Acción contra el Hambre desarrolla varios proyectos de última tecnología
para apoyar a personas en situación de vulnerabilidad en España
Acción contra el Hambre desarrolla varios proyectos de última tecnología para apoyar a personas en situación de vulnerabilidad en España
Por Fabiola Barranco | 22·diciembre·2023
En España más de seis millones de personas sufren pobreza alimentaria. Esto quiere decir que el 13,3% de los hogares no pueden acceder de forma regular a alimentos suficientes de calidad y cantidad que aseguren su crecimiento y desarrollo normal. Las neveras vacías alertan del hambre que se cuela en los hogares, pero también de otros problemas que impiden llevar una vida digna como, por ejemplo, la falta de empleo. Revertir esta realidad debe ser una prioridad y en la era de la tecnología, recurrir a ella para lograrlo puede ser un acierto.
Así lo creen desde Acción contra el Hambre, que desarrolla proyectos orientados a la lucha contra la inseguridad alimentaria en España, trabajando para mejorar las oportunidades laborales y promover la innovación a través de la transformación digital a través de un sistema de alerta temprana, implementando tarjetas de ayuda solidaria dirigidas a personas desempleadas que participan en programas de empleo y emprendimiento, potenciando la participación en los programas de empleo y emprendimiento a través de un campus virtual y la evaluación de las competencias digitales, o luchando contra la brecha digital mediante la formación en habilidades digitales y emprendimiento en sus programas laborales.
María Victoria Dios conoce bien los beneficios de esta alianza entre la innovación tecnológica y la acción social. Llegó hace apenas un año de Argentina con sus tres hijos de siete, once y dieciséis años a Valencia, con el fin de encontrar mejores oportunidades para su familia. “Llevaba poco tiempo acá, estaba desorientada y me faltaban recursos para dar los primeros pasos en la búsqueda laboral”, recuerda así esta madre de familia. Si bien es cierto que el comienzo no fue fácil, pronto pudo disfrutar del Programa Tarjeta de Ayuda Solidaria de la ONG Acción contra el Hambre para mejorar su nueva realidad. Se trata de un proyecto que va dirigido a personas como María Victoria, que están en situación de desempleo y en búsqueda de empleo cuyo principal objetivo es mejorar el acceso a bienes de primera necesidad de familias en situación de vulnerabilidad y usuarias de los programas de desempleo de Acción contra el Hambre.
María Victoria Dios - © ACH
“Cuando obtuve la Tarjeta de Ayuda Solidaria, en ese momento me encontraba sin empleo y me ayudó muchísimo porque pude planificar toda mi alimentación y la de mi familia y poder brindarles una alimentación saludable y completa sin tener miedo a no contar con eso”, explica María Victoria. Acción contra el Hambre ofrece estas tarjetas de pago cargadas con una cuantía de 346 euros al mes —durante dos meses— para la compra de alimentos y productos de higiene para que las personas participantes seleccionadas dentro de sus programas de empleo y emprendimiento puedan cubrir las necesidades alimentarias de sus familias. Esto dota de autonomía y apoyo a las familias que atraviesan circunstancias de especial vulnerabilidad, sin tener que exponerse a las famosas colas del hambre, refuerza su autonomía y da a las personas tiempo y energía para dedicarlo por completo a la búsqueda de un empleo digno, aliviando la terrible preocupación que supone no tener recursos suficientes para comer.
El acceso al mundo laboral es un eslabón clave en la cadena contra la pobreza alimentaria, pero cuando el acceso al mundo digital no está al alcance, esto supone un reto añadido. No todo el mundo tiene capacidad o acceso a las herramientas digitales, convirtiéndose en un obstáculo que reduce la posibilidad de muchas personas a conseguir empleo. Esta desigualdad también es conocida como brecha digital.
En España, el 35,8% de la población no tiene competencias digitales básicas y las mujeres se ven especialmente afectadas, ya que solo el 6% se siente segura cuando accede a internet y el 14% deben pedir prestado o comparte un dispositivo digital con su familia, frente al 2% de los hombres.
