La provincia de Burgos bien vale una escapada
(o un mes de vacaciones)

Por Elisabeth G. Iborra
Más allá de los vinos de la Ribera del Duero, la morcilla, el lechazo y el queso fresco, Burgos ofrece al visitante una naturaleza generosa repleta de contrastes

Cascadas, rutas ciclables, parques naturales e infinidad de senderos convierten a Burgos en un destino ideal para aquellos que deseen dejar atrás por unos días la vida urbana y adentrarse en la naturaleza.



Más allá de los vinos de la Ribera del Duero, la morcilla, el lechazo y el queso fresco, Burgos ofrece al visitante una naturaleza generosa repleta de contrastes, empezando por los hallazgos de la presencia humana desde la Prehistoria y pasando por profundos valles, tranquilos páramos, abruptos desfiladeros, saltos de agua, frondosos bosques… La provincia es ideal para ir en familia, hacer actividades en la naturaleza, entregarse al senderismo por sus centenares de recorridos posibles, conocer sus pueblos (no en vano en la provincia con más municipios de España, 371) y alojarse en sus casas rurales.



Las opciones son múltiples, aunque si lo que se busca es un reto de altura nada mejor que decantarse por El sendero de Gran Recorrido Sierra de la Demanda, que discurre por discurre por 36 localidades y cuenta con una longitud de 270 km (divididos en 12 etapas con alojamientos al final de cada una de ellas). Una buena forma de ver esta sierra, caminando o en bicicleta.



Allí se esconde la Casa de la Madera, entre los pinares del comunero de Revenga, enmarcada entre los pueblos de Quintanar, Carricosa y Regumiel de la Sierra, alzada con sus construcciones emulando los troncos apilados en homenaje a los aserraderos de la comarca. Desde sus cristaleras, se puede apreciar el bello paisaje y pasar el puente de madera hasta las copas de los árboles, para tirarse en tirolina como si no hubiera mañana. Porque el parque de aventuras De Pino a Pino, que cubre el parque de Navacerrada y el de Quintanar de la Sierra, ofrece 10 hectáreas de circuitos de tirolinas, canopy, puentes movedizos, lianas, saltos al vacío, etc. habilitados para toda la familia a partir de los 4 años.



Destacan rutas de un día como la de los Cañones del Ebro o la ruta El Valle, que parte desde el Alto de la Concha

Siguiendo con el senderismo, pero en rutas más cortas, para pasar el día, hay decenas, pero resaltamos algunas como la de los Cañones del Ebro o la de los Cañones y páramos por el discurrir del río Ebro, entre Quintanilla, Pesquera, Turzo y Orbaneja, un enclave muy valioso de gran belleza y calidad ecológica. La ruta El Valle parte desde el Alto de la Concha, cruzando el Valle de Sotoscueva, entre robles y encinas, pastizales y pueblos que han conservado su arquitectura tradicional, como Cueva, Quisicedo, Villabáscones, Quintanilla de Sotoscueva (entre estos dos últimos hay un conjunto de 20 tumbas antropomorfas alto medievales) y termina en Vallejo.



Otro sendero es el de los barrancos llamados Canales de Dulla, que une los municipios de Villamartín de Sotoscueva y Quintanilla de Valdebodres. La vegetación típica de la zona son encinas, quejigo, arces, avellanos y algunas hayas en las cumbres. Y no es raro atisbar buitres leonados, alimoche, búhos reales, águilas reales, corzos y jabalíes.



Burgos cuenta con 14 cataratas repartidas por la provincia, su quinta maravilla desconocida

La quinta maravilla desconocida de Burgos son las cascadas, y no será porque no hay, nada menos que 14. A saber: Peñaladros, Orbaneja del Castillo, Irús, San Miguel, Las Pisas, Tobera, Pedrosa de Tobalina, Neila, Altuzarra, La Mea, Tartalés, Salceda y Rojas, y cómo no, el Salto del Nervión, que es el salto de agua más grande de la Península Ibérica. Con sus 222 metros de altura, se localiza dentro del Monumento Natural del Monte Santiago, en cuyo interior nos sorprende un frondoso hayedo que llega hasta el borde de un espectacular anfiteatro rocoso por el que se precipita el río Nervión.



