De todos los medios de transporte colectivos que se mueven por el mundo el tren es, con diferencia, el más sostenible y el que mejor cuida el planeta. En comparación con otros como la aviación, el marítimo, el fluvial o el transporte por carretera, el ferrocarril en su inmensa mayoría no emplea combustibles fósiles y en los últimos años ha reducido drásticamente su consumo de energía, recurriendo cada vez más a fuentes renovables.
Mientras que en Europa se han puesto en marcha iniciativas que fomenten el ferrocarril, potenciando una movilidad transfronteriza sin interrupciones que permita a los trenes atravesar países con mayor facilidad, en España la principal empresa ferroviaria, Renfe, está renovando su flota de Cercanías y Media Distancia con 300 trenes más eficientes y ecológicos para avanzar así en su descarbonización y reforzar su compromiso con el medio ambiente.
Millones de personas y millones de mercancías se mueven cada día por Europa. En tal número, que según cifras facilitadas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se calcula que el sector del transporte es actualmente responsable de cerca del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea. Una cuarta parte del total. Pero del sector transportes, el ferrocarril es responsable únicamente de menos del 0,5%, quedando muy lejos de otros medios mucho más contaminantes como la aviación (3,2%), el marítimo y fluvial (14,1%) y el transporte por carretera (71,8%).
El tren es el único medio de transporte que entre 1990 y 2017 ha reducido constantemente sus emisiones y consumo de energía, al tiempo que utiliza cada vez más fuentes de energía renovables. Para potenciar sus beneficios, 2021 fue el #AñoEuropeoDelFerrocarril y además de trabajar en su promoción, se unieron fuerzas para conseguir una red ferroviaria europea más eficiente con una movilidad transfronteriza ininterrumpida.
Año tras año el tren está demostrando que no solo ofrece ventajas a turistas y viajeros, sino también a infinidad de usuarios que hacen uso de él a diario en su vida cotidiana. Del mismo modo, las empresas y los transportistas se sirven del ferrocarril para beneficiarse de ofertas cada vez más competitivas y de bajo coste para transportar sus mercancías por toda Europa, al mismo tiempo que reducen su huella de carbono.
El tren es el medio de transporte motorizado que menos CO2 produce por kilómetro recorrido, el que menor congestión local provoca al tener una capacidad de transporte muy superior al de otros vehículos, el que consume menos energía, el que la emplea de forma más eficiente y también el que emplea una mayor cantidad de energía renovable al estar desvinculado del petróleo. Además, también encabeza las listas en cuanto a seguridad y confort.
Renfe es la empresa líder del medio de transporte colectivo que menos contamina en España, lo que es una suerte, pero también una responsabilidad, por lo que tiene en su mano la oportunidad de conseguir que cada día el transporte ferroviario sea más y más verde. Desde 1990, año base del Protocolo de Kioto, ha reducido la huella de carbono por unidad transportada en un 88%, y ha demostrado que sus trenes son el modo de transporte de viajeros y de mercancías más eficiente en términos de consumo de energía y de emisiones de CO2.
Gracias a su compromiso por la sostenibilidad, la incidencia negativa en el medio ambiente por parte de Renfe es 20 o 30 veces menor que la de otros medios de transporte. Y además, el 80% de la energía de la totalidad de sus trenes es eléctrica y proviene al 100% de fuentes renovables con origen certificado. Lo que hace que el Grupo Renfe esté a la cabeza de los consumidores finales de energía renovable a nivel nacional. Si lo comparamos con otros medios de transporte, el ferrocarril provoca entre 5 y 7 veces menos emisiones de CO2 que el transporte por carretera y entre 7 y 10 veces menos que el avión.
La red ferroviaria que Renfe utiliza a lo largo y ancho de la geografía española le permite mover al día una gran cantidad de pasajeros y de mercancías. Cifras que equivalen al año a 116.800 vuelos, a 4,4 millones de camiones y a 383 millones de coches. En términos de contaminación, el uso de los trenes de Renfe permite evitar que anualmente se emitan 5,7 millones de toneladas de CO2 y que se usen 1,1 millones de toneladas de petróleo, lo que equivale al impacto del consumo doméstico de 15 millones de habitantes, algo así como la suma de las Comunidades Autónomas de Cataluña, Aragón y Valencia.
