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Economía circular,

un Win-Win del planeta y sus habitantes

por Jordi Bernal

Extraer-fabricar-usar y tirar

Desde los inicios de la revolución industrial del siglo XIX, la economía estuvo marcada por una concepción de crecimiento lineal en el cual los recursos naturales eran extraídos, fabricados, usados y finalmente desechados. Esta cadena de aprovechamiento de la energía y las materias primas no podía funcionar a medio y largo plazo sin el menoscabo de la sostenibilidad y buena salud del planeta. A partir del recrudecimiento del calentamiento global y el cambio climático surgen voces que apuntan la necesidad de buscar alternativas viables y que, al mismo tiempo, garanticen un crecimiento sostenido de la economía. Es así como aparece la llamada economía circular, que va mucho más allá del reciclaje de residuos, ya que supone un cambio de modelo de producción y consumo, en el que los productos han de estar diseñados para ser reutilizados. Así, una vez cumplido su ciclo de vida, no se convierten en meros residuos sino en un recurso valioso en sí mismo que se empleará con otro fin.


El paradigma de las tres erres

De esta manera, nace el paradigma de las tres erres (reducir, reusar y reciclar), base de un modelo económico que se fundamenta en los ciclos de la naturaleza. Fue así como el químico alemán Michael Braungart acuñó junto al arquitecto William McDonough el concepto Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) que resume la necesidad de rediseñar la formas industriales de producción. Dichos principios pueden sintetizarse en tres grandes puntos:

Residuo=Recurso

Todo se debe diseñar para que una vez acabada su vida útil, el 100% de los elementos que lo componen puedan ser aprovechados como recursos. Este sistema elimina el concepto de desecho porque estos equivalen a recursos.

Energías renovables

Este sistema depende de fuentes de energía renovables como puede ser la solar, la eólica, la hidráulica o los biocombustibles.

Diversidad

Los sistemas naturales funcionan y prosperan a través de la complejidad. En lugar de crear soluciones genéricas como hacía el sistema tradicional, hay que apoyar la diversidad de diseños con un enfoque local, que cumplen mejor su función original al tener en cuenta las interacciones con los sistemas naturales en los que se enmarcan.

Como puede observarse, el Cradle to Cradle comporta una transformación económica y cultural que implica la participación de los ciudadanos, las empresas y las administraciones, y exige además una apuesta por la innovación tanto a nivel tecnológico como organizativo.

Sin ir más lejos, en el sector del agua, donde existe una escasez de recursos que se incrementará drásticamente como consecuencia del cambio climático y el aumento de la población, la economía circular es ya un imperativo, pues proporciona múltiples mecanismos de creación de valor que no están vinculados al consumo de recursos finitos.

Los tres principios clave

La prestigiosa Fundación Ellen MacArthur explica los tres principios clave, cada uno de los cuales aborda varios de los retos en términos de recursos a los que han de hacer frente las economías industriales:

  1. Preservar y mejorar el capital natural controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables. Cuando se necesiten recursos, el sistema circular los selecciona sabiamente y elige las tecnologías y procesos que empleen recursos renovables o que tengan mejores resultados, siempre que esto sea factible. Además, una economía circular mejora el capital natural potenciando el flujo de nutrientes del sistema y creando condiciones que, por ejemplo, permitan la regeneración del suelo.
  2. Optimizar el uso de los recursos rotando productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en todo momento, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos. Este hecho supone diseñar teniendo en cuenta que pueda repetirse el proceso de fabricación, restauración y reciclaje de modo que los componentes y materiales recirculen y sigan contribuyendo a la economía, ya que el sistema circular reduce la velocidad de rotación de los productos al incrementar su vida útil y fomentar su reutilización. De esta manera, se maximiza el uso de materiales con base biológica al final de su ciclo extrayendo valiosos elementos bioquímicos y provocando que pasen en cascada a otras aplicaciones diferentes y cada vez más básicas.
  3. Fomentar la eficacia del sistema eliminando externalidades negativas. Este principio conlleva la reducción de los daños producidos por el uso humano, tales como los relacionados con la alimentación, la movilidad, la vivienda, la industria o el ocio, y la buena gestión de externalidades como, por ejemplo, el uso del terreno, la contaminación atmosférica, de las aguas y acústica, la eliminación de sustancias tóxicas o el cambio climático.

