Líbano atraviesa actualmente la crisis económica más grave de su historia. La libra libanesa ha perdido más del 90% de su valor en un año, lo que ha dado lugar a una inflación del 120%. El país sufre el impacto continuo de la guerra en Siria, la pandemia de la COVID, y las consecuencias desastrosas de la explosión del puerto de Beirut.
La situación de las personas en Líbano empeora día a día. Los precios de los alimentos han aumentado y las familias se encuentran ante la imposibilidad de adquirir o acceder a bienes básicos y a servicios, incluidos alimentos, salud, educación, electricidad, agua y artículos de higiene. Familias enteras luchan por su supervivencia mientras enfrentan el estrés mental de la incertidumbre y la falta de esperanza en un futuro mejor.
Frente a los desafíos colosales, la persistente inacción política y la ausencia de un gobierno plenamente operativo amenazan con empeorar una situación socioeconómica ya gravemente deteriorada, y con hacer añicos una frágil paz social.