Controlar, prevenir, detectar y tratar las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) y sus consecuencias es una tarea esencial. En esta estrategia, la investigación y su evidencia científica es la base para crear una estructura sólida, eficaz y económica. Sin embargo, en los países desarrollados la investigación médica se centra en enfermedades más comunes, dejando las ETD en un segundo plano.
Dedicar recursos a la investigación sobre ETD es fundamental para reducir esta desigualdad en las necesidades de salud de los países empobrecidos. Por ello, en Fundación Anesvad se enfocan en tres áreas: nuevos métodos de diagnóstico, nuevos tratamientos efectivos y accesibles y nuevas formas de abordar la discapacidad y el estigma relacionado con las cuatro enfermedades de la piel en las que trabajan: la úlcera de Buruli, la lepra, el pian y la filariasis linfática.
“Las pruebas diagnósticas rápidas y los medicamentos más sencillos, seguros y eficaces contra las ETD disminuyen la complejidad del tratamiento y la atención, reducen su coste y aumentan su eficacia, refuerzan el alcance que tiene el sistema sanitario. Todo esto contribuye a salvar vidas.” explica María González, del área de investigación de Fundación Anesvad.
“Las pruebas diagnósticas rápidas y los medicamentos más sencillos, seguros y eficaces contra las ETD disminuyen la complejidad del tratamiento y la atención, reducen su coste y aumentan su eficacia, refuerzan el alcance que tiene el sistema sanitario. Todo esto contribuye a salvar vidas.” explica María González, del área de investigación de Fundación Anesvad.
La úlcera de Buruli es una ETD de la piel causada por la micobacteria ambiental Mycobacterium ulcerans, que pertenece a la misma familia de bacterias que causan la tuberculosis o la lepra. Aunque su transmisión exacta es desconocida, el diagnóstico y tratamiento temprano son esenciales para prevenir la discapacidad asociada a ella.
Con la disponibilidad reciente de un nuevo tratamiento oral, es crucial investigar una prueba diagnóstica rápida y efectiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el 70% de los casos se confirmen antes del tratamiento. Sin embargo, los actuales métodos de diagnóstico como la microscopía, el cultivo, la histopatología y la PCR tienen una baja sensibilidad, consumen mucho tiempo o requieren conocimientos técnicos e instalaciones especializadas que no se encuentran en las regiones más afectadas.
La úlcera de Buruli es una ETD de la piel causada por la micobacteria ambiental Mycobacterium ulcerans, que pertenece a la misma familia de bacterias que causan la tuberculosis o la lepra. Aunque su transmisión exacta es desconocida, el diagnóstico y tratamiento temprano son esenciales para prevenir la discapacidad asociada a ella.
Con la disponibilidad reciente de un nuevo tratamiento oral, es crucial investigar una prueba diagnóstica rápida y efectiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el 70% de los casos se confirmen antes del tratamiento. Sin embargo, los actuales métodos de diagnóstico como la microscopía, el cultivo, la histopatología y la PCR tienen una baja sensibilidad, consumen mucho tiempo o requieren conocimientos técnicos e instalaciones especializadas que no se encuentran en las regiones más afectadas.
Peter Aapoah es un paciente de úlcera de Buruli en Ghana, tratado en su momento por Nana Konama, del programa nacional de la lucha contra la úlcera de Buruli en el país. Peter acaba de volver a Pakro junto a una enfermera para tomar muestras de una nueva herida que supura. “La primera vez me dieron pastillas durante dos meses. Venía cada semana y me daban las medicinas para tomarlas yo mismo. Así podía ir a un hospital más cercano para las curas. Ahora he vuelto al centro de salud de Pakro porque la herida ha vuelto a salir y ha ido a más.”