Interacción medioambiental

La economía circular no es un sistema homogéneo e inmutable. Sus planteamientos se deben a diversas bases teóricas de distintos períodos históricos. Sin embargo, sus aplicaciones prácticas en los sistemas económicos y procesos industriales modernos han cobrado impulso desde finales de la década de los setenta del pasado siglo merced a un pequeño número de académicos, líderes de opinión y empresas.

Desde sus primeras sistematizaciones, el funcionamiento de la economía circular se fundamenta en el uso de la energía como fuente renovable. El sistema de producción agrícola se desarrolla a partir de la actual energía del sol, pero cantidades significativas de combustibles fósiles se utilizan en los fertilizantes, maquinaria agrícola, procesos diversos y a través de la cadena de suministro. Unos sistemas de alimentación y agricultura más integrados reducen la necesidad de suministros basados en combustibles fósiles y aprovechan más y mejor el valor energético de los subproductos y estiércoles.

Así pues, todos los elementos se consideran en relación con sus contextos sociales e interactúan respetuosamente con el medioambiente. En la descomposición biológica, ya sea natural o en procesos de fermentación controlados, el material se descompone en fases por microorganismos, como bacterias y hongos, que extraen la energía y los nutrientes de los hidratos de carbono, grasas y proteínas que se encuentran en el material. Por ejemplo, pasar del árbol al horno priva del valor que podría obtenerse mediante una descomposición en fases a través de usos sucesivos como madera y productos de madera antes de su deterioro y eventual incineración.

Proyectos circulares

La economía circular supone, por lo tanto, una sustancial mejora común tanto para las empresas como para los consumidores ya que, como muestran las experiencias de empresas que ya apuestan por este modelo, resulta mucho más rentable a medio plazo reutilizar materiales y productos que crearlos desde cero.

Sin ir más lejos, el pasado mes de enero, en la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos, se entregaron los Premios a la Economía Circular, que reconoce el valor de individuos y organizaciones empresariales y de la sociedad civil que han contribuido notablemente en el impulso de la economía circular desde el sector púbico, privado o civil.

Entre los galardonados se encontraban el arquitecto William McDonough, la multinacional Nike o el gobierno de Escocia. Este último ha colocado a la economía circular en el centro de la Estrategia económica de Escocia y el Plan de Acción de la Industria. La ambiciosa estrategia de economía circular del gobierno “Making Things Last” identifica 4 áreas prioritarias como oportunidades para obtener beneficios económicos, ambientales y sociales: la reducción de los residuos de alimentos y el crecimiento de la bio-economía, en particular en las industrias lucrativas de whisky y salmón; la reutilización de la infraestructura energética en los sectores renovables y de petróleo y gas; la reducción de los residuos, adoptando un enfoque más circular a la utilización de los recursos en la construcción y edificios; el fomento del sector de refabricación para crecer aún más.

En España, también se están llevando a cabo iniciativas y proyectos encaminados al rediseño del modelo productivo. ACCIONA, cuyo modelo de negocio está enfocado al desarrollo sostenible, es pionera en la integración de la economía circular en sus diversos negocios. Así, podemos encontrar ejemplos de esta nueva concepción del uso de los recursos aplicados a las infraestructuras, el tratamiento de aguas, o la generación de energía.

  • Residuos del agua depurada como fuente de energía

    La implantación en depuradoras de sistemas innovadores permite aprovechar los lodos residuales (los restos orgánicos que se extraen al depurar el agua) para generar biogás que sirve para alimentar la propia depuradora, reduciendo el consumo de electricidad de la red convencional y, por tanto, minimizando la generación de gases contaminantes.

