Es poco probable que queden muchas personas que no sepan que el cuarto viernes de noviembre tiene lugar el Black Friday. Este día, en el que la mayoría de las tiendas ofrecen suculentos descuentos y con el que oficiosamente se inaugura la temporada de compras navideñas, es una importación estadounidense que se celebra al día siguiente de Acción de Gracias y tres días antes que el Cyber Monday, en el que las rebajas solían centrarse en tecnología.
Y decimos solían porque lo cierto es que cada vez más el Black Friday se ha convertido en la Black Week en la que, además, los descuentos se encuentran en casi cualquier lugar imaginable y llegan, gracias a las empresas de transporte, hasta casi cualquier lugar. Según datos de Katana MRP, en 2022 los pedidos diarios en Estados Unidos subieron un 44%. En España, ese mismo año se gestionaron más de 100 millones de envíos entre la campaña de Black Friday y Navidad, según la Organización Empresarial de Logística y Transporte. Para este 2023 se espera que esa cifra aumente a los 108, un 6,8% más que en 2021 y con una media de 3,7 millones de envíos diarios.
Ante esto, Correos propone que repensemos el uso que hacemos de los envíos urgentes tanto para el Black Week como para toda la campaña de Navidad. La gran mayoría de estos envíos se entregan en 24 horas o menos, pero ¿de verdad esos envíos son tan urgentes? Según el informe La sostenibilidad en el ‘e-commerce’ actual, el impacto de nuestra decisión de compra, elaborado para el EAE Business School, el 50% de los artículos que se compran en el Black Friday se devuelven y se calcula que las emisiones generadas por las entregas de última milla —las que se refieren a la última etapa del proceso de transporte del paquete, hasta el lugar elegido por el usuario— podrían crecer más de un 30% para el próximo 2030 en las ciudades más grandes del mundo.
Consciente del impacto que tiene toda esta situación en el medio ambiente, Correos está poniendo en marcha un buen número de medidas destinadas a hacer de la logística, especialmente en estos tiempos de inmediatez, una industria más sostenible. Para ello ofrece a sus clientes el servicio de Envíos Responsables, con el que la entrega se realiza en un plazo máximo de 72 horas desde que se hace el pedido. Esto permite optimizar las rutas, aprovechar al máximo el espacio en los vehículos y ahorrar combustible, reduciendo así las emisiones contaminantes sin alargar excesivamente el tiempo de entrega del paquete. La empresa emplea algoritmos para estas planificaciones que van desde la gestión del tráfico urbano a la consolidación de cargas. Así, un envío responsable permite reducir la huella de carbono entre un 30 y un 40% aproximadamente por paquete.
En 2019 comenzó la iniciativa de Correos Compensa, a través de la cual, inicialmente comenzaron a compensarse todos los envíos de clientes particulares admitidos en Oficinas. ¿Cómo funcionaba? Pues según los créditos de carbono y presupuesto disponible, desde Correos fueron ampliando los productos neutros y empezaron a compensar las emisiones producidas en la fabricación de los embalajes de Línea Bosques. En 2021, además, añadieron las emisiones de los envíos de grandes clientes.
Desde entonces, se ha convertido en una acción habitual en Correos y los Envíos Responsables son neutros en carbono, ya que todas aquellas emisiones que no pueden evitar en estos envíos, lo compensan a través de proyectos de mitigación y absorción de emisiones de CO2 con beneficios sociales adicionales para las comunidades cercanas a dichos proyectos: la generación de nuevas oportunidades de empleo, la mejora de la calidad del aire o del agua, la conservación de la biodiversidad, y el acceso a la energía o a los servicios de salud y educación.
Otro de los puntos importantes es su apuesta por la movilidad sostenible e inteligente. Por ello, dispone de una de las mayores flotas eléctricas y de cero emisiones del sector de la distribución en España. Y antes de que finalice 2023, contará con un total de 2.800 vehículos ecológicos, entre ellos más de 2.500 eléctricos y 310 furgonetas híbridas o ECO. El objetivo es que para 2030 un 50% de la flota sea sostenible, basada en tecnologías alternativas para minimizar el impacto al medio ambiente.
Pero ese no es el único objetivo que se ha planteado la empresa logística en su lucha contra el cambio climático y por una industria logística más sostenible. De cara a 2030 tienen sobre la mesa la desvinculación del incremento de emisiones así como la neutralidad en carbono y seguir avanzando hacia la circularidad. La compañía sigue apostando por un modelo de negocio sostenible basado no solo en la reducción al máximo de los residuos, sino también en la reutilización y el reciclaje, que permita ser una empresa Residuo Cero. Igualmente Correos tiene un firme compromiso con el uso de energías más limpias, por ello en la actualidad toda la electricidad que consume la compañía es de origen renovable.
Un año más, Correos da un paso al frente en la búsqueda de un modelo más sostenible y continúa avanzando para minimizar el impacto medioambiental de su actividad, alineada con las políticas medioambientales europeas, y también promoviendo la reflexión y la concienciación de sus clientes. Porque todos deberíamos darnos cuenta de que no todo es urgente. Pero cuidar el planeta, sí lo es.