El transporte aéreo es clave para mantener la economía mundial y la conexión entre personas, ya sea para trabajar, vivir o viajar y conocer otras culturas. Cada día más de 100.000 aviones vuelan alrededor del mundo, tanto en rutas nacionales como internacionales. Decenas de aerolíneas cruzan el cielo hacia diferentes destinos, y los principales aeropuertos reciben miles de pasajeros a diario.
En un mundo cada vez más conectado por el aire, la descarbonización se ha convertido en una prioridad para gobiernos, empresas y sociedad en general. El combustible sostenible para la aviación —SAF por sus siglas en inglés— se ha convertido en el principal eje de una hoja de ruta que apunta a la economía circular como pilar en el que sostener el futuro de la aviación. Hoy en día es la única alternativa viable a los combustibles fósiles tradicionales para descarbonizar de forma efectiva el transporte aéreo, que representa el 14,4% de las emisiones del transporte de la UE, según datos de 2018.
El SAF puede reducir las emisiones de CO₂ hasta un 90% durante todo su ciclo de vida, en comparación con el combustible tradicional y supone la única alternativa viable en la actualidad para la reducción efectiva de emisiones derivadas de la aviación. En este sentido, el objetivo que se ha marcado Europa es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% antes del año 2030 y lograr la neutralidad climática en 2050. Para ese mismo año, el sector de la aviación se ha fijado el objetivo de ser neutro en emisiones. Para ello, la descarbonización del transporte es un pilar indiscutible, y el aéreo —el más difícil de descarbonizar— va a dar un gran paso este año.
La iniciativa ReFuelUE Aviation, un reglamento europeo que garantiza condiciones de competencia equitativas para el transporte sostenible, arranca este 2025 con la obligación de incorporar un 2% de SAF en la mezcla de combustible convencional, un objetivo que se irá ampliando de forma gradual hasta alcanzar el 70% en el año 2050.
Esta medida, por sí sola, reducirá las emisiones de CO₂ de las aeronaves en alrededor de dos tercios para 2050 en comparación con un escenario de no acción. Además del uso de SAF, el proyecto incluye que los operadores de aeronaves de los aeropuertos de la Unión Europea reposten solo con el combustible necesario para el vuelo, reduciendo el peso y el consumo del avión.
Otra de las medidas recogidas en la iniciativa propuesta por la Comisión Europea es que los aeropuertos de la Unión garanticen la infraestructura necesaria para suministrar, almacenar y repostar combustibles de aviación sostenibles. Además, se obliga a la creación de un sistema de etiquetado de la UE sobre el rendimiento medioambiental destinado a los operadores de aeronaves que utilicen combustibles sostenibles, promoviendo vuelos más ecológicos.
Moeve, que en el marco de su estrategia Positive Motion, se ha fijado el objetivo de liderar la fabricación de biocombustibles 2G en España y Portugal. En 2030, contará con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de SAF, una cantidad suficiente dar la vuelta a la Tierra 2000 veces. Y en este camino, ha logrado suministrar ya más de 18.000 metros cúbicos de combustible sostenible de aviación (SAF) durante el año 2024. En la actualidad, la compañía dispone de capacidad para producir SAF en el Parque Energético La Rábida, situado en Palos de la Frontera, Huelva, utilizando las unidades de producción ya existentes en el complejo.
El SAF producido en La Rábida a partir de residuos como el aceite usado de cocina, y disponible en los principales aeropuertos españoles, ha sido fundamental para que aerolíneas como Air Europa, Iberia, Vueling, Air Nostrum, TUI, Wizz Air, o easyJet entre otros puedan incorporar este combustible en sus vuelos.
Para Álvaro Macarro, director de Aviación Sostenible, “con la entrada en vigor del mandato europeo ReFuelEU Aviation “el papel del Parque Energético La Rábida será capital para ayudar a nuestros clientes del sector de la aviación a alcanzar sus objetivos de descarbonización”.
Pero el uso del SAF contempla otras variables vinculadas con el desarrollo económico. De hecho, en septiembre de 2024, Moeve presentó junto a Iberia, Iberia Express, Vueling y BIOCIRC el informe ¿Cómo hacer de España el líder europeo de SAF?, en el que se revela que la nueva industria para producir este combustible sostenible requerirá una inversión de 22.000 millones de euros para la construcción de instalaciones y la generación de 270.000 puestos de trabajos directos, indirectos e inducidos hasta el año 2050. El impacto generado podría ser de 13.000 millones de euros en el PIB español, con la construcción de las plantas, a lo que habría que sumar la inversión y empleos correspondientes a esa fase.