Mientras Konama identifica su ficha de paciente, la enfermera marca los tres viales de muestras que va a recoger y procede a frotar la herida de su pierna con un bastoncillo. Al finalizar, los tres viales parten al laboratorio en una bolsa de identificación. El diagnóstico para saber si esta nueva herida es úlcera de Buruli o no, puede tardar semanas. Con un nuevo test de diagnóstico, la confirmación podría llegar en dos horas. Conseguir unas pruebas sencillas, fáciles de usar, precisas y asequibles en los puntos de atención permitirían identificar la úlcera de Buruli en sus primeras fases, repercutiendo en la salud de las personas que la padecen, lo que además evitará que haya casos graves que deriven en discapacidad.
Peter Aapoah es un paciente de úlcera de Buruli en Ghana, tratado en su momento por Nana Konama, del programa nacional de la lucha contra la úlcera de Buruli en el país. Peter acaba de volver a Pakro junto a una enfermera para tomar muestras de una nueva herida que supura. “La primera vez me dieron pastillas durante dos meses. Venía cada semana y me daban las medicinas para tomarlas yo mismo. Así podía ir a un hospital más cercano para las curas. Ahora he vuelto al centro de salud de Pakro porque la herida ha vuelto a salir y ha ido a más.”
Mientras Konama identifica su ficha de paciente, la enfermera marca los tres viales de muestras que va a recoger y procede a frotar la herida de su pierna con un bastoncillo. Al finalizar, los tres viales parten al laboratorio en una bolsa de identificación. El diagnóstico para saber si esta nueva herida es úlcera de Buruli o no, puede tardar semanas. Con un nuevo test de diagnóstico, la confirmación podría llegar en dos horas. Conseguir unas pruebas sencillas, fáciles de usar, precisas y asequibles en los puntos de atención permitirían identificar la úlcera de Buruli en sus primeras fases, repercutiendo en la salud de las personas que la padecen, lo que además evitará que haya casos graves que deriven en discapacidad.
Fundación Anesvad forma parte de un proyecto para desarrollar un prototipo de prueba sencilla, precisa y accesible que se pueda utilizar directamente en las comunidades afectadas por la úlcera de buruli en África subsahariana.
El proyecto de Desarrollo, evaluación, políticas de acceso y promoción de una prueba de diagnóstico rápido de la úlcera de Buruli comenzó el año pasado en Costa de Marfil y Camerún y tiene como plazo de finalización 2024, beneficiando potencialmente a unas tres mil personas.
El prototipo de este nuevo Test de Diagnóstico Rápido (TDR) lleva el nombre de BU-MYCOLAC-RDT. Este dispositivo consta de dos viales (A, para recoger las muestras y B, con nanopartículas de oro que reaccionan a la muestra), y un bastoncillo que sirve para recoger las muestras, muy similar a los test de antígenos que están disponibles en farmacias para la COVID-19.
A diferencia del test de antígenos de la COVID-19, BU-MYCOLAC mostrará dos rayas si es negativo; y una sola raya si es positivo. Esto se debe a que la tira reactiva del dispositivo es sensible a la micolactona, la toxina presente en la úlcera de Buruli que corroe los tejidos humanos. Si la muestra contiene micolactona, el test inhibe el color de la tira reactiva.
Este test de diagnóstico es un dispositivo fácil de manejar por el personal de atención primaria de salud, y además es accesible y fácilmente portable para ser utilizado en las comunidades rurales durante las actividades de detección. Su costo, además, es barato: tres dólares por test, cuando el coste del tratamiento ambulatorio de la úlcera de Buruli en países como Ghana está estimado en unos 570 dólares.
A diferencia del test de antígenos de la COVID-19, BU-MYCOLAC mostrará dos rayas si es negativo; y una sola raya si es positivo. Esto se debe a que la tira reactiva del dispositivo es sensible a la micolactona, la toxina presente en la úlcera de Buruli que corroe los tejidos humanos. Si la muestra contiene micolactona, el test inhibe el color de la tira reactiva.
Este test de diagnóstico es un dispositivo fácil de manejar por el personal de atención primaria de salud, y además es accesible y fácilmente portable para ser utilizado en las comunidades rurales durante las actividades de detección. Su costo, además, es barato: tres dólares por test, cuando el coste del tratamiento ambulatorio de la úlcera de Buruli en países como Ghana está estimado en unos 570 dólares.