Destaca también la Cascada de la Mea que nos topamos haciendo senderismo hasta el final del estrecho cañón, tapizado por un magnífico bosque de quejigos. Muy cerca de la cascada, en la localidad de Puentedey, se haya otro extraordinario fenómeno natural que merece la caminata: su puente natural, que el río Nela ha ido excavando a lo largo del tiempo. En la ribera, la variedad vegetal alterna fresnos, arces, majuelos y chopos.



Burgos cuenta asimismo con cantidad de parques naturales, como el de Lagunas de Neila, el cañón del Río Lobos u Ojo Guareña. Pero llama especialmente la atención el de «Montes Obarenes-San Zadornil», unos puntos suspensivos de la Cordillera Cantábrica que se alzan como un gran murallón natural sobre las llanas tierras de La Bureba, en Burgos. La parte más alta de estos rascacielos de desfiladero es el Pan Perdido, con 1.237 metros de altura. Las hoces excavadas por el Ebro en Sobrón, el angosto desfiladero tallado por el río Oca en las proximidades de Oña y la garganta abierta por el río Purón en la sierra de Arcena son maravillas que se pueden explorar en la llamada Metrópoli Verde, que comparan con Nueva York. Para los urbanitas que necesitan estímulos para adentrarse en lo campestre.



Los yacimientos de Atapuerca fueron testigos de los primeros pasos de la evolución humana

Aunque también se pueden aproximar a través del arte, en el territorio ArtLanza, un proyecto de construcción de un pueblo típicamente burgalés de la Ribera del Arlanza, que ha esculpido un artista autóctono reciclando materiales de las escombreras de los pueblos vecinos. Y al reproducirlo a escala real, ha logrado el título de “la escultura más grande del mundo creada por una sola persona, con más de 8.000m2”. Además, realiza talleres artesanos y didácticos para visitantes. No obstante, como es una escultura, no un pueblo real, los alojamientos rurales más cercanos son los de El Perfume del Almendro o Tía Rosa.



Por supuesto, no se nos debe olvidar que Burgos fue testigo de los primeros pasos de la evolución humana, como se puede comprobar visitando los yacimientos de Atapuerca. Y en los alrededores, pues allí se encuentra esta reserva del Paleolítico Vivo, que permite una inmersión total en la Historia y la vida de nuestros antepasados tan realista que te enseñan incluso a cazar. Lo más interesante es la observación de los animales del Paleolítico en perfecta convivencia con los homínidos, haciendo un safari en 4x4.



Para culminar el viaje por la provincia, se recomienda visitar Burgos, cuya Historia y señorial arquitectura son imprescindibles; y Aranda de Duero, enclavada en plena naturaleza y famosa por la cantidad de viñedos (visítense los de Viña Sastre y los de Casa Rojo), y por sus bodegas subterráneas debajo de todas las casas, muchas de ellas visitables, como la Bodega de Santa María o la del restaurante El Lagar de Islilla.



Lugares que hemos visitado

  • Salto del Nervión

    Salto del Nervión

    Es el salto de agua más grande de la Península Ibérica, con sus 222 m de altura. (Pintafontes Senapelido - Wikimedia Commons)

  • Catedral de Burgos

    Cañones del Ebro

    Se trata de una hilera de hoces cinceladas por el río Ebro a su paso por Orbaneja del Castillo. (GTres)

  • Lagunas de Neila

    Lagunas de Neila

    Son un conjunto de lagos formados en unos circos glaciares rodeados de picos de unos 2000 metros de altura. (Biblioval - Wikimedia Commons)

  • Catedral de Burgos

    Catedral de Burgos

    Es una de las obras cumbres del gótico español y cronológicamente fue la primera representación de la arquitectura gótica clásica en España. (Gtres)

  • Cascada de la Mea

    Cascada de la Mea

    Situado entre de Puentedey y Quintanilla Valdebodres, se nutre de las aguas de los Canales de la Dulla. (Cronoser - Wikimedia Commons)

  • Cascada de Orbaneja del Castillo

    Cascada de Orbaneja del Castillo

    Nace en una cueva encima del pueblo, formando un arroyo que lo atraviesa y un espectacular salto. (mich.lagarde - Wikimedia Commons)

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