De la Torre de Hércules a las cristaleras de la Marina, y de la Ciudad Vieja a su cara más modernista, A Coruña respira historia y creatividad en un viaje de cultura y patrimonio donde el Atlántico pone el telón de fondo
Ricardo Arnaiz | 31·diciembre·2024
Será por la Torre de Hércules, por sus icónicas galerías acristaladas, por el encanto de su Ciudad Vieja o por su lado más modernista, pero el caso es que A Coruña siempre sorprende y cautiva a quien la visita. Y no es un decir, porque hasta el mismísimo Picasso se quedó prendado y encontró en ella la inspiración para sus primeros pasos, al igual que hoy sigue siendo un referente para creadores de todo el mundo. Un lugar donde el pasado se entrelaza con el presente, siempre con armonía y vitalidad.
Situada en un enclave privilegiado, la ciudad es un mirador excepcional al Atlántico. En cada paseo descubrimos que su arquitectura tiene algo que contarnos, que sus plazas están llenas de vida y que museos de gran riqueza cultural nos recuerdan que esta ciudad ha sabido conservar su esencia mientras abraza la modernidad. De manera que cualquier recorrido por A Coruña es un viaje por su alma atlántica, sus tradiciones y por la riqueza de su patrimonio.
La Torre de Hércules es mucho más que un monumento: es un símbolo de resistencia y un testimonio vivo de la ingeniería romana. Este faro, construido a finales del siglo I, sigue iluminando la costa atlántica tras más de dos milenios en pie.
Con su revestimiento actual, obra del ingeniero Eustaquio Giannini en el siglo XVIII, la Torre no solo se erige como el faro más antiguo del mundo en funcionamiento, sino también como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2009. Con sus imponentes 55 metros de altura, sigue guiando a los navegantes y ofreciendo una vista espectacular de la costa coruñesa.
La Torre de Hércules | © Ayuntamiento de A Coruña
A su alrededor, el Parque Escultórico de la Torre de Hércules ofrece un paisaje que combina arte y naturaleza, con obras que rinden homenaje a la mitología y a la historia local. Un paseo por este entorno siempre es un buen plan para disfrutar de la brisa marina mientras conectamos con la historia y la naturaleza a partes iguales.
La Torre de Hércules | © Ayuntamiento de A Coruña
Perderse en la Ciudad Vieja de A Coruña es como abrir un libro de historia. Y aunque no sea nuestra primera visita, siempre hay algo nuevo que descubrir. El centro histórico de la ciudad ha evolucionado a lo largo de los siglos, recopilando algo simbólico de cada época. Sus calles empedradas y sus plazas esconden joyas arquitectónicas que hablan de un pasado medieval y barroco. De manera que siempre se merece una visita pausada para no perder detalle de sus iglesias, casonas hidalgas, jardines y plazuelas.
Las iglesias románicas como la Colegiata de Santa María do Campo, la iglesia de Santiago y la de San Francisco son paradas obligadas para los amantes de la historia y el arte. En el Convento de las Bárbaras o el de Santo Domingo se respira un aire de espiritualidad y una especial belleza arquitectónica, mientras recorremos calles que recuerdan a los antiguos gremios.
Iglesia de Santiago en la Ciudad Vieja | © Ayuntamiento de A Coruña
En el ámbito civil, destacan el Pazo Cornide y la sede de la Real Academia Galega, que fue residencia de la escritora Emilia Pardo Bazán. Las casas de Rosalía de Castro y de María Pita, convertida esta última en museo, permiten explorar la vida y legado de estas figuras clave de la historia gallega.
Entre edificio y edificio, los espacios verdes también tienen su protagonismo. El Jardín de San Carlos, donde descansa el general británico Sir John Moore, ofrece vistas impresionantes de la bahía y el Castillo de San Antón —aunque en la actualidad no puede visitarse—. Mientras que la Plazuela de las Bárbaras y la Plaza de Azcárraga son remansos de tranquilidad en medio de la ciudad.
Plaza Azcárraga | © Ayuntamiento de A Coruña
Hoy, este pasado convive con un presente que sabe cuidar sus orígenes. Las tascas, los pequeños cafés y las tiendas de anticuarios se mezclan con talleres artesanales y locales modernos, creando una atmósfera acogedora que invita a tomarse las cosas con calma.
