¿Se puede terminar un año y empezar el nuevo en algún lugar mejor que en el paraíso? Pues eso es Asturias, el paraíso natural donde los paisajes y sus gentes, la gastronomía y su asombrosa variedad dan pie a infinitas propuestas, como estas diez que te recomendamos para escaparte este fin de año.

1. La belleza siempre es romántica

Quién dijo París pudiéndote ir a pasar la Nochevieja en plan romántico a Asturias. Te recomendamos hacer la ruta de los Lagos de Somiedo, para acabar 2017 con una vista panorámica espectacular. Partiendo del Alto de la Farrapona, al descender disfrutaréis de la increíble vista de la parte alta del Valle de Saliencia, llegando al lago de La Cueva, seguido de la laguna de la Mina y de la pradera y el lago de Cerveriz y el Lago del Valle, el más profundo de la región, aunque también está el lago la Calabazosa o lago Negro. Contemplaréis también la Vega de Camayor, con pequeñas lagunas y la Llomba de Camayor, desde donde vemos las crestas de Peña Llana, Cebolléu y Picos Albos. También disfrutarás contemplando los teitos, construcciones típicas de Somiedo cuyo elemento más singular es su cubierta, realizada a base de elementos vegetales.

2. Naturaleza apabullante

Los paisajes asturianos son espectaculares, desde la costa hasta sus valles, como el del Río Monasterio, que cruza el alto del Parque Natural de Redes, 38.000 hectáreas de Reserva de la Biosfera de la Unesco desde 2001. Te vas a hartar de hacer fotos para rellenar el álbum de 2018 de todos sus contrastes y paisajes diferentes, desde arboledas de hayas y robles, hasta formaciones de origen glaciar, como morrenas o circos; pasando por formas kársticas en cuevas, desfiladeros de roca caliza y amplios campos de pasto y montes. Si te gusta el senderismo, los valles del río Alba o de los Arrudos son tu destino, pero si te atreves a escalar, busca las cumbres del Retriñón, la Peña'l Vientu, Cantu l'Osu, el Tiatordos y la Rapainal, la máxima altitud del parque con 2.002 m. Y lo mejor de todo es que podrás acceder a todos estos paisajes cómodamente desde la capital, ya que las comunicaciones son muy buenas.

3. ¡Este año sí que lo consigues!

¿Sabes eso que te propusiste el día 1 de enero y 364 días más tarde aún no has logrado? Bien, el 31 en Asturias es tu momento. ¿No querías hacer deporte? Pues donde mejor que en el paraíso natural, en concreto del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, todo un reto porque comprende un territorio de montaña con relieve de pronunciados contrastes, del que se alza, cerca del límite con tierras leonesas, el macizo de Peña Ubiña, la segunda montaña más alta de la región tras los Picos de Europa, con altitudes superiores a los 2.400 metros. Ubicado en el sector más meridional y central de Asturias, integra los terrenos de los concejos de Lena, Quirós y Teverga. ¡Al bajar hay premio!

4. El capricho de la gastronomía

Es verdad que como en España no se come en ningún sitio, pero lo de Asturias ya es otro nivel. Desde lo más típico, como la fabada o la carne roxa (ternera), hasta las reinterpretaciones creativas de los magníficos cachopos (ojo con las cantidades, algunos son tamaño rueda, para compartir). Y siempre hay que dejar hueco para los quesos, absolutos manjares. Regálate una vista a alguna quesería para degustar un tres leches de Peñamellera. También puedes optar por un queso de Pría, ahumado o no, un riquísimo queso a la sidra, un queso de Varé, de los más afamados de Asturias, el Alfuega’l Pitu de vaca o el de Oscos. Y, por descontado, regado con sidra, mucha sidra natural escanciada (esta, al contrario que la espumosa, no contine azúcares). ¡Pídeles que te enseñen!

5. Asturias, patria querida

Sí, vas a acabar cantándolo bien entrada ya la madrugada de Año Nuevo, y lo estás deseando. No en vano los asturianos han logrado que asociemos el ambiente festivo con su himno, ¿cómo mejor vas a celebrar el fiestón del año? Pues viviéndolo de una forma alternativa al cotillón de toda la vida, en una espicha con los oriundos, que son la amabilidad en persona. A buen seguro harás migas con ellos y te invitarám al típico culín de sidra, a sus tapas para empapar... y te plantearás quedarte a vivir definitivamente, ¡y que le den al cruel mundo real!

6. Aún quedan pueblos medievales

El paisaje de ensueño astur ha sido plató cinematográfico de diversas producciones, recuerda de alguna manera al Medievo, de donde quedan abundantes vestigios, como el Bandujo o Banduxu en Proaza, en pleno corazón de los Valles del Trubia, que fue un punto clave en la comunicación de Asturias con la Meseta durante la Edad Media. De aquella etapa épica se conserva la Torre medieval de Proaza, el Palacio de los González Tuñón, la Casa del Oso… Además, el río Trubia y los verdes y frondosos paisajes de Proaza hacen que sea la meca de senderistas y cicloturistas que recorren la Senda del Oso, uno de los itinerarios verdes y ecológicos más destacados de España, con otro referente como el Desfiladero de Peñas Juntas.

7. A la caza del enmascarado

La región asturiana es de las que más tradición conserva en toda la península de máscaras ancestrales y sorprendentes. Y los enmascarados se escudan en las navidades para salir de sus casas, pero tú tienes que ir a descubrirlos, como quien busca a Wally en la viñeta, por todo el mapa astur. En estas fechas, destacan las de San Juan de Beleño, pero durante el año se celebran las de San Martín del Valledor (Allande) o Tormaleo (Ibias).

8. De molino en molino

En Asturias el agua corre a raudales y hay molinos por todos lados, por los ríos, por las presas y hasta cerca del mar, para sacarle partido a las mareas. Hay tantos que puedes hacer varias rutas, a poca distancia de Oviedo, y existe también el museo de Los Molinos de Mazonovo.

9. La ruta de los Belenes

Es Navidad, te guste o no te guste. Así que lo mejor es la inmersión de cabeza en el ambiente navideño y dejarse llevar por las costumbres. Te sorprenderá ver la variedad de tipos de Belén que los asturianos son capaces de montar con sus propias manos, o con sus propios cuerpos, y los lugares tan insospechados donde se les ha ocurrido ponerlos. Quizá eso sea lo más interesante, encontrarlos al pie de la montaña, en un acantilado, en el entorno de una ría… O en el casco antiguo de Oviedo, Gijón, Avilés, Colunga, Cudillero, El Franco, Llanes, Parres, Siero, Valdés, Villaviciosa o Covadonga, por ponerte ejemplos de localidades donde suelen ser preciosos.

10. Fin de año jacobeo

Y ya que estamos en materia devota y espiritual, lo mismo no te atreves a hacerte el Camino de Santiago entero en pleno diciembre, pero sí que puedes realizar algún tramo desde Asturias para fin de año, sin deslomarte demasiado, y apoyándote con la sidra y las buenas viandas de la tierra, unas patatas y escalopines al cabrales, que repones energías en una sentada. Con sus dos caminos (El de la Costa y El Primitivo) y conexiones entre ellos, el Principado de Asturias demuestra que todos los caminos llevan a Santiago.