Playas: naturaleza al alcance de la mano

Con más de dos kilómetros de playas urbanas, las de A Coruña son un punto de encuentro para amantes del sol, el mar y los deportes acuáticos. Riazor, Orzán y Matadero, situadas en pleno centro de la ciudad, ofrecen aguas refrescantes y arenas blancas donde descansar o iniciarse en actividades como el surf, la vela, el windsurf, el remo o el piragüismo. Su orientación y condiciones hacen de ellas el lugar ideal tanto para principiantes como para expertos.

Para quienes prefieren un entorno más tranquilo y escondido, resguardada y serena, al pie de la Torre de Hércules y siguiendo el Paseo Marítimo, se encuentra la playa de As Lapas, con 70 metros de extensión y unas vistas privilegiadas a este monumento milenario.

Más adelante, en el barrio de Adormideras, se encuentra la playa de San Amaro, que se extiende a lo largo de 100 metros. Continuando hacia las afueras de la ciudad, en Os Castros, te espera la playa de Oza, desde la cual podrás contemplar la ría de O Burgo con la playa de Santa Cristina justo enfrente.

Un carril bici que une ciudad y naturaleza

A Coruña también apuesta por el transporte activo. Con más de 50 kilómetros de carril bici, la ciudad permite descubrir sus rincones más emblemáticos sobre dos ruedas. Desde las calles del centro histórico hasta los parques y las playas, la red ciclista es un testimonio del compromiso de A Coruña con la movilidad sostenible.

Recorrer la ciudad en bicicleta es una atractiva forma de conectar con su esencia. Especialmente, además, porque los desniveles son prácticamente nulos y el pedaleo se hace cómodo y relajado. La brisa marina acompaña cada metro recorrido, mientras los paisajes cambian entre modernos edificios, espacios verdes y la inmensidad del Atlántico. Además, BiciCoruña, un renovado sistema de alquiler de bicicletas eléctricas que cuenta con más de 600 vehículos y 49 estaciones repartidas por la ciudad, facilita la accesibilidad al carril bici tanto a locales como a visitantes.

Una ciudad de parques y jardines

Aunque al pensar en A Coruña nos vengan a la mente sus monumentos y su característica arquitectura, no podemos olvidar que sus parques se integran en la ciudad para ofrecerte espacios de encuentro, belleza, paz y ocio. Lugares como el Monte de San Pedro —con unas vistas inigualables de la ciudad— o la rosaleda de los Jardines de Méndez Núñez son ideales para quienes buscan momentos de descanso y desconexión. En cada uno de ellos, la vegetación autóctona se combina con esculturas y detalles históricos que cuentan historias de otros tiempos.

El Parque de Bens, con sus senderos y vistas panorámicas, es otro lugar imprescindible. Situado en las afueras de la ciudad, este espacio natural es perfecto para practicar senderismo, deleitarse con el paisaje o simplemente relajarse rodeado de naturaleza. Cada parque coruñés es una invitación a escapar del bullicio urbano y disfrutar de la serenidad que brinda el entorno.

Un completo calendario deportivo

El carácter deportivo de A Coruña se refleja en los eventos que acoge cada año. En 2024, la ciudad fue escenario de competiciones como el Campeonato de España Open de surf, A Coruña King & Queen of the Bay, y la primera etapa de O Gran Camiño, una prueba ciclista internacional. Además, la Liga ACT de traineras atrajo a aficionados del remo y el partido entre las selecciones de España y Bélgica reafirmó la pasión por el fútbol en la ciudad.

La designación de A Coruña como una de las once sedes españolas para el Mundial 2030 de Fútbol es un reconocimiento al compromiso de la ciudad con el deporte. Estos eventos no solo impulsan el turismo, sino que también consolidan a A Coruña como un referente en el ámbito deportivo.

Reserva de la Biosfera y sostenibilidad

El área de influencia de A Coruña forma parte de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, un espacio protegido que destaca por su biodiversidad y su compromiso con la sostenibilidad. Este reconocimiento pone en valor la riqueza natural de la región y la importancia de su conservación para las futuras generaciones.

Desde rutas de senderismo hasta actividades de educación ambiental, la reserva ofrece múltiples opciones para quienes desean explorar la naturaleza de forma responsable. Visitar este entorno es una oportunidad para descubrir paisajes privilegiados y aprender sobre la interacción sostenible entre el ser humano y el medio ambiente.