Uno de los factores que más destrucción medioambiental provoca en la actualidad son los vertidos incontrolables de aguas residuales. Según los expertos, mejorar este aspecto es esencial para evitarle a La Tierra graves consecuencias medioambientales. De hecho, las cifras que se manejan señalan que hasta un 20% de las aguas residuales no son bien depuradas, por lo que es necesario innovar en el servicio de depuración para que este sea mucho más eficiente.
En España, cada familia genera 1.000 litros de agua residual al día y su tratamiento provoca seis millones de toneladas de CO2, lo que supone aproximadamente la electricidad equivalente al consumo anual de los habitantes de una ciudad como Bilbao. Esto se debe en parte a que las depuradoras están obsoletas y la tecnología que se usa ya no es la más adecuada.
Según el informe de la Unión Europea EU Environmental Implementation Review 2019, para mejorar el tratamiento de la depuración, España tendrá que invertir alrededor de 5.000 millones de euros con el fin de adecuar los sistemas de recogida y depuración de aguas residuales a las normativas. En comparación con otros países como Portugal, que tendrá que desembolsar 200 millones, es un número bastante elevado, muestra de la degradación de nuestro sistema de depuración de este tipo de aguas.
Estos 5.000 millones de euros irán destinados a la rehabilitación de las depuradoras ya existentes. El objetivo es emplear las nuevas tecnologías para depurar una mayor cantidad de agua, pero también limitar todas estas toneladas de CO2 que se vierten al planeta.
Mientras España realiza esas inversiones, algunas empresas privadas ya han tomado la delantera y han comenzado a trabajar en lo que se conoce como la ‘depuradora del futuro’. Es el caso de Acciona, que en localidades como Almunia de Doña Godina, en Zaragoza, y Faro, en Portugal ha instalado plantas más eficientes y sostenibles que las que venía usando hasta ahora.
La diferencia con las depuradoras tradicionales, según señala Alejandro Zarzuela, Director Técnico e Innovación tecnológica en ACCIONA Agua, es que el tratamiento de las aguas residuales parte de cuatro pilares: la codigestión, equipos más eficientes, mejora de tratamientos biológicos y automatización.
La codigestión consiste en aprovechar los gases producidos por la descomposición de los fangos que genera la depuración (en determinadas condiciones, producen un gas que sirve como combustible para producir energía). Con este proceso disminuye el consumo energético de la planta, pero además se puede utilizar también, siguiendo el mismo principio, los residuos orgánicos de las industrias cercanas.
El desarrollo informático que en los últimos años se ha conseguido con el Internet de la Cosas y la Inteligencia Artificial permiten también mejorar los procesos de toma de decisiones. Al optimizarlas, como garantiza Zarzuela, se evitan errores y se agiliza la respuesta en caso de incidencias, llegándose incluso a aplicar técnicas de “mantenimiento predictivo”.
Todas estas mejoras ya son posibles en la planta de Almunia de Doña Godina en la que se aplica la realidad virtual y aumentada, que permiten, entre otras cosas, la identificación temprana de fallos de los sistemas y su asistencia remota. No tiene nada que ver con las antiguas depuradoras y, de hecho, al acceder a ella se observa una inesperada profusión de ordenadores, tabletas y aparatos tecnológicos que posibilitan este tipo de control remoto para la evaluación de los procesos de depuración.
Los trabajadores dan las órdenes a través del sistema informático para optimizar el control de calidad, pero también es posible la asistencia virtual a cualquier operario. Asimismo la realidad aumentada permite la monitorización de las instalaciones. Todas estas tecnologías también garantizan que en esta planta el centro de control virtual sea accesible desde cualquier parte.
No es de extrañar, pues, que la formación de los trabajadores sea continua: hay acciones formativas constantes en nuevas tecnologías y al mismo tiempo las nuevas tecnologías mejoran los procesos de formativos, ya que la realidad aumentada permite simular condiciones reales en las que ensayar las operaciones sin riesgo.
Para la mayor eficiencia en los equipos y una mejora de los tratamientos biológicos, desde Acciona se ha puesto en marcha una nueva tecnología llamada Nereda®. En la actualidad, esta compañía es la única que la utiliza. “Lo que permite Nereda® es reducir el tamaño de las plantas, eliminar químicos tradicionalmente usados en la depuración y ser más eficiente en términos de consumo energético”, añade Zarzuela. De hecho, se llega a reducir hasta un 30% el consumo de energía necesario para el proceso de depuración.
La clave de Nereda® para menguar los gases contaminantes y el gasto de energía es que está basada en procesos naturales y no utiliza productos químicos, lo que minimiza el posible impacto ambiental de la depuradora. Otra de sus particularidades es que se puede implantar en plantas nuevas y en otras ya existentes. Se trabaja con biomasa aerobia granular, que ofrece una mayor velocidad de sedimentación que los sistemas de fangos activados convencionales. Este sistema, además de reducir la cantidad de energía, permite reducir el tamaño de las instalaciones o aumentar el caudal que es capaz de depurar una planta ya existente, lo que supone otra de sus grandes ventajas.
Acciona ya ha incorporado esta tecnología a la planta que tiene en la ciudad portuguesa de Faro. Es una nueva instalación que se encuentra a un kilómetro al oeste de Olhao, en la zona del Algarve, que cubre la demanda de una población de 113.200 habitantes. Esta planta es capaz de tratar un caudal de hasta 28.149 metros cúbicos de agua, lo que supone un máximo de 4.000 metros cúbicos a la hora. Su construcción, además, ha traído consigo mejoras en el territorio y el paisaje del entorno, que no sólo se notarán con el nuevo control de las aguas residuales y la reducción de la energía contaminante.
Los datos que manejan desde Acciona son concluyentes: habrá un ahorro de entre un 20% y un 30% en el consumo de energía necesario para el proceso de depuración de aguas, lo que permite rebajar un 50% su huella de carbono. A ello se suma el hecho que de incorpora paneles solares con una potencia de 50 kilovatios.
Por este motivo, desde la compañía insisten en que Nereda® es un “método innovador” en el tratamiento de los vertidos residuales, que permite aumentar la capacidad del tratamiento, pero también mejorar el rendimiento y optimizar la eficiencia al requerir menor consumo de energía.
Con este proyecto de inversión en nuevas plantas depuradoras aplicando nuevas tecnologías, Acciona contribuirá a disminuir parte de esas seis millones de toneladas de CO2 anuales que provoca el mal control de los aguas residuales, al tiempo que reducirá el porcentaje (20%) de vertidos no controlados. Una apuesta por la ecología y el medio ambiente.