En estos días de confinamiento todos nos debatimos entre ahorrar para lo que pueda venir o pedir cosas que nos gustan a domicilio para darnos algún tipo de capricho o placer que compense el aburrimiento y el hastío del encierro. Según las estadísticas de Nielsen, ha variado la “particular radiografía del consumidor digital, con patrones de consumo diferentes, como es el caso del ecommerce. En concreto, la alimentación ha tomado la delantera a la moda y ahora uno de cada tres usuarios se lanzan a llenar su nevera, despensa y congelador por Internet, cuando es un sector al que tradicionalmente le ha costado hacerse un hueco en el entorno online. Le siguen los productos de belleza y cuidado personal, con el 23,7%, mientras que la moda cae a la tercera posición, con el 22%, empatada con los productos de electrónica”.

Dentro de esa radiografía, lógicamente, todos intentamos mantener un equilibrio entre lo que ingresamos y lo que gastamos, con la intención de guardar algo de forma preventiva, pero a la vez sentimos esa necesidad de darnos un gusto de vez en cuando y no queremos renunciar a ello por el hecho de ahorrar a largo plazo. El presente ahora es importante porque es lo único que tenemos seguro.

Ante esa disquisición, se abre una posibilidad llamada SixthContinent, una plataforma de Social Commerce que permite la cuadratura del círculo: ahorrar gastando dinero en caprichos o en cosas imprescindibles. ¿Cómo se consigue esto? Pues, desde que se fundó en 2010, en respuesta a la demanda surgida tras la crisis mundial de 2008, SXC le ha dado un vuelco al modelo de compras tradicional, aumentando el poder adquisitivo de los usuarios que compran a través de su plataforma.

Es más o menos como esos clientes que forman un grupo o una cooperativa para conseguir un precio especial en suministros o servicios que, a nivel particular, salen caros, pero a escala mundial. En este caso, el Grupo de Compras de SXC ha firmado acuerdos con unas 3.000 marcas líderes y sus miembros asociados obtienen créditos como premio por sus compras con tarjeta. Y estamos hablando de compañías de supermercados, ropa, viajes, combustible, comercio electrónico, telefonía, etc. Es decir, todo lo que consumimos hoy por hoy.

Esto se traduce en que los créditos ganados y acumulados en la cuenta de SXC pueden servir para pagar luego otros productos o bien convertirlos en tarjetas de compra de otras marcas. Es muy sencillo, según cuenta una clienta: “me compré una tarjeta de compra en su web para usarla como método de pago y, por cada compra que hacía, recibía un pequeño porcentaje de su valor en forma de créditos. Luego, por cada tarjeta que adquiero de otra marca y lo que compro con ella, recibo más créditos inmediatamente. O sea, ahorras en los productos y, encima, obtienes beneficios para comprar otros”.

Eso si prefieres gastar los créditos o puntos en algunos caprichos que te daría más reparo comprar sin ese sustancial ahorro, porque hay otra alternativa: con lo que se te acumula en la cuenta, puedes pagar hasta el 50% del valor de la tarjeta de compra de una de sus 3.000 marcas. Lo que significa que tú solo pagas de tu bolsillo, a través de tu cuenta corriente o de tu tarjeta de crédito, el otro 50%.

Pues bien, una vez adquieres la tarjeta de determinadas marcas que te gustan a través de la plataforma on line de SixthContinent, ya puedes hacer tus pedidos a domicilio en sus webs (o en las tiendas físicas cuando sea posible) y pagar con ellas, ganando más créditos para futuras transacciones. Ganas gastando, lo cual es mucho mejor que comprar al precio normal sin recibir nada a cambio, a todas luces, porque podrás invertir esos créditos en otros bienes o servicios que necesites o, simplemente, te hagan feliz, que también es un derecho.