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Cocina casera por tres euros: el restaurante de barrio que ayuda a los vecinos más vulnerables

El Banco Santander salva del cierre a Casa Carmela y a otras decenas de pymes y autónomos en crisis por la pandemia

Cocina casera por tres euros: el restaurante de barrio que ayuda a los vecinos más vulnerables

El Banco Santander salva del cierre a Casa Carmela y a otras decenas de pymes y autónomos en crisis por la pandemia

18/12/2020

En el barrio de Simancas, muy alejado de las zonas turísticas de Madrid, cerca del final de la callé Alcalá, está la Casa de Comidas Carmela. Tras el shock del cierre por el estado de alarma, este restaurante se ha reinventado y se ha convertido en un referente para los vecinos de la zona más desfavorecidos por la pandemia.

Gracias a Casa Carmela y a su red piramidal de ayudas #comidaparatodos, decenas de personas que se han quedado en el paro y sin recursos pueden conseguir a diario menús saludables y gratuitos, cuyo coste de 3 euros se cubre con donaciones. Esto ocurre por la determinación personal de su fundador, Jaime Rincón, y por el apoyo temprano de su banco, el Santander, que no le dio tiempo ni a entrar en crisis.

Rincón es un emprendedor autónomo con amplia experiencia en el mundo de la hostelería. En enero pasado, decidió iniciar su restaurante de comida casera fresca y saludable, cocinada a diario, con proveedores locales y productos de temporada, y empezó la contratación del equipo y la organización del local. Menos de dos meses después llegó la pandemia, un cataclismo para una pequeña empresa que casi no había dado sus primeros pasos.

"El 13 de marzo fue como si se acabara el mundo para mí", recuerda Jaime, con emoción contenida. "Y entonces, el mismo sábado 14 de marzo —primer día del confinamiento obligatorio—, recibí un mensaje de Carlos Vicente, del Banco Santander, que nos apoya desde el principio, diciéndome: Jaime, tranquilo, sé dónde estás, sé quién eres, cuenta con nosotros, yo te cuido".

Miembros del equipo de Casa de Comidas Marcela. Jaime Rincón, abajo a la izquierda.

Miembros del equipo de Casa de Comidas Marcela. Jaime Rincón, abajo a la izquierda.

Esa llamada cambió su destino y le permitió conseguir la relajación suficiente como para, poco después, iniciar un programa de ayuda a su barrio desde su local de restauración. "Un día, llegó una señora, con sus dos niños, a la puerta del local, y me pidió comida. Pensé: esto no puede ser, tengo comida, tengo crédito con el banco, crédito con los proveedores, fuegos y mercadería. Hay niños a 300 metros de aquí que solo comen cada dos días".

Así que reconvirtió su concepto de negocio en un restaurante solidario para los vecinos de Simancas, prolongado luego al resto de Madrid desde mayo gracias al segundo proyecto de Jaime, Comida para todos, una suerte de red de ayuda que ya se ha extendido a otros barrios gracias a varias asociaciones vecinales. "La labor social en este restaurante ha llegado para quedarse", concluye Rincón.

Ayuda a autónomos y pymes

El caso de Jaime Rincón es uno más entre los miles de autónomos y pymes que han recibido el apoyo del Santander durante la pandemia, en todos los países donde opera: España, Portugal, Reino Unido, México, Brasil, Polonia, Chile, Argentina, Estados Unidos.

En España, empresas como la especialista valenciana en extinción de incendios Valfu, el Grupo restaurador Deluz, la inmobiliaria orensana TBH, la ibicenca Toldos Merino, las bodegas pacenses López Morena, la catalana Informática Carpio, la empresa leonesa de integración sociolaboral Soltra, la ceutí Helity Copter Airlines, la extremeña Gevora Fruits, la madrileña Valenzuela Atelier, la coruñesa Bionix Technlogies, el histórico bar madrileño El Brillante, el Quenco de Pepa, el Hostel La Pedriza, u otro bar en Coslada: el Santa Olalla.

Marcos Rodríguez, propietario de este último local, también estuvo a punto de quebrar. Su negocio fue fundado por sus padres hace 40 años y, tras evitar el desastre, define a los responsables del banco que le echaron una mano como “los médicos de nuestros bolsillos”.

Otros testimonios

Cecilia María Torres, propietaria de una tienda de productos ecológicos en Sort (Lleida), cree que su “ángel de la guarda” durante la pandemia ha sido la directora de la sucursal del Santander. Pedro Morgado, de Bodegas López Morena, utiliza otro término parecido: “El Banco Santander ha sido nuestro chaleco salvavidas”. Y Silvia Abad, gerente de Valfu, reconoce que sigue sorprendida por la rápida ayuda que le prestó el banco les dio cuando empezó la crisis, “incluso llevando apenas cinco meses como cliente”. “Ahora podemos dormir”, confiesa Abad.

