Para guiar las entrevistas, ninguna entrevistadora mejor que Joana Bonet, viajera además de buena periodista, que, en este caso, nos presenta primero a Paola Torres, la primera mujer con Síndrome de Down que ha cumplido su sueño de ser modelo y de desfilar en una pasarela en España.

Asegura que le gusta mucho viajar en tren porque le trae muy buenos recuerdos, como cuando en 2012 participó, tres años antes de que una chica con Síndrome de Down se hiciera famosa por desfilar en Nueva York, en la Valencia Fashion Week, que fue para ella un viaje muy emocionante.

Y añade con orgullo que, en 2018, formó parte de un casting de modelos internacionales de una de las pasarelas de moda nupcial más importantes de Europa, la Barcelona Bridal Fashion Week, donde también realizó el viaje en tren.

Sobre la inclusión de la diversidad, opina que, desde principios de la segunda década del siglo, “las cosas han cambiado mucho y cada vez hay más personas con discapacidad en el mundo de la moda”. Algo a lo que ha contribuido el programa educativo Escuela de imagen y moda fácil, nacido en 2014, que, según explica, “consiste en impartir cursos y talleres que están dirigidos a personas con discapacidad intelectual”. A sus alumnos les recomienda cómo elegir la ropa adecuada y cómo combinarla bien y cada cual con su estilo para que la ropa nos quede mejor.

Bajo el lema, ‘a mí me gusta todo lo mío’, a los jóvenes que tengan inseguridades les recuerda: “en nuestro aspecto físico hay cosas que no podemos cambiar, pero sí hay algunas cosas que podemos mejorar. Sonríe con tu cuerpo y no te compares con los demás”.

Ella tiene bastante experiencia al respecto, porque lleva su propio blog de moda, que, argumenta: “es una gran motivación para mí, hace que me esfuerce en cuidar mi imagen personal y en superarme todos los días y me ha dado la oportunidad de vivir grandes experiencias”.

Aunque sabe que lo más importante es el apoyo de las guerreras de su casa: “he tenido la suerte de haber contado siempre con mi familia: mi madre, mi hermana y yo formamos un gran equipo, y eso hace que todo sea más fácil”, reconoce.

A nivel internacional, le encantaría desfilar para Dolce y Gabbana, especialmente le encanta una colección que lanzaron con inspiración de Alicia en el país de las maravillas. Mientras que, en España, su diseñadora favorita es Esther Noriega, que es quien la invitó a participar en su desfile de moda.

Cuando avanzaba por la pasarela, se sentía como una princesa desfilando con su vestido largo, haciendo su sueño realidad. Aunque alberga otros como “volver a desfilar en una importante pasarela y hacer también más talleres de moda”. Incluso se ofrece para hacer alguna ponencia, como aquella en la que ya participó sobre Mujer y discapacidad que clausuró la reina Letizia.

No le puede la timidez, ni mucho menos. Más bien le fascina hablar en público e incluso salir en videoclips como el que dirigió Lucía Gil para el Día de la Mujer Trabajadora, donde actuaba con Gloria Ramos, actriz que ha ayudado mucho a que las personas con Síndrome de Down estén cada vez más integradas en las artes y en la sociedad.

Y hablando de actrices, me engancho seguidamente al vídeo de Macarena Gómez, que desde pequeña ya tenía claro que lo suyo era actuar y explotar su vena dramática, aunque tardó 18 años en descubrir el género de terror para el que tanto la han fichado desde su primer papel en Dagon: la secta del mar, allá por 2001.

A sus 43 años, esta cordobesa afincada en una masía en Cataluña, asegura que el AVE lo han hecho para ella y que es premium en el AVE hasta el punto de haberse hecho colega de los supervisores. Tanto que la gente le pregunta si no se aburre en las cuatro horas de trayecto Madrid-Figueres.

Y nada que ver: “es mi momento de paz, es cuando puedo estudiarme los guiones, leer libros, mandar mails; es mi oficina”. Además, le resulta “muy interesante porque permite estudiar el comportamiento de todos los pasajeros, eso es maravilloso, el tren es como una microsociedad en la que te encuentras gente muy dispar”, viene a decir.

Y mejor todavía es rodar a bordo, como ha hecho para un par de cortos muy divertidos, con la dificultad de actuar en movimiento. Pero nada que se le resistiera, con las tablas que tiene, en sus más de 30 películas y 13 series, por las que ha recibido los mejores premios nacionales del cine español, entre ellos, el Goya a la Mejor interpretación femenina protagonista en 2015.

Probablemente, son reconocimientos a su capacidad camaleónica, que ella achaca a su atrevimiento: “yo me tiro a la piscina sin saber si está llena o vacía , es decir, a mí no me importa equivocarme, no tengo miedo a interpretar personajes que nunca he hecho anteriormente o que incluso no me pegan”. Como por ejemplo el de hacer de madre antes de parir a su hijo Dante, porque todavía no tenía la experiencia en la que basarse para recrear el personaje. Los que sí le pegan son los “psicológicamente ‘perturbardines’, con alguna tara”, ahí se viene arriba inconscientemente y les aporta sus propios matices.

Justamente la maternidad asegura que le “ha ayudado a no darle tanta importancia a cosas en la vida que en verdad son trivialidades”. Ahora lo que más teme es qué será de su hijo cuando ella se muera y otro confinamiento.