El objetivo de este proyecto, apoyado en la evaluación operativa sobre el terreno, el registro y los ensayos clínicos formales, es conseguir la aprobación por parte de la OMS del primer TDR para esta enfermedad tropical desatendida, por lo que el trabajo se centra en estos momentos en evaluar las características operativas del propio test de diagnóstico, su facilidad de uso y rendimiento, optimizar el diseño y transferir el prototipo a fabricación, realizar una evaluación clínica formal y conseguir la autorización reglamentaria y aprobación de la OMS para este nuevo método de diagnóstico rápido que acorta los plazos de detección y combate las discapacidades sobrevenidas.
Junto con la úlcera de Buruli, la lepra es una de las enfermedades tropicales desatendidas que más afectan a la población de los países donde trabaja Fundación Anesvad. El eritema nodoso leproso (ENL) es una de las principales causas de discapacidad y muerte en pacientes con lepra. A pesar del gran número de estudios sobre su inmunología, todavía existen muchas incertidumbres en torno a esta complicación grave que está considerada como la principal causa de discapacidad en pacientes con lepra, y por tanto, de las consecuencias psicosociales que pueden derivarse de ella.
Los nódulos inflamados en la piel, conocidos como “eritema nodoso” pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y no están relacionados con las lesiones cutáneas de la lepra. Causan dolor, fiebre, y en casos graves pueden formar úlceras. En la actualidad, el tratamiento consiste en la administración de prednisolona en dosis elevadas durante meses o años, con graves consecuencias para la salud, y además no evita recaídas. Por ello, es necesario desarrollar nuevos tratamientos, más eficaces y menos restrictivos para los pacientes.
Junto con la úlcera de Buruli, la lepra es una de las enfermedades tropicales desatendidas que más afectan a la población de los países donde trabaja Fundación Anesvad. El eritema nodoso leproso (ENL) es una de las principales causas de discapacidad y muerte en pacientes con lepra. A pesar del gran número de estudios sobre su inmunología, todavía existen muchas incertidumbres en torno a esta complicación grave que está considerada como la principal causa de discapacidad en pacientes con lepra, y por tanto, de las consecuencias psicosociales que pueden derivarse de ella.
Los nódulos inflamados en la piel, conocidos como “eritema nodoso” pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y no están relacionados con las lesiones cutáneas de la lepra. Causan dolor, fiebre, y en casos graves pueden formar úlceras. En la actualidad, el tratamiento consiste en la administración de prednisolona en dosis elevadas durante meses o años, con graves consecuencias para la salud, y además no evita recaídas. Por ello, es necesario desarrollar nuevos tratamientos, más eficaces y menos restrictivos para los pacientes.
El proyecto para la Mejora del tratamiento del eritema nodoso leproso (ENL) en pacientes con lepra, es un ensayo clínico que se encuentra actualmente en fase II, con un plazo que llega al año 2025 y que tiene como objetivo principal evaluar la eficacia del fármaco CC-11050 en comparación con el tratamiento estándar en tres zonas endémicas de la lepra: Costa de Marfil, Benín y Madagascar.
La Alianza Mundial para la Lepra Cero (GPZL) se creó en 2018 con el objetivo de desarrollar una estrategia innovadora e integral contra la lepra, con el fin de reducir la incidencia de la enfermedad, disminuir la carga de la discapacidad y la discriminación e interrumpir la transmisión en todo el mundo. Fundación Anesvad y la Foundation Raoul Follereau han unido esfuerzos para minimizar la incidencia de la lepra en África subsahariana. Ahora, además, se han aliado con la empresa australiana Medicines Development for Global Health Limited (MDGH) para testar un nuevo fármaco que funcione mejor y tenga menos efectos adversos para las personas que sufren de ENL.
