Ricardo Arnaiz · 21/06/2023
Esa persona que viaja sin prisas, que quiere disfrutar de su tiempo, empaparse de lo que le rodea, sumergirse en la naturaleza, descubrir tradiciones, probar una gastronomía en la que el producto es lo primero y que busca un alojamiento singular en el que desconectar de absolutamente todo, es posiblemente una persona que elegiría Navarra para sus próximas vacaciones. Un destino que en verano se vuelve además toda una tentación gracias a su temperatura fresca, su verde vegetación y sus ríos llenos de vida.
Muchos sitios presumen de ser un lugar de contrastes, pero en Navarra ese tópico se vuelve una realidad. En apenas unos kilómetros, pasamos de la zona pirenaica —como el valle del Roncal y el de Salazar— al desierto de las Bardenas Reales, dejando entre ellas una zona media cargada de historia. Cada una de estas tres franjas horizontales en las que se divide la Comunidad Foral, con la Montaña en el norte, la Zona Media en el centro y la Ribera al sur, está repleta de atractivos culturales, naturales y gastronómicos, y una combinación de las tres puede completar un viaje plagado de paisajes totalmente variados, diferentes e incluso opuestos. Y en todas, además, encontramos una agenda estival plagada de fiestas, tradiciones, eventos y citas gastronómicas que pueden aportar un interesante toque cultural a nuestro viaje.
Bardenas Reales | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Castillo de Olite y la Selva de Irati | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Si entramos en Navarra desde el sur, la primera parte que encontramos es la conocida como Ribera Navarra. Y aquí es donde nos llevamos la primera sorpresa, porque si en nuestra mente tenemos la típica imagen de la Navarra verde y frondosa, aquí encontraremos uno de los entornos más extremos y sorprendentes de todo el país: las Bardenas Reales. Este desierto, característico por sus formaciones geológicas, ha sido escenario de múltiples películas y series, incluida la mismísima Juego de Tronos.
Hay múltiples maneras de conocerla: en 4x4, segway, bicicleta eléctrica, buggy, a pie o a caballo. Una opción recomendable es la bicicleta, y siempre tenemos la opción de alquilar una o de contratar una visita guiada para recorrer sus caminos mientras pedaleamos. Un buen momento para visitarlas puede ser coincidiendo con la Fiesta de los usos tradicionales de la trashumancia en Bardenas Reales.
Parque Natural de las Bardenas Reales | © Francis Vaquero y Sergio Padura · Turismo de Navarra
Parque Natural de las Bardenas Reales | © Javier Campos · Turismo de Navarra
Muy cerca se encuentra Tudela, capital de la Ribera, y famosa por la riqueza que ofrece su huerta, ubicada al pie del río Ebro. Su casco histórico tiene mucho que contar, por lo que es recomendable hacer una visita guiada. La ciudad fue fundada en el año 802 bajo el dominio musulmán aunque aquí convivieron durante cuatro siglos musulmanes, judíos y mozárabes, y más tarde llegaron los cristianos. Su catedral merece una visita, así como la Plaza de los Fueros y la iglesia de Santa María Magdalena. El verano es un buen momento para conocerla en todo su esplendor, a poder ser coincidiendo con las Fiestas de Tudela a finales de julio.
Fiestas de Tudela | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Catedral de Santa María (Tudela) | © Javier Campos · Turismo de Navarra
Y si queremos descubrir la zona de la Ribera de una forma diferente y disfrutando de unos alojamientos totalmente singulares, entonces también estamos de enhorabuena. Por un lado, porque el hotel Aire de Bardenas ofrece burbujas transparentes para disfrutar de los millones de estrellas que cada noche iluminan el cielo limpio de este Parque Natural y Reserva de la Biosfera. Y por otro, porque el hotel Cuevas de Bardenas nos permitirá disfrutar de la experiencia única de dormir en el interior de una cueva tradicional, acondicionada con respeto a su estructura y tradición, pero con todas las comodidades que necesitas.
Si continuamos subiendo hacia el norte, llegamos a la conocida como Zona Media: un cinturón central que va de lado a lado en el que salen a nuestro paso fortalezas, palacios y castillos que nos hablan de su importancia estratégica durante la Edad Media, y en el que el Camino de Santiago también ha dejado su huella.
Todo viaje que pase por Navarra debe incluir una parada en Olite. Aquí viajaremos al Medievo a través de su casco histórico, sus calles empedradas, sus nobles caserones y sus espléndidas iglesias. Pero, sobre todo, también por su Palacio Real, antigua sede de la corte de los reyes navarros, y considerado uno de los palacios medievales más lujosos de Europa. Aunque si realmente queremos viajar al pasado, nada mejor que visitar Olite el fin de semana de agosto en el que se celebran sus Fiestas Medievales para mezclarnos entre mercaderes, artesanas, titiriteros, trovadoras, clérigos, arqueras, halconeros y malabaristas. O, si queremos disfrutar de otras ofertas culturales, entre finales de julio y principios de agosto se celebra el Festival de Teatro de Olite. Para que la experiencia sea completa, nada como alojarse en el Parador Nacional Príncipe de Viana, ubicado en lo que se conoce como el Palacio Viejo.
