Las

crisis olvidadas

de los grandes conflictos:

lo que no sale en los medios sí existe

Acción contra el Hambre no se olvida de las crisis provocadas por los conflictos que han asolado países enteros en las últimas décadas y continúa su labor para garantizar derechos básicos Andrea Menéndez Faya | 08·Mayo·2024

SIRIA

©Hasan Belal para DEC

COLOMBIA

© Lina Arenas

SUDÁN

© Sanjida Sabrina Tawhid

YEMEN

© Florian Seriex AlKhukha

NIGER

© Lys Arango

NAGORNO KARABAJ

© Elisa Bernal

MAURITANIA

© Carmen Abdali

IRAK

© Sebastien Duijdnam

HONDURAS

© Gonzalo Höhr

AFGANISTÁN

© Sandra Calligaro

UCRANIA

© Gonzalo Höhr

Cuando un conflicto estalla —dependiendo de su cercanía a Occidente— ocupa horas de televisión y mares de tinta durante un tiempo prudencial. Las imágenes de violencia, dolor y hambre impactan una tras otra, acostumbrando a la audiencia al sufrimiento hasta que consiguen el efecto contrario al deseado: la anestesia. Nos hemos vuelto impermeables al grito desesperado de países y comunidades solicitando ayuda. Y conforme pasa el tiempo y dejan de aparecer en la pantalla, nos olvidamos de ellos.

Níger, Sudán o Afganistán, entre otras, son zonas con conflictos presentes o pasados. A pesar de que sus nombres resuenen en el imaginario colectivo, la escasez de información hace que muchas personas piensen que las heridas están cerradas. Nada más lejos de la realidad.

SIRIA, una guerra que no cesa

El pasado 15 de marzo se cumplieron 13 años desde el inicio de la guerra en Siria. La prensa internacional se ha olvidado de uno de los conflictos más crueles y graves de los últimos años. Más de 16 millones de personas necesitan asistencia humanitaria para sobrevivir y más de la mitad de la población padece hambre. Familias enteras luchan por sobrevivir en condiciones extremas, sin acceso a alimentos suficientes, agua potable o atención médica.

La sombra del conflicto se une a las graves crisis de refugiados, la sequía, brotes de cólera o el devastador terremoto que asoló el país el pasado año. Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre, recalca: “El 90% de la población está por debajo del umbral de la pobreza y no hay indicios de que la situación vaya a mejorar pronto”.

La respuesta de la ONG ha sido integral y sostenida, adaptándose a las cambiantes necesidades de la población afectada durante 15 años. Los programas abarcan desde el suministro de agua y saneamiento hasta la rehabilitación de refugios, pasando por servicios de salud y el fomento de iniciativas que generen ingresos. Aunque Siria haya desaparecido de la atención pública, la necesidad de apoyo es más crítica que nunca.

COLOMBIA, un camino hacia la paz

El periodo de Paz Total, iniciado hace siete años en Colombia, busca que todos los actores armados ilegales abandonen las armas y decrezca el impacto de la violencia en las comunidades, asegurando el progreso de un país marcado por un periodo de violencia de más de dos décadas.

Hablamos de un país en el que el 36,6% vive en condiciones de pobreza y el 13,8% se encuentra en niveles extremos de pobreza. 6,9 millones de personas sobreviven con ingresos inferiores a 1,6 euros. A pesar de la creencia popular de que la violencia estaba resuelta, el año pasado 46 500 personas se vieron desplazadas en 19 de los 32 departamentos del país.

Acción contra el Hambre lleva más de 25 años trabajando en Colombia, abordando la seguridad alimentaria y saneamiento y priorizando a migrantes, refugiados y a las personas afectadas por la violencia armada, en especial a los más vulnerables: comunidades indígenas, afrodescendientes, mujeres, niños y niñas. En la Región del Darién, una zona de difícil acceso y con condiciones geográficas y climáticas extremas que atraviesan diariamente cerca de 3.000 personas, la respuesta humanitaria se centra en proporcionar atención en salud materno-infantil a través de brigadas móviles compuestas de personal médico y nutricionistas.