El Brillante, cuyo dueño es Alfredo Rodríguez, también pudo sobrevivir a la crisis gracias al Santander, e incluso se lanzó a ayudar con comida gratuita a los profesionales sanitarios de Madrid durante el confinamiento, gracias al foodtrack que instaló junto a Ifema, en el pabellón que fue usado como hospital de campaña. Hoy, con el bar otra vez abierto y a tope de clientes, asegura: “Si quieres llegar pronto, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.

Clientes pymes del Santander agradecen al banco ser su ángel de la guarda durante la pandemia

Clientes pymes del Santander agradecen al banco ser su ángel de la guarda durante la pandemia

Banca responsable

Todos estos casos tienen el denominador común de lo que Santander llama "banca responsable", que en la práctica se traduce en una serie de comportamientos personales y políticas corporativas de obligado cumplimiento, tanto para la concesión de crédito a particulares, empresas e instituciones, como para favorecer la sostenibilidad de los proyectos que se estén financiando, incentivando el respeto al medioambiente y su capacidad de fomentar la inclusión social y financiera de las comunidades.

Los 200.000 empleados del Santander, de cualquier nivel, en todo el mundo, deben cumplir estas políticas y anticiparse a las necesidades de los clientes. También los miles de proveedores del banco alrededor del mundo han de organizarse internamente para adaptarse a estas políticas.

Los comportamientos esperables y evaluables para los empleados del Santander, de acuerdo con las políticas corporativas del banco
Soy respetuoso

"Muestro respeto y trato a los demás como me gusta que me traten, reconociendoy aprovechando sus diferencias"

Escucho de verdad

“Escucho y me pongo en el lugar del otro para entender mejor sus necesidades”.

Hablo claro

“Hablo claro, me adapto a mi interlocutor y contexto, cuestionando las cosas constructivamente”.

“Cumplo las promesas

“Cumplo lo que prometo y soy coherente en todo lo que hago”.

Promuevo la colaboración

“Promuevo de forma activa la colaboración para ofrecer la mejor solución para mis clientes y colegas”.

Trabajo con pasión

“Trabajo con pasión y energía y doy lo mejor de mí para ganarme la confianza y fidelidad de mis clientes y colegas”.

Apoyo a las personas

“Ayudo a las personas que me rodean en su desarrollo, dándoles feedback y reconociendo sus esfuerzos”.

Impulso el cambio

“Impulso el cambio en todo lo que hago aportando soluciones creativas e innovadoras, aprendiendo de los errores”.

Circunstancias como las mencionadas han hecho que en noviembre pasado Santander haya sido galardonado por The Banker, la revista especializada del Grupo Financial Times, como Mejor Banco de España y de toda América. Es un premio que se une a los que ya recibió en meses pasados como Mejor Banco para Pymes del Mundo 2020, según Euromoney, y también como Mejor del Banco del Mundo en Igualdad y Sostenibilidad.

Al explicar la concesión de su premio, The Banker ha destacado que la respuesta temprana del Santander a los desafíos de la pandemia, con nuevo crédito rápido y asequible para el tejido empresarial más vulnerable, ha sido fundamental para las comunidades donde opera.

Aún lo es y ahora mismo está concediendo financiación por unos 600 milllones de media diaria a pequeñas empresas y a autónomos. Desde que empezó la crisis del Covid19, el banco cifra en 71.700 millones de euros la financiación procurada a pymes y autónomos. Esta cifra ha venido acompañada también de aplazamientos de pagos para más de 200.000 familias, anticipos de fondos y líneas de liquidez.

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, visitó el restaurante El Qüenco de Pepa para mostrar su apoyo a los pequeños negocios durante la pandemia. La restauración es uno de los sectores que más está sufriendo la crisis

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, visitó el restaurante El Qüenco de Pepa para mostrar su apoyo a los pequeños negocios durante la pandemia. La restauración es uno de los sectores que más está sufriendo la crisis

Además de enfocar su negocio durante la pandemia a la protección de empresas y familias, el Santander ha lanzado centenares de proyectos de todo tipo contra el coronavirus. Entre ellos, un fondo especial de más de 100 millones de euros para ayudas a colectivos desfavorecidos, donaciones de material sanitario y dinero para proyectos de investigación. La presidenta del banco, Ana Botín, ha declarado: "La razón de que existamos es ayudar a prosperar a nuestros clientes".