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Un informe de CaixaBank Research apunta a una fuerte recuperación del sector turístico durante el segundo semestre del año, que, con la vacunación masiva, empujará al PIB turístico a crecer un 80 % anual y a que vuelva a ser uno de los sectores tractores de la economía española.
J. Durich · 21/05/2021
El año 2020 será recordado en la industria turística como el año más duro de su historia reciente. El impacto no solo ha venido dado por el parón total vivido durante los meses de confinamiento más duros en el segundo trimestre de 2020, si no que, tras la retirada de las restricciones más fuertes sobre la movilidad, la demanda turística no llegó a levantar el vuelo de manera apreciable el resto del año.
Además, las oleadas del coronavirus vividas a finales del año pasado y al inicio de 2021 han supuesto un duro golpe para el sector, que ha visto cómo su demanda ha permanecido muy reducida hasta la actualidad.
Según los datos que ofrece el INE, y que recoge el Informe Sectorial de CaixaBank Research correspondiente al 1º semestre de 2021, la industria turística ha sufrido un shock sin precedentes: el gasto efectuado por los turistas internacionales en el conjunto del año se hundió hasta los 20.000 millones de euros, un 79 % menos que en 2019, cuando se alcanzaron los 92.000 millones de euros. Así, incluso durante los mejores meses turísticos tras el inicio de la pandemia, que fueron julio y agosto, las caídas en el gasto turístico internacional se mantuvieron en torno al 80% interanual.
Por otra parte, los datos de las encuestas de ocupación hotelera y extrahotelera revelan que los alojamientos turísticos son una de las ramas de actividad de la industria que más está sufriendo las consecuencias de la pandemia. El total de pernoctaciones turísticas en alojamientos hoteleros y extrahoteleros cayó un 69 % anual, a pesar del mejor comportamiento de la demanda doméstica en términos relativos. La tasa de ocupación hotelera se mantuvo muy reducida durante el conjunto del año (con un promedio anual del 26 %), lo cual arrastró a los ingresos por habitación disponible de los hoteles a caer un 68 % anual.
Pero no todo han sido malas noticias para el sector. Así, una de las pocas notas positivas que se observa en las cifras de 2020 es que la demanda doméstica se ha revelado como un potente sostén de la industria cuando las restricciones de movilidad se han moderado. A pesar de ello, las cifras de gasto de los turistas domésticos también han sufrido fuertes caídas, especialmente desde el pasado mes de octubre, cuando se iniciaron los cierres perimetrales en las comunidades autónomas, lo que limitó la práctica totalidad del turismo doméstico al turismo intracomunitario.
Según las estimaciones del informe, el gasto de los turistas domésticos cayó un 45 % en 2020, considerablemente menos que el turismo internacional. De esta manera, la demanda doméstica, que tradicionalmente representa una cuarta parte del total, pasó a generar el 64 % de las pernoctaciones tras la irrupción de la covid.
Cabe destacar que durante el mes de agosto, cuando las restricciones de movilidad no eran tan elevadas, el gasto de los turistas domésticos apenas cayó un 13 % interanual. Esto dibuja unas perspectivas relativamente positivas para la segunda mitad de 2021, cuando se habrá alcanzado la inmunización de la población de riesgo y las restricciones a la movilidad se irán retirando progresivamente.
De esta manera, tal y como señala el estudio, la rápida distribución y administración de las vacunas, así como la implantación del pasaporte sanitario, serán factores clave para iniciar la recuperación del sector turístico y del conjunto de la economía. Según afirma Javier Ibañez de Aldecoa, economista de CaixaBank Research, “esperamos que el gasto turístico se recupere con fuerza a partir de la segunda mitad del año, coincidiendo con la llegada del verano”.
La implantación del pasaporte sanitario a partir de junio, tal y como plantea la Comisión Europea, se presenta como una medida destinada a facilitar y estimular la movilidad de la población durante la temporada de verano. Asimismo, en el mes de septiembre, cuando en teoría se alcanzará la inmunidad de rebaño, se podría hacer un nuevo paso adelante hacia una mayor normalización de la situación.
Por lo tanto, el informe estima que el gasto turístico internacional en 2021 se multiplicará por 2,3 con respecto a los niveles de 2020, lo que dejaría un 45 % por debajo de los registros de 2019. Por lo que respecta al gasto de los turistas domésticos, se espera que crezca un 30 % anual y se situé un 25 % por debajo de 2019 (-45 % en 2020).
En cuanto a la temporada estival, las perspectivas son relativamente positivas, ya que se espera que el gasto internacional limite su caída frente al verano de 2019 hasta un 27 %, mientras que, en el caso del turismo doméstico, se estima que esta caída se sitúe en el 16 %.
Con estas cifras de gasto, CaixaBank Research prevé que el PIB turístico se sitúe cerca de un 40 % por debajo del nivel pre-covid de 2019, lo que implicaría una recuperación del 80 % con respecto a 2020. Para Ibañez de Aldecoa, aparte de la vacunación y el pasaporte sanitario, “el ahorro acumulado en Europa también facilitará la recuperación, porque hay ganas de viajar”.
Pese a esta recuperación cercana, el apoyo de la política económica seguirá siendo fundamental a corto plazo para que el sector pueda seguir adelante. “Hemos visto una caída de la facturación muy fuerte y que habrá que apoyar unos meses más hasta que se produzca una recuperación sólida. En este aspecto, el papel de las ayudas es básico para que esa situación de bajos ingresos se pueda sostener en el tiempo sin incurrir en reestructuraciones ni en procesos más traumáticos para el sector”, afirma el economista de CaixaBank Research. En este sentido, el informe señala clave la extensión de los ERTE mientras no se asiente la recuperación. También se refiere a la importancia de aprovechar la flexibilidad que pueden aportar la extensión de los ICO y la ampliación de sus periodos de carencia.
Además, los fondos Next Generation EU tendrán su relevancia a la hora de sufragar inversiones en digitalización, sostenibilidad y mejora de infraestructuras, en la actualidad difícilmente asumibles por una industria turística todavía muy dañada.