MDGH ha desarrollado una molécula muy prometedora, la CC-11050, para el tratamiento de las reacciones de la lepra, que también puede ser útil contra la tuberculosis. Los primeros estudios clínicos arrojan buenos resultados, y el proyecto se encuentra ya en una segunda fase más avanzada. Con los datos preliminares de esta fase II, de 28 días de tratamiento en 10 pacientes varones con ENL agudo o recurrente en Nepal, se ha demostrado la mejoría en la totalidad de los pacientes dentro de los 7 a 14 primeros días de tratamiento. Esto, en comparación con los 6 meses a 2 años del tratamiento actual, puede reducir el dolor, la carga económica, la discapacidad y el estigma de las personas que sufren de ENL.
El Doctor Benedict Quao, médico de Ghana especializado en la lepra, explica la importancia de invertir en investigación en ETD y en nuevas herramientas: “Necesitamos nuevos diagnósticos para la lepra, un nuevo análisis de diagnóstico inmediato para la úlcera de Buruli. Son cosas que nos ayudarán a alcanzar más rápido los objetivos de eliminación y erradicación”. Afinar las herramientas que se tienen hoy en día para una enfermedad olvidada, con un tratamiento que se mantiene desde la década de los ochenta. “Hay enfermedades que llevan con los humanos años, milenios. En el caso de la lepra, si el tratamiento multifármaco pierde su eficacia no tenemos otro agente de segunda línea fuerte de reserva. Por eso la investigación de diagnósticos y nuevos fármacos es crucial”.
Esta fase II del ensayo clínico se desarrollará en tres países donde la lepra está muy presente: Costa de Marfil, Benín y Madagascar, evaluando la mejoría de 45 pacientes aquejados de ENL y administrando tratamientos diferentes en tres grupos: un primer grupo con 0.5 mg/kg de prednisolona al día por vía oral, un segundo con 50 mg de CC-11050, y otro de 150mg de esta misma molécula, lo que permitirá comparar cómo evolucionan los pacientes ante los tratamientos con CC-11050 frente a los tratados con prednisolona en un periodo de 28 días.
Con este proyecto se determinará la seguridad y la eficacia del CC-11050 en el tratamiento del ENL moderado y grave. Si el ensayo es exitoso, se espera que al menos un 75% de los pacientes dejen de tener síntomas como la fiebre y se reduzcan las lesiones en la piel. Esto puede evitar que miles de personas afectadas por la lepra desarrollen discapacidad, vivan con dolor a causa de un tratamiento prolongado y con efectos adversos y sean discriminadas por las lesiones visibles que la enfermedad causa en la piel.
Con estos dos proyectos —que se unen al Proyecto de enfoque racional para una discapacidad efectiva en las ETD de la piel en África Occidental— Fundación Anesvad pretende contribuir a controlar, reducir e incluso eliminar las enfermedades tropicales desatendidas que más afectan a la población de países empobrecidos hoy en día, y alcanzar el objetivo 2030 de la Organización Mundial de la Salud para reducir la prevalencia de estas enfermedades.
Como indica el Director General de la OMS Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, “Como demostramos durante la pandemia de la COVID-19, el trabajo intersectorial con un espíritu de unidad y solidaridad no es solo un concepto sino una fuerza poderosa. Esta hoja de ruta nos une a todos para trabajar juntos con el fin de librar a los afectados por enfermedades tropicales desatendidas de un sufrimiento, una estigmatización y una desatención innecesarios”.
Con estos dos proyectos —que se unen al Proyecto de enfoque racional para una discapacidad efectiva en las ETD de la piel en África Occidental— Fundación Anesvad pretende contribuir a controlar, reducir e incluso eliminar las enfermedades tropicales desatendidas que más afectan a la población de países empobrecidos hoy en día, y alcanzar el objetivo 2030 de la Organización Mundial de la Salud para reducir la prevalencia de estas enfermedades.
Como indica el Director General de la OMS Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, “Como demostramos durante la pandemia de la COVID-19, el trabajo intersectorial con un espíritu de unidad y solidaridad no es solo un concepto sino una fuerza poderosa. Esta hoja de ruta nos une a todos para trabajar juntos con el fin de librar a los afectados por enfermedades tropicales desatendidas de un sufrimiento, una estigmatización y una desatención innecesarios”.
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