SUDÁN, la crisis del hambre

Sudán encabeza la lista de mayores crisis de personas desplazadas en el mundo, con 11 millones desde abril de 2023. Es una de las crisis humanitarias más crueles y, al mismo tiempo, menos visibles. 1 de cada 3 personas sufren inseguridad alimentaria aguda. 14 millones de niños menores de 5 años, de los que 3 millones están desplazados, necesitan ayuda humanitaria urgente. Pero la dificultad para entregar esa ayuda es extrema: la intensificación de la violencia, la inseguridad y las restricciones de circulación se complican día a día y no hay garantías de acceso para el personal humanitario.

Esta situación ha golpeado a Sudán tras años de crisis prolongada con el epicentro en el corazón de la capital, lo que ha provocado un efecto devastador sobre el conjunto del país. El acceso a recursos vitales está en situación límite. El 10% de la población está al borde de la hambruna y el 27% en una fase anterior —crisis—, que puede aumentar esa tasa.

La pérdida de acceso o la destrucción de tierras, el colapso de la actividad económica debido a la inseguridad y el elevado coste de los insumos, el bloqueo de sistemas de transporte o la destrucción de los suministros de agua están contribuyendo a agravar la situación alimentaria del país. Acción contra el Hambre trabaja para reforzar los medios de subsistencia de las familias mediante la distribución de insumos agrícolas, semillas y herramientas, al mismo tiempo que realiza una labor diaria en centros sanitarios para tratar y prevenir la malnutrición y desnutrición aguda grave. La organización presta asistencia también a víctimas de violencia de género a través de una línea de atención telefónica segura, la creación de centros para mujeres y redes comunitarias de protección o sesiones de sensibilización.

Algunas
crisis olvidadas
por casi todos

Hay numerosos países en los que aún perviven conflictos que llenaron nuestras pantallas durante sus inicios y todavía perduran sus consecuencias. Los nombres de algunos de estos traen a la memoria los ecos de la guerra, el hambre y la destrucción:

Yemen
Uno de los países más pobres del mundo. A comienzos de año sufrió ataques aéreos que ponen en peligro la capacidad de las ONG para atender a una de las poblaciones más necesitadas de ayuda. El 75% de los yemeníes necesitaron ayuda humanitaria en 2023.

Níger
La crisis exacerbada de los conflictos, la inseguridad, las sanciones económicas tras el golpe de estado el año pasado y los desafíos climáticos eleva la estimación de personas que necesitarán ayuda humanitaria en 2024 a más de 4,5 millones. Acción contra el Hambre trabaja desde 1997 para abordar esta crisis multifacética, no solo en la lucha contra la desnutrición y la mejora del acceso al agua y la atención sanitaria, sino también frente a los efectos de las restricciones comerciales y el aumento de los precios de los alimentos.

Irak
Desaparecida hace décadas de la televisión, su situación sigue siendo grave. El brote de cólera en 2023 resalta las profundas desigualdades de acceso a agua potable y saneamiento adecuado en un país marcado por años de conflicto. La crisis, exacerbada por el cambio climático, la escasez de agua y la contaminación de los ríos Tigris y Éufrates, subraya la vulnerabilidad a enfermedades transmisibles y agrava el ciclo de malnutrición y enfermedad.

Mauritania
Una de cada 10 personas sufre inseguridad alimentaria mientras se intensifica la ola de refugiados malienses en el país. Shanti Moratti, director de Acción contra el Hambre en Mauritania, destaca: “El sistema sanitario es vulnerable; la escasez de acceso al agua potable aumenta el riesgo de enfermedades y malnutrición. Todas estas dificultades impactan a todas las comunidades por igual, ya sean anfitrionas, refugiadas o retornadas”.

Ucrania
Dos años después del inicio del conflicto, el 40% de la población necesita ayuda humanitaria. Más de 6 millones de personas han huido y otros 4 están desplazadas dentro del país. 7,3 millones necesitan alimentos. La ayuda humanitaria se centra en mejorar la seguridad alimentaria, la atención médica y el asesoramiento psicológico, así como el acceso a agua segura.

Nagorno Karabaj
Septiembre de 2023 marcó la rápida escalada de un conflicto de décadas en Armenia y Azerbaiyán que obligó a más de 100 000 personas a huir de sus hogares en Nagorno Karabaj. Las familias emprendieron un largo viaje, llegando a Armenia con escasos alimentos, agua y cobijo, tras meses de bloqueo del corredor de Lachín. En Armenia, una de cada 30 personas es refugiada.