló en una segunda fase hasta alcanzar los 12 millones en 1974, solo un año después. Una cifra que garantizaba a la central térmica de As Pontes una producción energética de 1.400 MW.

Sin embargo, en 1995, la entrada en vigor de una nueva directiva con límites de emisiones atmosféricas más estrictos hizo necesaria una reforma de la central y a consumir una mezcla al 50% en energía de lignito local y carbón de importación de bajo contenido en azufre, lo que hizo que la mina volviera a su producción de 6 millones de toneladas anuales.

Unos años después, la aplicación de la Directiva 2001/80/CE que limitaba drásticamente las emisiones atmosféricas a partir del 1 de enero de 2008 hizo que la central térmica consumiera únicamente carbón de importación, por lo que a finales de 2007 la mina de As Pontes finalizó toda actividad de extracción de lignito.

Una referencia en restauración ambiental

El sistema de explotación llevado a cabo en As Pontes fue el denominado minería de transferencia, es decir, un método en el que explotación y restauración conviven al mismo tiempo de manera que los trabajos de rehabilitación comienzan mucho antes del cierre de la mina. Así, en 1985 ya se diseñó un programa de restauración dirigido a la escombrera exterior para crear una cubierta vegetal estable y la progresiva restauración del paisaje.

En 2008, poco tiempo después de finalizar los trabajos de extracción, comenzó a llevarse a cabo la inundación controlada del hueco minero, un proceso que perduró hasta 2012 y que dio lugar a uno de los mayores lagos artificiales de Europa con 547 hm3 de volumen y 865 hectáreas de lámina de agua.

La inundación del hueco y la creación del lago, teniendo en cuenta sus enormes dimensiones y el régimen pluviométrico de la zona, fue la mejor medida que se pudo llevar a cabo dado que la inundación se produciría en cualquier caso. Haciéndolo de manera controlada, empleando una alta proporción de aguas naturales y controlando los posibles niveles de acidez, se pudo crear un lago que superó todas las expectativas tanto en calidad química como en capacidad de integración en el entorno natural.

En la superficie, el proceso comenzó por el modelado de la morfología adaptándola al terreno natural. Se modificaron las características físico-químicas de los sustratos y se recuperó la tierra vegetal. El proceso de reforestación se dividiría en diferentes cubiertas, con una primera en la que se inició con el sembrado de herbáceas, una segunda con matorral y una tercera con la plantación de arbolado.

También, para potenciar y facilitar la biodiversidad del espacio restaurado, además de las praderas, zonas de matorral y bosques generados durante el proceso de recuperación se construyeron varias charcas que facilitaron la implantación de especies lacustres. Tras la creación de este nuevo entorno natural y la recuperación ambiental de los terrenos la instalación minera se clausuró definitivamente en 2016.

1.150

Hectáreas revegetadas

600.000

Nuevos árboles plantados

217

Especies vegetales

205

Especies de animales vertebrados

Un nuevo paraje natural

Nada tiene que ver el entorno que hasta hace poco ocupaba la mina de As Pontes. Gracias a su restauración ENDESA ha creado el mayor lago de España, donde la riqueza vegetal y faunística se aprecia en el alto número de especies diferentes que habitan los humedales, sus riberas y las zonas revegetadas, donde flora y fauna acuáticas se han implantado de forma natural gracias a su perfecta integración en el entorno. Donde antes había un gran hueco ahora hay un enorme lago donde se practican deportes náuticos y donde no faltan las zonas de recreo, de baño e incluso una playa.

El entorno boscoso es ahora un paraje natural de gran riqueza biológica, con 1.150 hectáreas revegetadas y 600.000 nuevos árboles plantados, un terreno colonizado por flora y fauna autóctonas donde se han contabilizado 217 especies vegetales y 205 especies de animales vertebrados que han hecho de este lugar su nuevo hogar. Un minucioso proyecto de restauración que le ha valido premios y reconocimientos nacionales e internacionales.