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Servicios como Kindle Direct Publishing, que ofrecen un escaparate global y el control total de la obra, hacen realidad el sueño de muchos de poder vivir de la literatura.
Ángela García
España no destaca por ser un país especialmente aficionado a la lectura, pero los datos son cada vez más halagüeños. Quizás la presencia constante de pantallas haya apuntalado un tímido hábito por la lectura o las redes sociales hayan subrayado la importancia de la buena expresión escrita, la palabra precisa o la emoción bien expresada. Durante estas últimas semanas corría por internet una experiencia, al parecer, ampliamente compartida: la del ex que con un “hola, qué tal el confinamiento” buscaba retomar un relato sentimental interrumpido. No importa la época ni el escenario, por apocalíptico que este parezca: una buena historia siempre atrapa e ilumina.
Las tecnologías digitales también han abierto puertas hasta ahora inimaginables en las posibilidades de la edición, un mercado no siempre accesible, y también en las del formato del libro, que se ha mantenido prácticamente inmutable durante decenios. El caso del escritor Fernando Gamboa ejemplifica ambas revoluciones: hace 13 años comenzó a publicar sus obras –con gran éxito– en sellos editoriales convencionales, pero fue en 2011 cuando decidió tomar el control total de su carrera. “Me lancé de cabeza a la autopublicación en KDP y esa ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, considera. “Ser autor autopublicado me supone más trabajo, pero a cambio escribo lo que quiero y cuando quiero, y llego a muchos más lectores de los que llegaría de ningún otro modo”.
A día de hoy, Gamboa tiene nueve novelas disponibles a través de Kindle Direct Publishing –KDP, el servicio de autopublicación gratuito de Amazon– y sus ventas se cuentan por cientos de miles en todo el mundo y en diferentes idiomas. Este año participa por tercera vez como jurado del Premio Literario Amazon Storyteller, que reconoce la mejor obra publicada en español a través de KDP y supone un aldabonazo para los autores en este formato. Desde que el concurso comenzara en 2014 se han presentado más de 10.000 originales escritos por autores de hasta 40 países diferentes. En esta séptima edición, cuya convocatoria está abierta hasta el 31 de agosto, el premio incluye 4.500 euros en efectivo y una campaña de marketing valorada en 20.000 euros.
La autora de novela romántica Kristel Ralston se presentó a la convocatoria en 2015 con Lazos de cristal. No ganó, pero quedó entre los cinco finalistas y eso supuso el trampolín definitivo a su carrera. Un año antes de aquella experiencia, Ralston había decidido renunciar a su trabajo para dedicarse de lleno a su pasión literaria. Aunque hoy es una autora híbrida (también tiene obras en editoriales convencionales), esta ecuatoriana cuenta con 26 libros publicados, algunos de ellos incluso traducidos al polaco y el hindi, y el 80% de ellos también disponibles en Amazon en versión audiolibro. Sin embargo, describe una experiencia donde el trabajo y la perseverancia han sido clave: “Las musas existen en el imaginario romántico de la vida de escritor, pero es la disciplina el factor esencial si quieres que tu carrera en cualquier género literario despegue”.
Kristel Ralston
Muchos de estos escritores independientes cuentan con un equipo de trabajo exigente, que vela por la calidad del texto y lo somete a las mismas etapas que atravesaría la obra en los cauces tradicionales. Si bien la figura del editor convencional sigue siendo fundamental, en la historia de la literatura son muchos los ejemplos de que no siempre tienen el olfato afinado para reconocer grandes talentos o éxitos de ventas. Las primeras ediciones de clásicos como Sentido y sensibilidad o Emma las financió su autora, Jane Austen, y es legendario el rechazo del primer manuscrito de la saga de Harry Potter hasta por 12 editores.
De la escena independiente también han salido muchos de los superventas contemporáneos, como son Juan Gómez-Jurado, Eva G. Sáenz de Urturi, Elisabet Benavent o Marcos Chicot. Hoy sus obras llegan a las librerías a través de los sellos más importantes en lengua española, se llevan al cine o a la televisión; pero algunos de estos autores también siguen ofreciendo sus novelas a través de KDP, bien sea por las ventajas que presenta o bien por lealtad a sus lectores. En todo caso, para el escritor de ciencia ficción Ismael Santiago, que ganó el Premio Literario en 2019, el salto de estos escritores a las primeras ligas del mercado convencional ha sido fundamental para sacudir los prejuicios respecto a la calidad de las obras autoeditadas.
“Desde que empecé en la autopublicación en 2014 hasta ahora, este prejuicio ha disminuido mucho”, razona, “antes era sinónimo de que la editorial no había escogido la obra por mala, y ahora el lector lo entiende como una nueva vía para publicar y tiene menos miedo a elegir una novela autoeditada”. Aunque con poca producción, el premio supuso un antes y un después en la vida de Santiago, que vio cómo las ventas de la obra con la que ganó el premio, Inmemorian, se multiplicaron desde el momento en que se anunció como finalista.
El escritor cuida mucho tanto lo que escribe como la relación con sus lectores, algo fundamental para que esa estrategia de marketing tan clásica como actual haga su magia: el boca oreja. A aquellos que decidan presentarse al premio, referente entre los autores que se decantan por esta opción de publicación, Santiago deja, además, un consejo: “Para llamar la atención hay que tener en cuenta el trabajo que se hace antes de darle al botón de publicar”.
Mucho trabajo y lectores críticos
Tras el seudónimo de Kate Danon se encuentra la madrileña Victoria Rodríguez, autora también de género romántico, probablemente uno de los más exitosos en la oferta de Amazon. Con una trayectoria como autora de novela juvenil en editoriales convencionales, decidió optar por la autopublicación con sus historias para adultos. “Con la primera obra que autopubliqué noté que la novela tenía mucha más vida que las anteriores”, cuenta. La siguiente fue El secreto de Malcom, finalista en el premio de Amazon en 2018 y uno de los 10 ebooks más leídos en Kindle en 2019. La experiencia fue tan gratificante que la escritora se ha vuelto a presentar este año con Nicole en el espejo. “Con KDP he logrado llegar a más público y a lugares del mundo en los que nunca me imaginé que vendería un libro”, añade Kate Danon, “siendo autopublicada me ha leído mucha más gente de Latinoamérica, y también en Australia, Canadá… ¡hasta en Japón!”.
Kate Danon
La historia de Danon comparte lista de éxitos con una de las obras más emblemáticas de autoedición en España: El asesinato de Pitágoras, de Marcos Chicot. Con esta novela, a Chicot se le escapó por los pelos el Premio Planeta en 2013; pero se quitó la espinita tres años después, cuando quedó finalista con El asesinato de Sócrates. Ahora es un autor publicado por Planeta en papel, pero que mantiene sus obras en ebook a través de KDP. Veterano en la modalidad –además de gran conocedor de sus posibilidades y virtudes-, Chicot cuenta que lo que más le gusta de este formato es la flexibilidad que le ofrece para cambiar la portada o la descripción del libro cuantas veces quiera. “Incluso he retocado las primeras páginas de Sócrates”, completa. A estas ventajas añade también la posibilidad de suscripción, “algo que funciona muchísimo en el audiovisual y en el libro también está yendo bien”.
Marcos Chicot
Detrás de su éxito hay muchísimo trabajo, estudio y dedicación, algo con lo que coinciden el resto de escritores entrevistados. A todos estos requisitos hay que sumarles el toque infalible, que la historia sea buena y que los lectores lo avalen. “Si la novela está arriba en la lista y permanece es porque los lectores la mantienen ahí”, concluye Chicot.