Almudena junto a la técnica de Acción contra el Hambre - © Adolfo Roca para ACH
Almudena Meléndez Alarcón es una de las mujeres afectadas. Después de estar una década fuera del mercado por decidir quedarse en casa encargada de la crianza de su hijo, en su vuelta se dio cuenta del desconocimiento que tenía en temas informáticos y digitales a la hora de buscar empleo. Ella lo define como “algo abismal, te quedas aletargada y te despiertas en otro mundo”. En su caso pudo cerrar esta brecha participando en el programa de formaciones impartidas por Acción contra el Hambre destinadas a personas en situación de vulnerabilidad y con riesgo de quedar fuera de una sociedad digitalizada para que puedan acceder a un empleo. Tras su paso por estas formaciones, reconoce “sentirse mucho más segura, que no te quedas obsoleta, porque puedes seguir renovándote y aprendiendo”. Un sentimiento que comparte María del Mar Flores, una mujer que también ha asistido a cursos impartidos por la entidad. Tanto es así que, a la hora de proyectar su futuro, asegura verse “con muchas ganas de trabajar, prosperar y no quedarme estancada”.
Cada vez está más constatado que mantenerse o entrar en el mercado laboral implica formación constante y tener confianza en nuestras capacidades, pero al mismo tiempo es fundamental conocer exactamente cuáles son nuestras habilidades para aumentar las posibilidades de conseguir empleo. Para ello, Acción contra el Hambre está desarrollando una herramienta para la Evaluación de Competencias Digitales, que identifica tanto lo que sabemos hacer como aquello que debemos aprender. Es una especie de mapa de ruta para mostrar el camino más corto hacia una mejora personal.
Más enfocado a la formación y educación como puerta de entrada a cada proyecto de futuro, está disponible el Campus Virtual, otra herramienta de la ONG que combina tecnología con acción social. En este caso está al servicio de personas en situación de desempleo de larga duración, migrantes o refugiadas y de personas en situaciones familiares complicadas, para que accedan a los programas de empleabilidad y emprendimiento. Cuentan con la digitalización de la formación para que sea más inclusiva y pueda adaptarse a las particularidades de cada persona.
La herramienta Campus Virtual combina tecnología con acción social - © ACH
Sobra decir que la sociedad del mundo actual está sujeta a las nuevas tecnologías, a la transformación digital en nuestras propias vidas. Esto se aprecia incluso en el rumbo de los mercados y economía, que encuentran en el big data uno de sus pilares fundamentales. Con suficiente información se puede determinar qué nos gusta, en qué pensamos, quiénes somos, por eso es una práctica tan valiosa a nivel comercial. Pero su uso puede ser para algo mejor: acabar con la inseguridad alimentaria. Ese es el objetivo del proyecto de Sistema de Alerta Temprana en España de Acción contra el Hambre, que recopila y analiza datos para identificar a quienes están en riesgo de no poder acceder o comprar suficientes alimentos para su salud y bienestar general. Consiste en radiografiar el presente, creando un sistema de investigación y recopilación de datos, sirviéndose de la inteligencia artificial y la experiencia social, que sea capaz de ver qué ocurre ahora en un lugar para saber qué ocurrirá mañana en otro diferente. Es decir, adelantarse al hambre como estrategia para acabar con él.
Todos estos ejemplos llevados a cabo por Acción contra el Hambre ponen en valor la necesidad de aplicar la transformación digital en mecanismos que mejoren la vida de la gente. “Con nuestros programas de Acción Social apoyamos a personas en riesgo de exclusión social en España que están en búsqueda de empleo o que quieren emprender un negocio nuevo, y lo hacemos apostando por la innovación y la digitalización, un trabajo de una envergadura cada vez mayor gracias a los fondos Next Generation”, declara la directora adjunta de Acción Social en España de Acción contra el Hambre, Sonia González. De esta forma, Hackear el hambre, como si este fuera un virus informático, puede dejar de ser una metáfora.