El viaje del medicamento: cómo llegar a cada casa de Liberia

Las campañas de administración masiva de fármacos necesitan de una cadena compuesta por voluntarios para concienciar y frenar la situación de riesgo
Por Andrea Menéndez Faya | 25·enero·2024

Mercy Pewee tiene 27 años y vive en Suakoko, una ciudad a tres horas en coche de Monrovia, la capital de Liberia. Aunque no está casada, es madre de dos hijos de seis y nueve años y está embarazada. Vive con su familia y desde hace dos años vende huevos de gallina en el mercado de la localidad. Cada cartón contiene 30 unidades y los vende a 12.000 dólares liberianos, unos 4.85 euros al cambio.

Mercy Pewee tiene 27 años y vive en Suakoko, una ciudad a tres horas en coche de Monrovia, la capital de Liberia. Aunque no está casada, es madre de dos hijos de seis y nueve años y está embarazada. Vive con su familia y desde hace dos años vende huevos de gallina en el mercado de la localidad. Cada cartón contiene 30 unidades y los vende a 12.000 dólares liberianos, unos 4,85 euros al cambio.

Hace un año, en enero de 2023, Mercy acudió por primera vez al hospital desde que en 2014 empezara a sentir cómo le ardía la pierna, sin entender ni saber por qué está enferma, ni por qué su pierna derecha no volverá a ser la de antes. En ese momento fue diagnosticada de filariasis linfática, y junto a las medicinas para la enfermedad le dieron un kit de limpieza y cuidado para la herida. Esto último es fundamental para la evolución de su pierna.

Mercy, al igual que muchos enfermos de filariasis linfática, había recurrido a remedios caseros populares, en concreto al chalk, una arcilla comestible muy popular en áfrica del oeste. El uso del chalk es una práctica extendida, vinculada a la religión, que puede ser muy nociva para la salud y que aplicada en heridas abiertas se convierte en un caldo de cultivo para bacterias de todo tipo. Nowai Karkula, Supervisora del Servicio de Salud a la Comunidad, le insiste en que siga una higiene correcta, que sea un ejemplo para su familia y, sobre todo, para sus hijos y se aleje de esas prácticas que ponen en riesgo su salud. Además, le habla de la campaña de prevención de filariasis que se está desarrollando en el condado.

Mercy, al igual que muchos enfermos de filariasis linfática, había recurrido a remedios caseros populares, en concreto al chalk, una arcilla comestible muy popular en áfrica del oeste. El uso del chalk es una práctica extendida, vinculada a la religión, que puede ser muy nociva para la salud y que aplicada en heridas abiertas se convierte en un caldo de cultivo para bacterias de todo tipo. Nowai Karkula, Supervisora del Servicio de Salud a la Comunidad, le insiste en que siga una higiene correcta, que sea un ejemplo para su familia y, sobre todo, para sus hijos y se aleje de esas prácticas que ponen en riesgo su salud. Además, le habla de la campaña de prevención de filariasis que se está desarrollando en el condado.

Una campaña que no deja atrás a nadie

Para esta campaña de prevención se necesita una planificación exhaustiva que tiene como eje la administración masiva de medicamentos a toda una población, o a todas las personas de una zona geográfica, estén o no infectadas. Es la única forma de controlar y eliminar las enfermedades tropicales desatendidas, garantizando que las personas afectadas reciban tratamiento y, que las que no, estén protegidas de futuras infecciones.

Para esta campaña de prevención se necesita una planificación exhaustiva que tiene como eje la administración masiva de medicamentos a toda una población, o a todas las personas de una zona geográfica, estén o no infectadas. Es la única forma de controlar y eliminar las enfermedades tropicales desatendidas, garantizando que las personas afectadas reciban tratamiento y, que las que no, estén protegidas de futuras infecciones.

El primer paso es identificar las zonas donde se necesita la actuación inmediata mediante estudios cartográficos. Una vez en el terreno, los agentes comunitarios conciencian a la población sobre la enfermedad y el proceso de tratamiento. Esto se lleva a cabo con ayuda de reuniones comunitarias en iglesias o escuelas locales donde se establecen funciones y responsabilidades a cada miembro de la comunidad —con especial relevancia para los voluntarios locales— que saben cómo afectan las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) a sus vidas y entienden las costumbres de su comunidad. Ellos serán los encargados de informar a sus vecinos y también de distribuir el medicamento, una solución sostenible y a largo plazo.

