Correos es una empresa pública —una de las más grandes de las existentes en España— con más de 300 años de historia. Seguramente, esa sea una buena razón por la que estaría bien echar un vistazo a alguna de sus oficinas más emblemáticas, pero lo cierto es que, si Correos fuera un destino turístico, sería uno de los más exitosos porque cada año lo visitan 88 millones de personas.
Quienes lo hacen y cruzan el umbral de una de sus oficinas esperan encontrar los ya conocidos servicios de envío postal que con los años han ido creciendo con productos como paquetería urgente, paquetería responsable con el medioambiente, envío de maletas o bicicletas, apartados de correos, burofax, buzón de vacaciones o publicorreo. Lo que no se esperan los visitantes y suele conllevar una buena sorpresa es el descubrir el sinfín de prestaciones que ofrece Correos: servicios financieros como tarjetas prepago, cambio de divisas o tarjetas regalo; servicios a la administración como pago de tasas y tributos o adquisición de distintivos ambientales de la Dirección General de Tráfico (DGT), y otras cuestiones como venta de entradas o un servicio de telecomunicaciones.
Una importante oferta de prestaciones, para muchos aún desconocida, que sin embargo hace que quienes visitan las oficinas de Correos no solo vuelvan sino que además recomienden estos servicios. Por eso, para buscar las claves de este lugar, hemos querido preguntar a cuatro visitantes sobre las razones que les llevaron a elegir Correos y por qué volverían a hacerlo.
Sarah es una de esas viajeras que visita Correos desde 2011. Fue en ese momento cuando esta irlandesa afincada en Granada comenzó con su proyecto Annie’s Fingers, una joyería contemporánea muy especial que emplea fundamentalmente en metacrilato en sus piezas. Desde el principio, Sarah utilizó Correos para sus envíos aunque reconoce que durante un breve periodo de tiempo probó con otra empresa pero volvió rápido con Correos. Tiene claro sus principales atractivos y por qué la recomendaría: “Con el crecimiento de mi empresa veía que funcionaba muy bien y los precios eran competitivos en comparación con otras”, señala. “Correos va mejorando además sus servicios a menudo en temas de comunicación y digitalización, lo que nos hace a nosotros la vida también más fácil. Se está convirtiendo en un servicio muy completo y moderno”, concluye.
Además, Sarah asegura que aprovecha al máximo las planchas de metacrilato y recicla todo lo posible, contando incluso con piezas zero waste y recicladas. En línea con esa preocupación creciente por el medio ambiente, Correos cuenta también con envíos responsables para aquellos envíos no urgentes, en los que optimizan las rutas de reparto esperando a que el transporte esté completo para así reducir las emisiones asociadas al envío.
Gabriel había preparado al dedillo su viaje a Nicaragua y pensaba que una vez resuelto el problema de cómo llevar sus tablas de surf estaría todo hecho pero, a pocos días de coger el vuelo, se dio cuenta de que había olvidado una cuestión fundamental: el cambio de moneda. “No caí hasta que el hotel en el que me quedaba me advirtió de que tendría que hacer el pago en efectivo. Llamé corriendo al banco y me dijeron que en ese momento no tenían córdobas [moneda nicaragüense] y que si las pedían no llegarían a tiempo”. Fue entonces cuando su compañero de piso le habló del servicio de cambio de divisa a domicilio de Correos y, de un plumazo, se solucionó el problema. “Lo pedí online y no solo llegó a tiempo sino que me lo enviaron a la dirección del trabajo, fue comodísimo”, asegura este viajero.
En ese momento Gabriel descubrió muchos de los servicios de los que dispone Correos, más allá de los envíos postales. Ahora se plantea volver a visitar Correos y emplear la Tarjeta de Correos Prepago para su próximo viaje. “Visto lo bien que funciona me parece una idea super útil, especialmente en viajes con amigos”, explica. Esta tarjeta, es válida tanto en España como en el extranjero y no tiene vinculación con ninguna cuenta bancaria sino que permite gastar el saldo cargado previamente de forma segura y sin cuotas de mantenimiento.
Mario acaba de comprarse su primer coche. La elección no ha sido fácil y se ha pasado meses dándole vueltas a marcas, modelos, precios o colores. Aunque hay una cosa que este técnico medioambiental tuvo claro desde el principio: tenía que ser 0 emisiones. “Fui a la oficina de Correos que tengo al lado de casa para recoger la etiqueta medioambiental y, aunque sabía de sobra que iba a ser 0 emisiones, sentí una gran satisfacción cuando la tuve en las manos y vi el color azul”, recuerda.
Además, una vez en Correos, le ofrecieron la posibilidad de adquirir las balizas de señalización V16 que pueden emplearse desde el año pasado para sustituir los triángulos de emergencia, un material que desaparecerá en 2026. “Al comprarla, me informaron de la normativa y de que tendría un descuento en la próxima baliza, la geolocalizada, que será obligatoria”, explica Mario. Este nuevo dispositivo estará conectado con la Dirección General de Tráfico que así sabrá donde se encuentra el vehículo averiado y podrá así actuar en consecuencia.
Ane aprovechó la pandemia y la opción de teletrabajo que le ofrecía su empresa para cambiar de aires y mudarse a un baserri a unos 15 minutos de Derio (Bizkaia). “Me encanta levantarme y desayunar mirando por la ventana a un precioso paisaje lleno de vida y no al muro del edificio de enfrente”, explica. En el tiempo que lleva en su nuevo hogar ha tenido que acostumbrarse al hecho de que ya no tiene ciertos servicios a la vuelta de la esquina y, aunque asegura que le merece la pena, reconoce que le costó hacerse a no poder llegar al supermercado con un pequeño paseo. “Al final te habitúas, cambias rutinas y descubres otras formas de hacer las cosas”, afirma.
Una de esas formas diferentes se encontraba en la figura de su cartera y de Correos Cash, que permite retirar e ingresar dinero en cuenta tanto en oficinas como por medio de los carteros rurales. Esta opción, que registró más de 134.000 operaciones en 2022, fue todo un descubrimiento para Ane que desconocía las múltiples opciones que ofrecen tanto las propias oficinas de Correos como los propios carteros. “La primera vez que pedí que me trajeran el dinero a casa estaba súper nerviosa pensando qué podía fallar pero ahora es un servicio que utilizo un montón y me resulta comodísimo”, cuenta. Probablemente por eso, Ane reconoce que no se cansa de recomendar este servicio a sus ‘vecinos’ de baserri. “Ya no tengo que escaparme del trabajo para acercarme al cajero, ahora el banco viene a casa”, sentencia.