Casco antiguo de A Coruña en navidad | © Ayuntamiento de A Coruña
La Plaza de María Pita es el corazón de A Coruña. Presidida por la estatua de la heroína local que defendió la ciudad de las tropas inglesas a finales del siglo XVI, cuando el almirante y antiguo corsario sir Francis Drake llegó a la ciudad. Una plaza que es centro neurálgico para eventos y celebraciones. Su gran protagonista arquitectónico es el Palacio Municipal, un edificio modernista iniciado en 1908 por Pedro Mariño que impresiona por su majestuosidad.
Plaza de María Pita | © Ayuntamiento de A Coruña
La plaza es un lugar para disfrutar tanto de día como de noche, rodeada de terrazas y locales donde degustar la gastronomía local mientras se respira historia. O, simplemente, para sentarse en un banco a descansar un poco mientras ves el ir y venir de los coruñeses.
A Coruña es conocida como La Ciudad de Cristal gracias a las galerías de la Marina. Estas fachadas acristaladas, construidas en dos fases entre 1870 y 1884, representan una innovación arquitectónica que combina funcionalidad y estética. De origen humilde y ubicadas en el barrio de La Pescadería, los soportales servían como punto de amarre para los navíos, brindándoles resguardo en días de temporal. Por su parte, las galerías actuaban como una cámara térmica con diversas funciones: protegían las fachadas de la lluvia, favorecían la ventilación, retenían el calor durante el invierno y refrescaban los interiores en verano. Además, mantenían algo esencial: la conexión visual entre el interior de las viviendas y el exterior.
Galerías de La Marina | © Ayuntamiento de A Coruña
Con el tiempo, aquellas modestas viviendas de pescadores evolucionaron, pero aún conservan la esencia de una ciudad profundamente conectada con el Atlántico. Hoy, la vida sigue latiendo en sus calles, en las animadas terrazas, en los paseos de vecinos y turistas, en los jardines cercanos, en los coloridos barcos de pesca amarrados en el puerto y en las numerosas actividades relacionadas con el mar.
Galerías de La Marina | © Ayuntamiento de A Coruña
El modernismo dejó una huella imborrable en A Coruña, transformándola en una ciudad de vanguardia a finales del siglo XIX y principios del XX. Este movimiento, impulsado por una burguesía próspera gracias al comercio ultramarino, dotó a la ciudad de lujosas residencias y edificios decorados con exquisitas ornamentaciones. Basta con darse un pequeño paseo para comprobarlo.
La ampliación del Ensanche en 1883 marcó el inicio de esta transformación. Calles como Juana de Vega, Picavia, la Plaza de Lugo y la Plaza de Pontevedra se llenaron de construcciones inspiradas en las corrientes arquitectónicas de Viena, París y Berlín. Arquitectos como Ricardo Boán, Antonio López Hernández y Julio Galán Carvajal trajeron a la ciudad ideas innovadoras de Austria, Suiza y Alemania, que adaptaron al contexto local.
Modernismo en A Coruña | © Ayuntamiento de A Coruña
Las fachadas modernistas se adornaron con motivos naturales y femeninos, siguiendo la estética de artistas como Otto Wagner o Victor Horta. Rostros enigmáticos inspirados en Elizabeth Siddal, musa del pintor Dante Gabriel Rossetti, se mezclan con elementos japoneses como lirios y mariposas, creando un estilo único que aún puede admirarse en muchos edificios de la ciudad.
La fundición local Wonemburger jugó un papel crucial al transformar estas ideas en barandillas, ventanas y ascensores que hoy son parte del patrimonio arquitectónico coruñés a través del hierro forjado. Este legado modernista invita a descubrir una faceta menos conocida que la Torre de Hércules, la Ciudad Vieja o La Marina acristalada, pero igualmente fascinante de A Coruña.
Edificios modernistas | © Ayuntamiento de A Coruña
A Coruña es también un referente cultural, con una oferta que abarca desde museos históricos hasta galerías de arte contemporáneo. El Castillo de San Antón, por ejemplo, alberga el Museo Arqueológico e Histórico, donde se explora la historia de la ciudad desde sus orígenes.
El Museo de Bellas Artes presenta una colección diversa que incluye obras de maestros como Zurbarán y Sorolla, mientras que el Museo de los Relojes ofrece una experiencia única al mostrar piezas que narran la evolución de la medición del tiempo a lo largo de la historia.
El castillo de San Antón que alberga el Museo Arqueológico e Histórico | © Ayuntamiento de A Coruña
Otros espacios, como el Museo Histórico Militar y el Museo de Arte Sacro, completan un panorama cultural que se adapta a todo tipo de público y gustos. Sumándose a todo ello una amplia variedad de eventos, festivales y actividades que hacen de A Coruña una ciudad que siempre está en movimiento.