Es entonces cuando se lleva a cabo el envío de los tratamientos a las comunidades, donados por empresas farmacéuticas como Pfizer, Merck & co, GlaxoSmithKline, Merck Serono y Johnson & Johnson. Una vez las comunidades en las que se va a actuar reciben los medicamentos, se distribuyen en un punto central —como una escuela— aunque los voluntarios también realizan la labor de ir puerta por por puerta asegurándose de que llegan a cada ciudadano, una tarea en la que a menudo caminan varios kilómetros al día y con la que se realiza un registro de tratamientos administrados, por lo que si algún ciudadano no es localizado en primera instancia, se le realizarán visitas de seguimiento, protegiendo así incluso a las poblaciones rurales de difícil acceso.

Es entonces cuando se lleva a cabo el envío de los tratamientos a las comunidades, donados por empresas farmacéuticas como Pfizer, Merck & co, GlaxoSmithKline, Merck Serono y Johnson & Johnson. Una vez las comunidades en las que se va a actuar reciben los medicamentos, se distribuyen en un punto central —como una escuela— aunque los voluntarios también realizan la labor de ir puerta por por puerta asegurándose de que llegan a cada ciudadano, una tarea en la que a menudo caminan varios kilómetros al día y con la que se realiza un registro de tratamientos administrados, por lo que si algún ciudadano no es localizado en primera instancia, se le realizarán visitas de seguimiento, protegiendo así incluso a las poblaciones rurales de difícil acceso.

Estos datos registrados se recogen una vez finalizada la campaña de administración masiva de medicamentos para ser analizados por el Ministerio de Sanidad local, así como por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dando paso a un mapa en el que se permite evaluar la cobertura de la campaña y concretar los pasos siguientes, hasta que la OMS determine que la zona está libre de enfermedad.

El viaje del medicamento

El viaje de los medicamentos utilizados en las campañas de administración masiva es largo. En primera instancia, el medicamento es solicitado por la OMS y donado por las empresas farmacéuticas, y llega al Ministerio de Salud para el Programa de Enfermedades Tropicales Desatendidas del país, en este caso Liberia. Allí, según el registro realizado en cada condado, se derivan las dosis necesarias para la población objetivo de la campaña. Una vez recibidas en la zona, el farmacéutico del condado, junto al voluntario focal de ETD, distribuye el medicamento al centro de salud, y llegado el caso, a los voluntarios que irán casa por casa asegurando el éxito de la campaña.

El viaje de los medicamentos utilizados en las campañas de administración masiva es largo. En primera instancia, el medicamento es solicitado por la OMS y donado por las empresas farmacéuticas, y llega al Ministerio de Salud para el Programa de Enfermedades Tropicales Desatendidas del país, en este caso Liberia. Allí, según el registro realizado en cada condado, se derivan las dosis necesarias para la población objetivo de la campaña. Una vez recibidas en la zona, el farmacéutico del condado, junto al voluntario focal de ETD, distribuye el medicamento al centro de salud, y llegado el caso, a los voluntarios que irán casa por casa asegurando el éxito de la campaña. en algo muy difícil para la población, por eso hay que concienciar y alentar”.

Estas solicitudes realizadas por cada condado tienen también dos vías de procesamiento: si están dentro de la entrega trimestral de medicamentos, se reparten de forma directa. Si no están en el periodo de distribución trimestral, el programa de enfermedades tropicales desatendidas, con el apoyo de sus socios —como es el caso de Fundación Anesvad—, entrega los medicamentos a los condados que lo solicitan. Para ello, la figura de los voluntarios tiene un papel esencial.

La administración masiva de medicamentos comienza con la captación de este personal y su formación, que incluye la capacitación de supervisores nacionales y personas focales, encargadas de concienciar a la población en los condados en cuestiones como la promoción de la salud, salud comunitaria, o seguimiento y evaluación de los enfermos, además de la formación realizada con personal a nivel de distrito —funcionarios de vigilancia o salud—, y también de los establecimientos de salud —farmacéuticos y centros de salud— que participarán en la campaña.

