Una ruta a bordo del Toyota C-HR desde Béjar hasta la Peña de Francia

Por Patricia Urquiola
Exprimos los 122 caballos de nuestro flamante SUV realizando dos breves excursiones desde sendas rampas que nacen en el centro mismo de Béjar

Después de media hora de recorrido por la serena Ruta de la Plata, que hemos tomado en la ciudad de Salamanca, produce una honda sensación asomarse a los escarpados perfiles de Béjar, coronados en cuanto avanza el otoño por las primeras nieves de La Covatilla, cuya estación de esquí ha revitalizado desde su apertura el turismo en este enclave del sureste salmantino. Nos proponemos atravesar estas tierras de castaños y robles para alcanzar, tras las aconsejables desviaciones y paradas que hacen del viaje el verdadero placer que debe ser, el célebre municipio de La Alberca.



A bordo del híbrido Toyota C-HR, el trayecto desde Salamanca por autovía ha sido un mero deslizarse como si nos transportara una alfombra mágica: todo suavidad y silencio casi absoluto con el control de crucero adaptativo activado para respetar los límites de velocidad de la vía y mantener la distancia de seguridad con los vehículos que nos precedían. En los pocos repechos del camino se requería una mayor intervención del motor de gasolina en apoyo del eléctrico. El cambio de marchas automático es ideal para desentenderse de todo salvo de mirar la carretera y disfrutar del paisaje.



Una vez en Béjar, a casi 1.000 metros de altitud, la orografía se transforma de manera radical. Decidimos exprimir los 122 caballos de nuestro flamante SUV realizando dos breves excursiones desde sendas rampas que nacen en el centro mismo de la localidad. Por una llegamos al Santuario de Nuestra Señora del Castañar y nos topamos con una aparición de lo más sorprendente, la plaza de toros redonda más antigua de España, que comenzó a construirse en el siglo XVII. Desde estas alturas se disfruta de una vista inmejorable de la arquitectura popular serrana y la muralla medieval que rodea Béjar.



Viajamos a Hervás por una ruta poco convencional para comprobar cómo se desenvuelve el C-HR en tramos revirados

Retornamos al municipio para abordar la segunda subida, en dirección al bello municipio de Candelario. Llega el momento de sacar todo el jugo al motor híbrido del Toyota C-HR en estas pendientes pronunciadas que conducen a este pueblo típicamente de montaña conocido por sus construcciones con anchos muros de piedra, amplios balcones de madera y, cómo no, las famosas batipuertas, esas curiosas medias puertas de madera que anteceden a las viviendas y las protegen tanto de los rigores climáticos (las frecuentes nevadas que caen a 1.136 metros de altitud) como, en otro tiempo, de la entrada de las ganaderías sueltas por la localidad cuando se pretendía airear la casa.



Ponemos rumbo hacia Hervás, en la vecina Extremadura, por una ruta poco convencional –la carretera comarcal que pasa por La Garganta–, para comprobar cómo se desenvuelve el C-HR en tramos revirados. Se nota que en el desarrollo del coche se ha primado el dinamismo, porque las curvas se suceden sin que el comportamiento difiera un ápice del que ofrecería el mejor de los turismos. Pasamos la villa famosa por su judería para emprender otro tramo aún más exigente, la subida al Puerto de Honduras, que comunica el Valle de Ambroz (al que pertenece Hervás), con el del Jerte, en el norte de Cáceres.



En el vertiginoso descenso hacia la provincia de Salamanca toca preservar nuestra seguridad, y nuestras baterías del sistema híbrido, haciendo uso de la palanca de cambios. Colocándola en la posición B, utilizamos el freno motor y al mismo tiempo recargamos la batería del vehículo, algo que conseguimos también al frenar y al levantar simplemente el pie del acelerador.



Tras pasar Sotoserrano, asistiremos a dos espléndidos espectáculos de la naturaleza: la confluencia de tres ríos y el asombroso Meandro del Melero

Con las pilas cargadas y los frenos sin asomo de fatiga, volvemos a tomar brevemente la Ruta de la Plata y nos desviamos en dirección a Montemayor del Río, uno de los pueblos más atractivos –y a pesar de ello más desconocidos– de España, conocido en la región por sus artesanos de la cestería y por su castillo medieval. Rehabilitada en los últimos años, esta construcción iniciada en el siglo XIII alberga en su interior un sofisticado restaurante donde reponer fuerzas después de toda una mañana de ruta. En este confín remoto no hay que preocuparse del aparcamiento: una explanada desierta (salvo en verano) da la bienvenida a cualquier vehículo que se adentre por las accidentadas calles del pueblo.



El estómago y la vista satisfechos tras conocer Montemayor invitan a seguir camino hacia La Alberca por otros parajes poco conocidos para la mayoría. Tardaremos más de una hora en recorrer apenas 43 kilómetros, lo que da una idea precisa de lo sinuoso del recorrido que conduce al Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. En plena travesía, al pasar Sotoserrano, asistiremos a dos espléndidos espectáculos de la naturaleza: la confluencia de tres ríos –Alagón, Cuerpo de Hombre y Francia– y, al sur de la localidad, el asombroso Meandro del Melero, que forma el río Alagón y delimita las provincias de Cáceres y Salamanca.



Culmina la aventura a bordo del Toyota C-HR en uno de los pueblos más populares de nuestro país, La Alberca, el primero en ser reconocido como Monumento Histórico-Artístico, allá por 1940. Llega el momento de que caballero y montura, nuestro C-HR, descansen en alguno de los muchos establecimientos hoteleros disponibles. Mañana será un buen momento para ascender hasta la Peña de Francia, a 1.727 metros de altitud, y desde allí contemplar, si el tiempo lo permite, la totalidad de la ruta que hemos completado.



Lugares que hemos visitado

  • Sierra de Béjar

    Sierra de Béjar

    Este enclave del suroeste salmantino encuentra entre sus mayores atractivos el Canchal de la Ceja, su pico más alto (2.428 m) (CC)

  • Candelario

    Candelario

    Gracias a su singular arquitectura, Candelario forma parte de la red 'Los pueblos más bonitos de España'. (Unplash)

  • Hervás

    Hervás

    El barrio judio de Hervás, con sus callejuegas estrechas y casas con grandes voladizos, bien merece una visita. (CC)

  • Valle del Jerte

    Valle del Jerte

    Aunque es durante la primavera cuando alcanza su máxima expresión, el resto de estaciones también ofrecen una visión del Valle inigualable. (CC)

  • La Alberca

    La Alberca

    La Alberca fue el primer pueblo en ser reconocido como Monumento Histórico-Artístico (1940). (CC)

  • Peña de Francia

    Peña de Francia

    Con 1.728 metros de altitud, este pico es una de las montañas más altas de la sierra de Francia. (CC)

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