Tecnología eléctrica
Por qué no hay que temer al coche eléctrico


Aunque pueda pensarse que el vehículo eléctrico es un invento reciente y que su popularidad actual obedece al aumento de la conciencia ecológica entre la población, lo cierto es que esta tecnología cuenta con más de un siglo de vida.

No en vano, los primeros intentos de implantarla en algún tipo de vehículo se remontan a las primeras décadas del siglo XIX, cuando Robert Davidson en 1838 logró mover una locomotora a 6 km/h sin necesidad de carbón ni vapor. En esas mismas fechas, el profesor Sibrandus Stratingh, en Groninga (Países Bajos), y el hombre de negocios escocés Robert Anderson trabajaban en inventos similares. Anderson, de hecho, ideó el primer carruaje de tracción eléctrica con pila de energía no recargable. Así, a la altura de 1900 el coche eléctrico había superado ya los 100 km/h de velocidad punta y gozaba de una celebridad que está lejos de alcanzar incluso hoy en día.

En cuanto a las baterías recargables, existían desde dos décadas antes, hacia 1880. De hecho, Thomas Alva Edison había montado una de níquel en uno de aquellos vehículos que comenzaban a surcar caminos y carreteras de los Estados Unidos.

Una autonomía de 500 km

Precisamente porque cada vez había más carreteras y los coches de gasolina eran cada vez más baratos –merced a un señor que se propuso motorizar el país, Henry Ford–, la escasa autonomía que proporcionaban esas baterías aún rudimentarias se convirtió en el principal hándicap de la tecnología eléctrica, y hoy, transcurrido más de un siglo, sigue siendo su talón de Aquiles más acusado.

Las cosas, sin embargo, no solo están cambiando, sino que lo van a hacer a un ritmo mayor de aquí a poco tiempo. La autonomía teórica de los modelos actuales ronda los 300 kilómetros; no obstante, en los próximos años veremos bastantes que superarán los 500, y ello con precios cada vez más asequibles.

Con estas cifras, los vehículos eléctricos dispondrán de un radio de acción que excederá los entornos urbanos, donde son reyes indiscutibles por suavidad, ausencia de ruido y eficiencia, y se convertirán en una opción viable para desplazamientos largos.

Al aumento de la autonomía se le suman también incentivos como el que ofrecen diversas marcas, entre ellas Volkswagen, que financia la instalación de un punto de carga en las viviendas o garaje comunitario con hasta 1.000 euros, además de ofrecer un servicio ilimitado y gratuito de grúa para aquellos usuarios que se quedan sin carga en la batería porque aún se no han familiarizado con la tecnología de su vehículo o descuentos para alquilar un coche con motor convencional si necesitan realizar un viaje especialmente largo.

En grandes ciudades como Madrid y Barcelona, además, aquellos modelos que cuentan con el distintivo Cero emisiones de la DGT, entre los que se incluyen los 100% eléctricos, no deben pagar nada por estacionar en las zonas de aparcamiento regulado, ya sean de color azul o verde, y sin limitación de tiempo. Igualmente, pueden circular por el centro de las ciudades sin limitación alguna durante las restricciones al tráfico en periodos de alta contaminación

Beneficios y descuentos

El vehículo eléctrico dispone de otros beneficios como descuentos o exención total de pagos del pago de peajes en determinadas autopistas. Sus ventajas son muy atractivas también en lo relativo al ahorro con respecto a un coche de combustión. En primer lugar, por el gasto de combustible: el coste para que un vehículo eléctrico recorra 100 kilómetros se calcula en 1,2-1,5 euros, mientras que en un vehículo convencional eficiente la cifra se sitúa entre 7 y 8 euros.

El gasto en mantenimiento es también inferior puesto que el motor del coche eléctrico es mucho más sencillo que el de combustión y cuenta con muchas menos piezas en su sistema de propulsión, lo que propicia que también se produzcan menos averías. Algunas de éstas son especialmente costosas, como el cambio de la correa de distribución, las roturas de embrague o los fallos en los hoy omnipresentes turbos.

A todo este panorama hay que añadir el incentivo económico que supone la reciente aprobación por el Gobierno del Plan MOVEA, que subvenciona con 5.500 euros la compra de un coche eléctrico para particulares.





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