La administración masiva de medicamentos comienza con la captación de este personal y su formación, que incluye la capacitación de supervisores nacionales y personas focales, encargadas de concienciar a la población en los condados en cuestiones como la promoción de la salud, salud comunitaria, o seguimiento y evaluación de los enfermos, además de la formación realizada con personal a nivel de distrito —funcionarios de vigilancia o salud—, y también de los establecimientos de salud —farmacéuticos y centros de salud— que participarán en la campaña.

Es entonces cuando comienza la recogida de datos del informe que terminará en las oficinas de la OMS para analizar el éxito de la campaña: número de personas capacitadas, de centros de salud y comunidades, cantidad de medicamentos recibidos por cada centro, cuántos han sido distribuidos y cuántos desperdiciados, y el sobrante de los mismos.

Abraham Kollie es el Distribuidor Comunitario de Medicamentos de Raymond Town, una comunidad del condado de Bong situada a tres kilómetros del centro de salud más cercano. Entre sus funciones está sensibilizar a la comunidad para que sepan reconocer los síntomas de diferentes enfermedades y pedir ayuda a tiempo, además de la formación en hábitos de higiene y sobre el suministro de medicamentos para prevenir enfermedades que pueden complicarse de manera irreversible, y que son fácilmente evitables con una acción sencilla por parte de cada miembro de la comunidad.

Abraham Kollie es el Distribuidor Comunitario de Medicamentos de Raymond Town, una comunidad del condado de Bong situada a tres kilómetros del centro de salud más cercano. Entre sus funciones está sensibilizar a la comunidad para que sepan reconocer los síntomas de diferentes enfermedades y pedir ayuda a tiempo, además de la formación en hábitos de higiene y sobre el suministro de medicamentos para prevenir enfermedades que pueden complicarse de manera irreversible, y que son fácilmente evitables con una acción sencilla por parte de cada miembro de la comunidad.

“Les hablo de un chaleco de hierro: si una bala viene hacia ti, el chaleco te protege y te mantiene inmune al daño y a las consecuencias, largas, dolorosas e irreversibles si no se trata a tiempo”, cuenta sobre su trabajo didáctico con la comunidad, extensible también a la figura de los chamanes, con gran peso simbólico en las comunidades y claves en el proceso de sensibilización y educación sanitaria.

Se aproxima el momento de entregar los medicamentos de la campaña preventiva de filariasis linfática, oncocercosis y esquistosomiasis en la comunidad, y Kollie nos enseña cómo administra las dosis y cuál es el método que emplean varios cientos de distribuidores de medicamentos en la zona: con una barra medidora determinan la dosis que debe recibir la persona en función de su altura. Al poco tiempo, aparece David Sumo, un joven de 18 años que padece elefantiasis (filariasis linfática) desde 2017, con 12 años.

Se aproxima el momento de entregar los medicamentos de la campaña preventiva de filariasis linfática, oncocercosis y esquistosomiasis en la comunidad, y Kollie nos enseña cómo administra las dosis y cuál es el método que emplean varios cientos de distribuidores de medicamentos en la zona: con una barra medidora determinan la dosis que debe recibir la persona en función de su altura. Al poco tiempo, aparece David Sumo, un joven de 18 años que padece elefantiasis (filariasis linfática) desde 2017, con 12 años.

David es hijo de agricultores y, por motivos económicos, su acceso a un centro de salud está limitado. En 2022 su pierna había crecido demasiado, el dolor le impidió continuar con sus estudios en el colegio y también practicar fútbol, su deporte favorito. Lo cuenta con profunda tristeza. Su pierna ha dejado de “ser suya”. También habla del futuro lejano, le gustaría formar parte de la armada de su país, y del más próximo: comenzará a medicarse y a recibir los cuidados necesarios en esta nueva campaña de administración de medicamentos.

David es hijo de agricultores y, por motivos económicos, su acceso a un centro de salud está limitado. En 2022 su pierna había crecido demasiado, el dolor le impidió continuar con sus estudios en el colegio y también practicar fútbol, su deporte favorito. Lo cuenta con profunda tristeza. Su pierna ha dejado de “ser suya”. También habla del futuro lejano, le gustaría formar parte de la armada de su país, y del más próximo: comenzará a medicarse y a recibir los cuidados necesarios en esta nueva campaña de administración de medicamentos.

La salud de millones de personas depende del reparto de medicamentos antes de que sea demasiado tarde.

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