Cuatro pasos para fomentar la concienciación ambiental con Theresa Zabell

La ONU prevé que la contaminación por plástico que sufren nuestros océanos se duplique de aquí a 2030 y se triplique de cara a 2040, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Para hacernos una idea, serían 50 kilos de plástico por cada metro de costa en todo el mundo. Consciente de este problema, Theresa Zabell —dos veces campeona olímpica en vela— creó hace más de dos décadas la Fundación Ecomar, con la que, según dice, no quiere salvar el planeta: “Este planeta lleva millones de años existiendo, ha pasado por muchas fases y nosotros somos relativamente nuevos, realmente lo que queremos es salvarnos nosotros”, sentencia.

“Con 11 años le pregunté a los dirigentes de mi club por qué flotaban cosas en el mar cuando salíamos a navegar”, recuerda Zabell. La respuesta no le resultó convincente y ahí apareció una semilla en su mente que germinó con la creación de Ecomar. “ Después de preguntar por qué alguien no hacía algo, decidí que yo iba a ser uno de esos ‘alguien’”, sentencia. El propósito es ambicioso pero necesario: “Formar parte de la solución y atraer a muchísima gente; educarles, concienciarles y actuar con ellos para que ellos también formen parte de la solución y cada vez seamos más”. Con ese objetivo en mente y la experiencia de años, podría decirse que ha creado una certera guía de cómo fomentar la concienciación ambiental con solo cuatro puntos. Y no sobra ni uno.

Esta no va a ser la primera vez que la campeona olímpica se tope con escépticos y para ellos tiene un mensaje claro: “Hay datos aplastantes de que el planeta se está calentando, los océanos han absorbido el 93% del calor excesivo del planeta. Si no tuviéramos mares y océanos, en la Tierra habría más de 50 grados y no podríamos vivir”. La Fundación Ecomar también elabora sus propios estudios y Zabell cita uno realizado en 2020, el fatídico año de la COVID, según el cual unas 72 millones de mascarillas habían llegado al mar en España ese año.

Aunque la mejor forma de lidiar con el escepticismo es con los hechos. “Si vas a la playa y los empiezas a ver allí, te agachas con una navaja a quitar toallitas de una roca o a recoger bastoncillos de oídos, realmente esa conexión emocional con el problema es algo que te acompaña para siempre”, explica.

“Las leyes son importantes pero luego todos los ciudadanos nos tenemos que involucrar para formar parte de la solución”, declara Zabell. En su opinión, no se trata de que nos obliguen sino de que, quien quiera ser parte de la solución, implemente pequeñas acciones en su día a día como por ejemplo comprar con cabeza. “Siempre pongo el mismo ejemplo, vas a comprar fruta y verdura y ves unos plátanos, que ya tienen su packaging natural, metidos en una bandeja de poliespán y con un film transparente por encima. ¿Lo necesitamos? No, vamos a llegar a casa y vamos a tirar ese envase”, razona. Otro de los ejemplos que pone hace referencia a la reutilización; como no es necesario comprar una botella nueva de agua cada vez que tengamos sed sino que es mucho más eficiente llevar nuestra propia botella y rellenarla. “En la Fundación Ecomar nos gusta mucho un término que es cerrar el grifo; si cerramos el grifo de todos los residuos que llegan al mar, ya lo estamos limpiando y es que, además, podemos ir a limpiarlo todos los días del año, que no acabaríamos nunca”, reflexiona.

Además, consciente de que “la protección medioambiental es una moda, pero es una moda necesaria” y que crece el número de asociaciones y entidades que luchan por el medio ambiente en general y la salud de los océanos en particular, Zabell llama a “trabajar juntos, conectarnos entre nosotros para poder ser más fuertes y no duplicar todo lo que estamos haciendo”.

La Fundación Ecomar lleva desde su creación realizando labores de concienciación con niños. En sus más de dos décadas, casi dos millones de niños de alrededor 4.000 colegios de toda España, han participado en alguna de sus actividades de educación ambiental. “Si trabajamos con ellos es como meterles una semillita en la cabeza y, por poco que se riegue, ya tienes una persona convencida para toda la vida. Estos niños y niñas con los que hemos trabajado hace más de 20 años, ya son adultos y ya son decision maker: ellos ya son los que deciden sobre las siguientes generaciones”, argumenta.

En la búsqueda de involucrar a los más jóvenes en el cuidado y protección de los océanos, la fundación realiza concursos como Concurso Ecopilas, programas como los de la Grímpola Ecomar o los Cuadernos de Bitácora, limpieza de de costas en España y Portugal, fomento de cuidado del medio ambiente a través de los Talleres Azules con información sobre el problema de los residuos. “Siempre cuento que el “problema” de ir a limpiar una playa es que ya nunca la vas a disfrutar de la misma manera porque serás incapaz de ir, extender tu toalla y tumbarte a tomar el sol. Empiezas a mirar y a analizar la playa a ver qué es lo que tienes que hacer para seguir aportando a la solución”, reflexiona.

Zabell huye de mensajes catastrofistas y excluyentes mientras asegura que “en este barco cabemos todos, todos los que quieran aportar y formar parte de la solución”. Insiste en que hace más de 20 años ni siquiera se era consciente de que había un problema y que el primer paso hacia una solución es reconocer que ese problema existe. Así, hace un llamamiento a la unidad contra ese problema común: “Todos cabemos y les daremos un remo para que remen y lleguemos todos juntos al objetivo que nos hemos planteado”.