Las claves de Toni Nadal para afrontar el éxito y, a veces, lograrlo

Toni Nadal no entiende la vida sin una pasión, sin algo que nos entusiasme y que nos emocione, sea lo que sea. “Yo creo que en la vida uno tiene que intentar apasionarse por algo, al menos porque este es uno de los motores del ser humano”, explica. Sin embargo, según el entrenador de tenis, la sociedad actual demanda cosas fáciles, sencillas de conseguir y que no supongan un gran esfuerzo; lo queremos ya. “Hoy en día, todo tiene que ser inmediato, el gran valor de las cosas es que sea inmediato, esto al final impide que uno ponga mucha atención en cosas más complicadas”. El problema es que, además de no ser un buen camino para el desarrollo personal, en las cosas complicadas se esconden auténticas maravillas que se dejan pasar.

“Tenemos un miedo atroz a la frustración y lo que conseguimos es que la gente se frustre mucho antes”, asevera Toni Nadal. Para él existe una sobreprotección que muchas veces impide ver que en la vida muchas cosas cuestan y no siempre se consiguen, seas quien seas. Todos hemos fracasado alguna vez y no somos perfectos, por eso señala: “Vivimos en un mundo en el que la mayoría de gente nos autoengañamos. Nos queremos hacer creer que somos mejores de lo que en realidad somos”. La cuestión fundamental es seguir trabajando hasta lograrlo, sin frustraciones ni conformismo. “El suspenso no es más que la confirmación de que lo que hemos hecho no es suficientemente válido. No queda más remedio que seguir trabajando”, sentencia.

“Es muy difícil controlar la pelota si no eres capaz de controlar tu voluntad”. Esa categórica frase es la que empleaba Toni Nadal con su sobrino Rafa Nadal, uno de los mejores tenistas del mundo, cuando le entrenaba. No en vano, la concentración en la pista y la voluntad del jugador es una de sus señas de identidad, algo lógico si se tiene en cuenta que la atención y el autocontrol son algo fundamental para el entrenador: “Para mí lo principal cuando tú te dedicas a cualquier actividad es tu formación, es tu desarrollo personal y yo entiendo que para desarrollarse uno bien tiene que tener un buen carácter”, señala, evidenciando que estos aspectos se refieren tanto a una disciplina en concreto como en el aspecto general de una vida.

“Yo intenté ser un buen jugador de tenis y rápidamente vi que no lo sería o que no sería suficientemente bueno. ¿Eso me produjo a mí una gran desilusión? No. Lo intenté, puse mi empeño y cuando vi que no lo sería pues cero desilusión”, confiesa Toni Nadal para quien lo importante es el camino hacia el éxito, la preparación que puede dirigirte hacia él aunque eso no concluya en la victoria. “No todo el mundo en la vida puede ser un número uno. Yo creo que la gente que lucha con pasión por algo no le importa tanto el resultado”, asevera mientras se pone a sí mismo como ejemplo, sabedor de que es muy probable que no vuelva a repetir el éxito cosechado con su sobrino. “El éxito es tu formación, el éxito es tu desarrollo personal”, sentencia.

“En la vida, tanto a nivel de entrenador como de padre, lo que pretendemos es formar, es ayudar a nuestros hijos, es prepararles para el futuro, creo que les preparamos mucho mejor cuando les hacemos ver sus limitaciones, pero también al mismo tiempo hacerles ver que, si están dispuestos a hacer todo lo necesario, al final van a poder superar todas esas limitaciones”, explica Toni Nadal, que pone como ejemplo una final de Roland Garros en la que su sobrino le preguntó como veía el partido contra Federer y el entrenador le contestó que mal, enumerándole a continuación las cosas en las que el suizo era mejor, pero recordándole que podría ganar si peleaba cada punto como si fuera el último.

Para Toni Nadal, el miedo al fracaso es normal, todos lo hemos sentido alguna vez en nuestra vida, pero uno tiene que aceptar el error. “Para mejorar no queda más remedio que fallar”, asegura mientras continúa: “Lo importante no es no fracasar, lo importante es que este fracaso no te preocupe más de la cuenta. Hay que saber que tenemos que convivir con el error y el error no nos tiene que frustrar más de la cuenta”. El entrenador está convencido de que las mejores cosas, las más importantes cuestan y son difíciles y por ello el fracaso es parte de ese camino que no lo hace sencillo, pero sí más importante. “Si solo buscas la facilidad, difícilmente te vas a sentir capaz, no vas a lograr nunca esta satisfacción personal que es lo que deberíamos estar buscando todos”, sentencia.