Palacio Real de Olite y calles de Olite | © Francis Vaquero y Javier Campos · Turismo de Navarra
Palacio Real de Olite: antigua sede de la corte de los reyes navarros | © Javier Campos · Turismo de Navarra
Eso sí, para sacarle todo el jugo a esta Zona Media, no deberíamos pasar por alto Estella-Lizarra —apodada la Toledo del norte—, el otro gran núcleo de esta zona. Aquí encuentran un descanso obligatorio los peregrinos del Camino de Santiago, y a todos nos esperan tres verdaderas joyas románicas: el Palacio de los Reyes de Navarra, el claustro de San Pedro de la Rúa y la portada de San Miguel. Estella-Lizarra está llena de vida, sobre todo en verano, cuando podemos disfrutar de su Festival de Confluencias, su Semana Medieval, su Semana de Música Antigua o las propias Fiestas de Estella-Lizarra. Pero más allá de su oferta cultural, la ubicación de esta localidad rebosante de historia nos permite disfrutar de parajes naturales de la belleza del Parque Natural Urbasa y Andía, un anticipo perfecto de lo que nos espera en el norte, o de maravillas como el Nacedero del Urederra, donde el color del agua alcanza tonalidades imposibles. Para conocer Estella-Lizarra y sus alrededores inmersos en la naturaleza, ¿qué mejor plan que alojarse en una cabaña sobre un árbol? Una fantasía que se hace realidad en Casa Maitena, en Puente la Reina.
Iglesia de San Pedro de la Rúa | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Fiestas de Estella-Lizarra y peregrinos por la Iglesia del Santo Sepulcro | © Elena Irigoyen y _Javier Campos · Turismo de Navarra
Puente Románico de Puente la Reina | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Nacedero del Urederra | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Parque Natural de Urbasa-Andía | © Amaya Alcelay · Turismo de Navarra
Y llegamos al norte de Navarra, a la zona de la Montaña, a esa Navarra verde y frondosa que tanto nos atrae cuando el verano hace subir las temperaturas. Una zona que parece estar hecha para ayudarnos a desconectar y a olvidarnos de nuestra fatigosa rutina diaria.
El Valle de Baztan podría ser el principal destino de nuestras próximas vacaciones y jamás nos arrepentiríamos de ello. En verano no hay mejor plan que coincidir con la Fiesta del Valle de Baztan o Baztandarren Biltzarra, cuando Elizondo se viste de gala, aunque también puede ser especialmente interesante acercarse a Urdax para celebrar el Día del Hierro o su Fiesta del Deporte Rural, para así conocer de primera mano sus tradiciones más auténticas. Para disfrutar de algunos de los enclaves naturales más cercanos, nada como acercarse al Señorío de Bertiz, el Parque Natural con más historia de Navarra ubicado en el Valle de Bertiz o Bertizarana, o animarse con cómodas rutas como la que nos lleva a la cascada de Xorroxin. ¿Quieres descubrir el Valle de Baztan desde un alojamiento de esos de los que no te querrías ir jamás? Sigue la sinuosa carretera que lleva hasta la Casa Rural Urruska y déjate mimar por su encanto y sus exquisitos desayunos elaborados con productos propios, o date un capricho en las Cabañas Deluxe Basajaun Basoa.
Valle de Baztan | © Alkaxuri y Javier Campos · Turismo de Navarra
Valle de Baztan | © Iñaki Tejerina · Turismo de Navarra
Valle de Baztan | © Alkaxuri · Turismo de Navarra
Fiestas en el Valle de Baztan | © Alkaxuri · Turismo de Navarra
Valle de Baztan | © Francis Vaquero · Turismo de Navarra
Pero claro, si buscamos naturaleza, las hayas y los abetos de la Selva de Irati siempre nos esperan con las ramas abiertas. Irati es el segundo hayedo-abetal más grande y mejor conservado de Europa, a la vez que uno de los bosques más famosos y bonitos de España. Un lugar privilegiado compuesto también por prados de montaña que nos llevan hasta Francia y donde la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta marca una parada obligatoria. Para vivir una de las zonas más llamativas de Navarra totalmente inmersos en su naturaleza nada como alojarse en los iglús de madera Irati Barnean. Aunque si queremos volver a la Edad Media, el Hotel Rural Torre de Úriz, en el Valle de Arce nos permitirá dormir en su torre medieval del siglo XIII declarada Bien de Interés Cultural.
Selva de Irati | © Javier Campos · Turismo de Navarra
Selva de Irati | © Javier Campos · Turismo de Navarra
La gastronomía en Navarra no se toma a broma. Comer bien es un asunto muy serio. Y gracias a la calidad de su producto, y al buen hacer de sus cocinas más tradicionales, es fácil disfrutar de cada bocado. En este viaje por las tres zonas de la Comunidad Foral no solo encontraremos contrastes paisajísticos, sino también gastronómicos, aunque hay grandes básicos que nunca fallan estemos donde estemos. Las verduras son quizá uno de sus productos de más renombre, y es que sus tiernas alcachofas, sus delicados espárragos, su borraja, sus sabrosos pimientos asados o la rica menestra que los mezcla casi todos, sorprenden a cualquiera. Pero eso sí, la carne también tiene un papel protagonista, así como la txistorra, las conservas, los vinos, el patxaran, los quesos, el aceite y los dulces. ¿Lo mejor? Que opciones para probar la cocina navarra no te faltarán, vayas donde vayas, ya sea en bares de pinchos o en restaurantes del más alto nivel, siempre es fácil concederle algún que otro capricho a nuestro estómago.
Un pincho de txistorra y gente de pinchos en la calle San Nicolás de Pamplona | © Francis Vaquero y Diaporama · Turismo de Navarra
Un plato de espárragos de Navarra | © Sergio Padura · Turismo de Navarra