Ricardo Arnaiz · 11 de julio de 2023
Sería imposible viajar a Castilla-La Mancha y dejar a un lado su gastronomía y sus vinos, porque entre su riqueza culinaria, sus productos con denominación de origen, sus chefs más reconocidos y sus seis Rutas del Vino, la región del Quijote es un auténtico paraíso para los foodies.
La gastronomía castellanomanchega está llena de sabores tradicionales, pero también rebosa innovación y vanguardia a partes iguales. Para defender sus orígenes y su esencia, el sello Raíz Culinaria se encarga de impulsar lo más auténtico de sus cocinas, con productos de calidad y técnicas ancestrales autóctonas que han traspasado fronteras. Una cocina humilde, sincera, defensora de su materia prima y comprometida por salvaguardar su identidad.
Para proteger lo auténtico, en Castilla-La Mancha encontramos varios productos con Denominación de Origen Protegida, como el queso manchego, la miel de la Alcarria, el aceite de oliva o el azafrán de La Mancha, así como otros tantos con Indicación Geográfica Protegida, como el pan de cruz, el melón de La Mancha, el mazapán de Toledo, el cordero manchego, las berenjenas de Almagro o el año morado de las Pedroñeras.
Pero además de producto y tradición, no podemos olvidar a aquellos que dan forma a las recetas más atrevidas y a las elaboraciones más excepcionales, pues Castilla-La Mancha cuenta con 26 chefs reconocidos con Soles Repsol y 11 restaurantes con Estrellas Michelin. Representantes todos ellos de la cocina castellanomanchega de más alta calidad.
Propuestas gastronómicas y enológicas para disfrutar de Castilla-La Mancha
Castilla-La Mancha es un tentador destino para los amantes del enoturismo. Y, aunque una Ruta del Vino es mucho más que vino, aquí contamos con ni más ni menos que seis de ellas. Propuestas que buscan promocionar y dar a conocer la gastronomía, la cultura, el patrimonio y la riqueza productiva de cada zona, siempre con el vino como hilo conductor.
Son 11 los municipios que forman parte de la Ruta del Vino de la Mancha: Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, Socuéllamos, El Toboso, Pedro Muñoz, Argamasilla de Alba, Villarrobledo, La Solana y Villarrubia de los Ojos. Y entre unos y otros tenemos a nuestro alcance restaurantes, alojamientos, comercios, cultura, naturaleza y, cómo no, un gran número de bodegas en las que disfrutar de diferentes actividades enoturísticas. Ya sea entre viñedos, entre barricas o entre las copas de una cata, la Ruta del Vino de La Mancha es siempre tan didáctica como exquisita y placentera.
Museo torre vino de Socuéllamos, Ciudad Real | © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Bodega Verum | © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
La Manchuela es una singular comarca definida por dos grandes valles fluviales, el Júcar y el Cabriel, que discurre por Cuenca y Albacete y que comprende municipios como Alarcón, Villanueva de la Jara, Iniesta, El Herrumblar, Villamalea, Villatoya, Cenizate, Navas de Jorquera, Casas Ibáñez, Alborea, Fuentealbilla, Balsa de Ves, Casas de Ves, Mahora, Villa de Ves, Alcalá del Júcar, Motilleja, Jorquera, La Recueja, Valdeganga, Carcelén, Alatoz y Pozo Lorente. La Ruta del Vino de La Manchuela cuenta con 10 bodegas que realizan enoturismo para deleitarte con sus mejores vinos. Además, muchas de ellas han creado experiencias únicas tanto en la bodega como en los viñedos, casas rurales o restaurantes.
Alarcón, Cuenca | David Blázquez
Los vinos de Valdepeñas son famosos en el mundo entero, por lo que se merecen una Ruta del Vino de Valdepeñas repleta de bodegas, gastronomía, alojamientos, naturaleza, patrimonio cultural y experiencias con las que desconectar. La ruta comprende el territorio de la actual zona de producción de la Denominación de Origen Valdepeñas y está formada por 10 municipios que cuentan con una larga tradición vinícola entre los que se encuentran Moral de Calatrava, San Carlos del Valle, Santa Cruz de Mudela, Torrenueva o Valdepeñas. Además de un gran número de bodegas de todos los tamaños también podemos entrar en bodegas tradicionales que, aunque ya no se usan para elaborar vinos, merece la pena visitar para conocer la historia de la vinicultura en la zona.
Museo del vino de Valdepeñas, Ciudad Real | © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Esta ruta es una propuesta de viaje con el vino de la D.O. Méntrida-Toledo como protagonista. A través de ella podemos visitar bodegas, viñedos y cooperativas, pero también los recursos patrimoniales y naturales del territorio. Son 11 municipios de la provincia de Toledo los que participan en este recorrido: Méntrida-Toledo, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela. La Ruta del Vino de Méntrida-Toledo está compuesta por nueve bodegas pero, como buena ruta, además de experiencias enológicas también ofrece patrimonio, naturaleza y la mejor restauración.
Torrijos, Méntrida-Toledo | © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
Estamos en la zona de producción más al este de Castilla-La Mancha y la Ruta del Vino de Almansa ofrece una amplia oferta vinícola, gastronómica, cultural y de ocio con la que descubrir los mejores rincones y hasta siete bodegas. Está fundamentalmente compuesta por los territorios de Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo, todos ellos de alto valor patrimonial. Además de tiendas especializadas en vinos y gastronomía, restaurantes, alojamientos y actividades turísticas de todo tipo, la ruta cuenta con un total de siete bodegas especialmente preparadas para el goce y disfrute del enoturismo, ya sea en los viñedos o catando diferentes caldos manchegos.
Un hombre en una bodega | © Turismo de Castilla-La Mancha | David Blázquez
La zona vinícola perteneciente a la Ruta del Vino de Jumilla comprende unas 22.700 hectáreas de viñedos repartidos entre la provincia de Albacete y la vecina Región de Murcia, por lo que en ella vemos implicados municipios como Jumilla, Fuente Álamo, Montealegre del Castillo, Ontur, Tobarra y Hellín. La ruta nació para ofrecer una experiencia turística en torno a la cultura del vino y en ella encontramos bodegas, bares de vinos, restaurantes, almazaras, museos, enotecas, comercios especializados, alojamientos y una amplia oferta de ocio temático. Un total de 21 bodegas componen esta ruta para ofrecernos lo mejor de sus barricas en un territorio en el que la uva Monastrell lleva la voz cantante.