Aunque el tren es el medio de transporte colectivo más sostenible, siempre se puede ir un paso más allá y por eso Renfe se encuentra en un firme camino hacia la descarbonización. La incorporación de una nueva flota de trenes le permitirá avanzar en sostenibilidad y ya tiene en marcha la renovación de muchos de sus trenes, un proceso que está en promovido desde 2019 y en el que la compañía ha realizado una inversión de 3.500 millones de euros. Ahora, su flota de Cercanías y Media Distancia será modernizada con 300 trenes más eficientes y ecológicos para ofrecer un servicio público de calidad y sostenible.
En la actualidad, Renfe cuenta con un parque de 1.016 trenes destinados a Cercanías, Media Distancia y Ancho Métrico (la antigua Feve), y desde 2019 ha iniciado los procesos para licitar y contratar 211 nuevos trenes de Cercanías de gran capacidad, fabricados 152 de ellos por Alstom y 59 por Stadler; además de 31 de Ancho Métrico y 6 Alpinos, fabricados por CAF. Con la incorporación de esta nueva flota la compañía ferroviaria espera asegurar y mejorar la calidad del servicio público durante los próximos años a la vez que avanza hacia su proceso de descarbonización.
Pero aún habrá más, pues esta nueva flota sostenible aumentará con otros 57 trenes eléctricos, 29 de ellos de Cercanías y 28 de Media Distancia, cuya licitación fue aprobada por el Consejo de Administración de Renfe en julio de 2021 por un importe máximo de 484 millones de euros y que está pendiente de adjudicar. Con la incorporación de estos nuevos trenes Renfe renovará unidades y series ya obsoletas y poco eficientes para así conseguir una red cada vez más sostenible, y además prevé la compra opcional de 42 trenes de Media Distancia y 9 de Cercanías adicionales, pero aún no confirmados.
Los nuevos 211 trenes encargados a Alstom y Stadler que se incorporarán a la flota de Renfe forman parte del mayor contrato de Cercanías de la historia de la compañía española. Y aún podrá ser mayor, pues se estudia la posibilidad de ampliarla con 120 unidades más.
Todos ellos son trenes de gran capacidad y de los 211 totales 176 tendrán una longitud de 100 metros, mientras que otros 35 alcanzarán los 200 metros. El contrato de renovación se divide en dos lotes: el primero, adjudicado a Alstom Transporte para el suministro de 152 trenes de 100 metros de longitud, por un importe de 1.447 millones de euros; y el segundo, a Stadler Rail Valencia para la incorporación de 24 trenes de 100 metros de longitud, y 35 más de 200 metros cada uno, por un importe total de 998 millones de euros.
Los nuevos trenes, además de fomentar un transporte cada vez más verde, también buscan garantizar y mejorar el confort de sus pasajeros. Cada uno de ellos tendrá una capacidad de al menos 900 plazas, lo que es un 20% más que los actuales Civia, y además minimizarán el tiempo de bajada y subida de viajeros. Tendrán conexión wifi y zonas para bicicletas y carritos infantiles, así como accesibilidad para personas con movilidad reducida. Los nuevos trenes serán más fiables, lo que permitirá reducir las incidencias, y tendrán una mayor eficiencia energética.
Por otro lado, los trenes de Ancho Métrico y Alpinos serán suministrados por CAF tras una inversión de 329 millones de euros. En total serán 38 de Ancho Métrico, 32 eléctricos y 6 híbridos, y 6 Alpinos. Los primeros destinados al servicio de Cercanías y Media Distancia en Asturias, Cantabria, País Vasco, Galicia, Castilla y León, y Murcia; y los segundos a la línea C-9 de Cercanías Madrid que conecta la localidad de Cercedilla con el Puerto de Cotos.