Por Elena Horrillo | 7·marzo·2024
En el actual mundo hiperconectado donde las vidas se exponen casi cada segundo en busca de reconocimiento en forma de likes ¿cómo de posible sería que alguien salvase la vida de 669 niños y tanto su nombre como su gesta permaneciese en el olvido durante 50 años? Es, probablemente, una premisa sin respuesta, aunque sí cabe reseñar que el momento en el que, cinco décadas después, un programa de la BBC reúne a ese hombre, por sorpresa, con muchos de los niños a los que salvó, ha acumulado millones de visitas en todo el mundo.
Ese instante mágico en el que la presentadora dice “cualquiera que le deba la vida a Nicky Winton, por favor póngase de pie” y decenas de personas se incorporan se hace cíclicamente viral contrastando con el silencio casi absoluto que este británico guardó durante décadas. Y lo hizo por varias razones, la primera es porque, aunque salvó a 669 niños, no pudo hacerlo con los últimos 250 que intentaban huir el mismo día que Hitler invadió Polonia, algo que le atormentó hasta el final. La segunda, es que no actuó solo y la tercera es que, en su opinión, lo que hizo no fue algo heroico.
Para contar lo que hizo, su historia, así como la de su madre Babi, la de Trevor Chadwick, Martin Blake y Doreen Warriner se estrena la película Los niños de Winton que llega exclusivamente a los cines el próximo 22 de marzo y que cuenta con la actuación, entre otros, de un soberbio Anthony Hopkins en el papel de Nicky mayor; Johnny Flynn, para hacer del Winton más joven, y Helena Bonham Carter en el papel de Babi, la madre de Nicky. La película está basada en el libro If It's Not Impossible...: The Life of Sir Nicholas Winton, escrito por Barbara, la hija de Winton, que falleció a mitad del rodaje. Fue esa biografía la que encandiló al director James Hawes: "Hay algo que me atrae hacia una historia real. Encontrar una historia que sea tan humana y resonante hoy en día con lo que dice sobre el mundo en el que vivimos ahora, pero que también tenga redención al final, un mensaje de esperanza, eso me atrajo".
Pero ¿cuál es la historia de Nicholas Nicky Winton? Británico, hijo de judíos alemanes que emigraron a Londres y allí se convirtieron al cristianismo, trabajaba como agente de bolsa cuando en 1938 cambió un viaje de esquí a Suiza por uno a Praga donde su amigo Martin Blake le explicó que tenía una “tarea muy interesante” en la que necesitaba su ayuda. Blake trabajaba para el comité británico de refugiados en Checoslovaquia y enseñó a Winton las condiciones en las que vivían las familias desplazadas en campos de refugiados. Fue entonces cuando se le ocurrió elaborar un plan para evacuar a tantos niños como fuera posible.
Junto con sus compañeros, Winton montó varias oficinas para recabar los datos de cientos de familias y a su vez negoció con el gobierno británico que aceptó acoger a los niños siempre que antes encontrase familias dispuestas a acogerlos que, además, pagasen 50 libras por adelantado por cada menor, en concepto de futura vuelta a casa. El siguiente paso fue encontrar a esas familias para lo que publicó anuncios en periódicos a la vez que pedía ayuda para difundir el mensaje en iglesias y sinagogas. “Debido a la situación económica en Gran Bretaña y en otros países como Estados Unidos, había mucha resistencia a los refugiados, así que fue un trabajo increíblemente difícil”, explica Romola Garai, que interpreta a Doreen Warriner, otra de las artífices de esta increíble hazaña.
Y es que Winton no estuvo solo. “Se trata de varias personas, no solo de un hombre, salvando las vidas de niños que están a punto de ser consumidos por las cámaras de gas y los hornos de Auschwitz, Treblinka y Belsen", explica un Anthony Hopkins que interpreta majestuosamente el papel del Winton más mayor y humilde. Eso es algo que la película busca, honrar no solo a Winton sino a todos sus compañeros. “Nicky fue parte de un equipo. Es muy importante que la película rinda homenaje, no solo a las personas increíbles que trabajaron con él para hacer que esto sucediera, sino también dejar claro que Nicky lo reconocía. Nunca se colocó a sí mismo en el centro”, explica el productor Emile Sherman.
Esas personas lograron, el 14 de marzo de 1939, poner en marcha el primer viaje que llevaba a niños, en su mayoría judíos, al encuentro de sus familias de acogida británicas. En total fueron 669 niños rescatados y nueve trenes, aunque el último nunca llegó, ni tampoco los 250 niños que viajaban en él.
Quizás por eso esas personas no hablaban de lo que habían logrado, ni Nicky Winton, ni Doreen Warriner ni Trevor Chadwick. “Los momentos de éxito son enormes y es fácil para las personas fuera de este grupo cerrado decir, '¡mira lo que hiciste!' pero caminaron por los campos de refugiados; conocían a cada niño, sus nombres, el lunar en su mejilla, el espacio entre sus dientes. Luego, esos niños murieron. Eso te destruiría, y creo que eso pasó con Trevor”, razona Alex Sharp, que interpreta en la película a Trevor Chadwick.
“Nicholas no era un soldado. No estaba librando una batalla, estaba luchando por la decencia humana. Esta historia no muestra la Segunda Guerra Mundial, pero es una oportunidad para trazar importantes paralelos entre ese momento y el mundo de hoy”, asegura Joanna Laurie, otra de las productoras de la película. Y es que Los niños de Winton es una historia sobre la decencia humana y la compasión, sobre nuestras elecciones como individuos y como comunidad y sobre un grupo de personas que decidieron no mirar hacia otro lado y hacer algo con la realidad que tenían delante. Un recuerdo de ese proverbio hebreo que aparece en la película de “Quien salva una vida, salva el mundo entero”.
Trailer oficial
“Cuando Nicholas vio la persecución, actuó e hizo algo. Todavía tenemos muchas personas que necesitan refugio y están en peligro", sentencia Vera Schaufeld, una de las niñas que viajó en los trenes. No hay que irse muy lejos para reconocer estos casos, el mismo equipo lo vió en el primer viaje de reconocimiento a la estación Wilson en el centro de Praga y vieron una gran carpa blanca al fondo del andén. “Se estaba utilizando como punto de procesamiento para madres e hijos que llegaban desde Ucrania. Estaban reunidos en la plataforma y los niños estaban jugando justo al lado de la estatua de Nicholas Winton, mientras estábamos discutiendo la toma. Se sintió muy poderoso para todos nosotros, sabíamos que estábamos haciendo la película en el momento adecuado", recuerda Cristina Moore, diseñadora de producción.
El número actual de refugiados en todo el mundo ha alcanzado una escala nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial. Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, en 2023 ya había más de 117 millones de personas desplazadas y apátridas. “Desafortunadamente, es una historia que no pasa de moda. La moraleja de la historia de Nicky, que se estrena solo en cines el 22 de marzo, es hacer algo. No tienes que resolver la guerra, no tienes que resolver la pobreza mundial, solo tienes que contribuir”, explica Lucinda Coxon, una de las guionistas de Los niños de Winton.