Garazi Sánchez, cuando coger una ola es mucho más que cumplir un sueño

Garazi Sánchez tenía siete años la primera vez que se subió a una tabla de surf, un hang ten que sus padres aún conservan. Sus padres, deportistas aficionados al mar, observaban con curiosidad el interés de una niña que ha ganado dos veces el campeonato de España y ha quedado subcampeona en un europeo. Pero sobre todo de una niña que adora el mar y se siente parte de él.

“En el agua, yo es de los pocos sitios en los que desconecto de una manera tan natural”, explica la surfista vasca en la última entrega de Mejor conectados, una iniciativa de Telefónica que busca poner en valor la importancia de las conexiones entre las personas. Sánchez es un perfecto ejemplo de la trascendencia de estos vínculos; nacida en Getxo (Bizkaia) su unión con el mismo mar que podía ver desde su ventana viene de muy pequeña y es el primer paso de una red de conexiones que la han llevado no solo a ser campeona sino también a ser feliz haciendo lo que más disfruta.

Su historia comienza de la mano de Gorka Yarritu, cuando ya se ponía de pie en la tabla y sus padres vieron que esa afición iba a más. “Yo empecé a pedir más. Entonces buscaron a alguien en el pueblo que surfease y que pudiese enseñarnos. Y en este caso fue Gorka, Gorka Yarritu”, cuenta Sánchez. Aunque Yarritu no era, como hoy en día, un profesor de surf con su propia escuela. “Fueron mis primeros alumnos. Para ellos fue el principio de su surfing, pero para mí fue también el principio de lo que luego ha sido el proyecto de mi vida durante varios años”, rememora Yarritu que ya entonces percibió el potencial de Sánchez: “Garazi era una niña especial”.

En aquel momento, la competitividad no importaba, era más divertirse con los compañeros de la escuela de surf, pasar los fines de semana junto al mar disfrutando de las olas. En ese momento, Garazi presenta y consigue poner en marcha un proyecto para irse a Australia a hacer surf y cursar el bachillerato a distancia. Y sin embargo, a sus 18 años, en 2010, la motivación cayó y aparecieron el miedo irracional y las crisis de ansiedad. “Viví un momento un poco lleno de dudas, de miedos. Perdí los sponsors, dejé de surfear y era como que no miré atrás, me daba igual. El mundo, como quien dice, me daba miedo. Es un miedo irracional, por eso es ansiedad”, recuerda Sánchez.

Cuando todo parecía perdido, Garazi supo pedir ayuda y conoció a Gorka Alegría. El entrenador se encuentra con una joven muy tocada anímicamente. “Garazi durante mucho tiempo vivió de su capacidad, de su talento, hasta que llega un momento en la vida que todo confluye para explotar”, explica Alegría, que busca recuperar a Sánchez a través del mismo deporte. “Mi primer enfoque no fue: quiero reconvertir a Garazi en la surfista que puede llegar a ser; sino que mi enfoque fue: voy a utilizar la herramienta del deporte para recuperar a la persona”, describe. De esta manera, Sánchez logra volver a disfrutar con el deporte y alcanzar un equilibrio con su vida y con ella misma que le permite recuperar la confianza y la fuerza necesaria para volver a subirse a una tabla de surf.

Entonces no solo logra volver a divertirse en el mar sino que alcanza su primer campeonato, en Portugal junto a su compañero, también deportista profesional, Andy Criere. “Para mí fue un punto de inflexión en mi carrera. Y a raíz de eso, gané los dos campeonatos de España 2017 y 2018 y quedé segunda de Europa en la Liga Profesional”, evoca.

Garazi Sánchez estaba en ese momento en la cima de su carrera. “Era el primer año en el que realmente estaba en el circuito mundial entero, el primer año que yo me consideraba realmente profesional”, asegura. Fue en ese momento cuando la surfista fue a surfear a su playa favorita, Hossegor, junto con Andy Criere. En plena ola, Garazi sufrió un accidente y supo enseguida que algo no iba bien. “De repente sentí un dolor en la espalda, casi me desmayo. Me tumbé como pude en la tabla y en la orilla, ya cuando las quillas dieron con la arena, me fui a poner de pie y no podía andar. Me desplomé”, rememora.

El accidente le ocasionó una lesión de columna que la llevó de inmediato a quirófano. Criere, que se mantuvo a su lado durante todo el proceso, recuerda sus miedos: “Una operación de columna… ¿Quién te va a decir si luego uno va a poder andar y luego poder surfear?”. Sin embargo, Sánchez no solo fue capaz de superar la operación, sino que quiso grabar y documentar todo el proceso. “Si algún día me curo y puedo recuperar mi carrera profesional, me gustaría tener grabado por lo que he pasado y recordarlo cuando gane, cuando pierda o cuando me queje de que hay mal viento”, reflexiona la surfista. Así nació Vergüenza, creado junto a su amigo Juan Labad, donde puede verse su recuperación y crecimiento tras el accidente.

Hoy Garazi Sánchez entrena, en palabras de su entrenador, como una leona. “No voy a dejar aquí una ola a nadie”, asegura la surfista entre risas. Alegría, su entrenador, lo tiene claro, ya es una ganadora: “independientemente si gana no sé cuántos campeonatos, el éxito es que tenga este empoderamiento personal, interno, para cumplir un sueño”. El surf para Garazi Sánchez es una herramienta para una vida más equilibrada pero también de disfrute absoluto y es que, como dice Alegría, “¿A quien no le gusta ser feliz?”.