    Depuradora de Archena en Murcia

    Depuradora de Archena en Murcia

    Se trata de un paso más en la “codigestión de lodos”, un proceso que ya ha implantado ACCIONA en varias depuradoras del sur de España y que logra que la planta sea completamente autónoma desde el punto de vista energético gracias a la acción combinada de los fangos generados por el propio proceso de depuración y de otros residuos industriales orgánicos de industrias cercanas. Es decir, se aprovechan no sólo los residuos de la depuración generados en la planta, sino que también se convierten en energía residuos orgánicos de otras industrias cercanas.

    Además, gracias a estos tratamientos, se puede reducir hasta un 80% el volumen final de los fangos residuales, con lo que su tratamiento es mucho más sencillo, ambientalmente sostenible y menos costoso.

  • Residuos que se convierten en alimento para la tierra

    Teniendo en cuenta que las aguas residuales contienen grandes cantidades de nitrógeno y fósforo, se pueden recuperar en el proceso de depuración para usarse como fertilizantes en la agricultura. Asimismo, las cenizas también son muy apreciadas para su empleo como fertilizante, dado su importante contenido en potasio. Actualmente, existen empresas que aseguran la revalorización de las cenizas y de las escorias generadas en las plantas de biomasa. Las escorias de la combustión son aprovechables tanto para la agricultura como para material en la construcción. Se estima que, por lo menos, 2.500 toneladas de ceniza y 26.300 toneladas de escorias que habrían acabado en vertederos se aprovecharon el año pasado en España.

    Planta de biomasa de Miajadas en Cáceres

    Planta de biomasa de Miajadas en Cáceres

  • Residuos que contribuyen a una movilidad y construcción sostenibles

    Proyectos europeos de de investigación como el APSSE o el Polimix, impulsados por ACCIONA, ya han demostrado, en tramos de carretera de la Comunidad de Madrid, que las perchas, tapones, envases, residuos de la construcción o aceites vegetales son sustitutos idóneos para parte del petróleo y los áridos que se usan en la construcción de carreteras. Además, los estudios apuntan que estos nuevos componentes lograrán prolongar la vida de los asfaltos y reducir sus gastos de mantenimiento.

    Restos de neumáticos que se utilizarán como materia prima de base en multitud de aplicaciones dentro del campo de la construcción

    Restos de neumáticos que se utilizarán como materia prima de base en multitud de aplicaciones dentro del campo de la construcción

    Otro ejemplo de los avances que se realizan en la reutilización de residuos se encuentra en el reuso de neumáticos como materia prima de base en multitud de aplicaciones dentro del campo de la construcción. Sin ir más lejos, en la reducción de vibraciones transmitidas por el ferrocarril, la protección de elementos estructurales, el aislamiento acústico y el relleno de terraplenes.

Estos ejemplos demuestran la viabilidad de un modelo económico que tiene en cuenta los recursos naturales finitos, sabe aprovecharlos cuidando su ecosistema, respetando el medioambiente y, sobre todo, apostando por un crecimiento global sostenible. Resumiendo: la economía circular es un Win-Win del planeta y sus habitantes.

Las voces de la economía circular

Yacimientos

Se reduce la emisión de CO2 gracias a la utilización de residuos de la industria papelera para la estabilización de suelos" - Pilar Górriz (Centro de I+D de Acciona infraestructuras)

Yacimientos

Convertimos la depuradora en una fábrica de recursos: agua, fangos y recuperación de los nutrientes" - Teresa de la Torre (Ingeniera del Centro Tecnológico del Agua de Acciona)

Playas

Las algas no son basura, sino un producto susceptible de ser usado en la agricultura y en la producción de abono orgánico" - Vicente Blasco (Delegado de Servicios Urbanos de Acciona en Torrevieja)

Yacimientos

El objetivo final debe ser devolver al medio el agua que hemos utilizado con mejores calidades que como la hemos captado" - Alejandro Zarzuela (Director Técnico y de Innovación tecnológica de Acciona Agua)