Por Elena Horrillo · 21 de noviembre de 2022
Gachas de harina de guisante con pimentón servidas con tocino y chorizo | © ALLEKO, iStock
El turismo gastronómico, aquel centrado en disfrutar de la comida mientras se descubren nuevos destinos, se posiciona como uno de los sectores de mayor proyección además de una magnífica forma de acercarse al patrimonio cultural e histórico de una región. Por ello, ¿qué mejor que una ruta gastronómica para conocer los lugares de Castilla-La Mancha que inspiraron a Cervantes? Un itinerario en el que los términos como migas, gachas, pisto, caldereta de cordero o duelos y quebrantos no solo son imprescindibles sino que son capaces de abrir el apetito solo con leerlos.
Esta ruta gastronómica empieza en pleno corazón de La Mancha: Tomelloso. Aquí se encuentra Jesús Marquina, un auténtico maestro pizzero que ha logrado ser campeón del mundo de pizza en cinco ocasiones, entre otros muchos premios y distinciones. Así que es obligado hacer una parada en Marquinetti para probar unas pizzas que, pese a ser de origen italiano, son fieles a su condición manchega. La calabaza, la perdiz, el queso —manchego, por supuesto— o las setas no faltan para otorgarle sabor a unas pizzas de alta cocina en un restaurante único en el que Italia y La Mancha se dan la mano.
© Marquinetti. Raíz Culinaria Castilla-La Mancha
© Las Musas. Raíz Culinaria Castilla-La Mancha
La siguiente parada de este viaje se encuentra en Campo de Criptana, donde es sencillo sentirse un auténtico Quijote entre gigantes. Si la obligada visita a los molinos abre el apetito, nada como reponer fuerzas en el restaurante Las Musas. Su cocina está basada puramente en la gastronomía manchega, equilibrando tradición y modernidad, respetando la materia prima para sacarle un nuevo partido. La perdiz en escabeche, las migas, las gachas o el cordero lechal son los imprescindibles en este peculiar restaurante. Tras la comida, y si se quiere disfrutar de la experiencia al completo, lo mejor es tomar un café o un cóctel en sus impresionantes cuevas.
Tras visitar enclaves tan quijotescos como Alcázar de San Juan, El Toboso o Mota del Cuervo, es recomendable que la parada y fonda sea en Quintanar de la Orden, concretamente en el restaurante El Granero. Más de 50 años avalan a esta antigua casa de comidas manchega que mantiene el espíritu de servicio desde sus inicios con productos de calidad, una cocina esmerada y un buen servicio. Si hay dudas sobre qué pedir, lo mejor es atender a sus claras señas de identidad: los platos de caza, sin que falte el cordero manchego, y una bodega que apuesta por Castilla-La Mancha. Imposible equivocarse.
Un molino de viento en Alcázar de San Juan | © Richard Semik, Panthermedia, GTRES
© Azafrán. Raíz Culinaria Castilla-La Mancha
El vino es parte fundamental de la Ruta del Quijote y de prácticamente cualquier tour gastronómico en Castilla-La Mancha. Por ello, Villarrobledo es visita obligada con sus más de 30.000 hectáreas de viñedo, conformadas por unas 48.000.000 cepas de vid, que han convertido a esta localidad albaceteña en el mayor productor de uva y vino del mundo. Aquí se encuentra el restaurante Azafrán, un espacio en el que la cocina manchega es protagonista, adaptada a la actualidad y respetando los productos autóctonos como las hortalizas, verduras y setas de la tierra, el cordero manchego, los quesos de oveja y las carnes de caza menor.
La ruta continua por una tierra que recorrieron grandes literatos españoles como Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Lope de Vega y Jorge Manrique: el Campo de Montiel. Después de conocer las maravillas arquitectónicas de Villanueva de los Infantes, toca dirigirse a Torre de Juan Abad donde espera el chef José Antonio Medina en el restaurante El Coto de Quevedo, con una estrella Michelin. Su propuesta pasa por una cocina tradicional actualizada, de marcadas raíces manchegas y que trabaja mucho el producto cinegético desde una perspectiva contemporánea, sin olvidarse de un toque sorprendente por sus incursiones en la culinaria francesa e internacional.
Antigua fachada y la entrada de la majestuosa casa en Villanueva de los Infantes | © soniabonet, iStock
Paisaje de campos verdes en Campo de Montiel | © jessicahyde, iStock
Sin abandonar el Campo de Montiel, se puede encontrar también La Caminera, un hotel lleno de tranquilidad y exclusividad en cuyo interior está el restaurante Torrenueva, galardonado con una estrella Michelin y un sol Repsol. Un local que rinde un vanguardista homenaje a la cocina manchega y a los productos de la tierra, donde las recetas y productos locales conviven con técnicas y sabores de otras culturas.
La siguiente parada lleva de nuevo a tierra de vinos: Valdepeñas. Para adentrarse en la cultura de la zona, lo mejor es visitar el Museo del Vino y saciar el hambre y la sed en La Aguzadera. Un restaurante cuyo ADN son los productos frescos: verduras y frutas de la huerta, carnes de la región y pescados de las lonjas del norte y del sur de España. La propuesta gastronómica es tradicional de la zona, con una cuidada apuesta por las raíces manchegas.
© La Aguzadera. Raíz Culinaria Castilla-La Mancha
© Mesón Octavio. Raíz Culinaria Castilla-La Mancha
Y todo viaje tiene su final y el de esta particular ruta gastronómica quijotesca lo tiene en Ciudad Real, donde los hermanos García Castro, de Mesón Octavio, apuestan por los productos de kilómetro 0 en una carta donde la huerta, los guisos y la carne de caza son los grandes básicos.
Las hay pequeñas, monumentales o grandiosas, pero todas poseen una belleza que merece la pena visitar
Leer másUn itinerario para conocer la tierra que inspiró a Cervantes a través de las migas, las gachas, el pisto, la caldereta de cordero o los quebrantos.
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