Para encontrar a la primera mujer cartera en nuestro país hay que remontarse muy lejos, hasta 1648. Ese año tuvo lugar el primer envío en Portugalete, Bizkaia. El éxito fue tal que desde aquel momento, y durante casi un siglo (hasta 1738), solo mujeres prestarían este servicio.

Que se sepa, ya en 1830 había mujeres encargadas de estafetas a las que se consideraba empleadas de la Renta de Correos; otras, además, llevaban correspondencia a caballo o a pie, las llamadas conductoras de travesía.

Como curiosidad, el carrito de reparto de Correos se implementó gracias a la incorporación de las mujeres a la empresa. Muchas trabajadoras usaban un carro de la compra para transportar los más de 20 kg de envíos diarios, y no tener que cargarlos a la espalda. Un avance que, como otros muchos, acabó beneficiando a todos los trabajadores.

Fue en 1881 cuando llegaba la empresa española la primera telegrafista. Los carteros que trabajaban en estafetas telefónicas unipersonales, pudieron contratar, a partir del 30 de octubre de 1880, a su mujer, hija o hermana, con el nivel de auxiliares para ayudar en las tareas de mensajería y comunicaciones. Entonces tenían un jornal de 5 reales diarios, un sueldo ligeramente inferior al de los hombres.

La primera en ocupar este puesto fue Josefa Álvarez Portela, esposa del oficial encargado de la estación de Nava del Rey (Valladolid). Los salarios, sin embargo, tardaron en igualarse, en 1882, una auxiliar cobraba 625 pesetas frente a las 1.000 que ganaba el puesto más bajo del escalafón del Cuerpo de Telégrafos.

Aunque Álvarez Portela se incorporó en 1881, no fue hasta el 15 de julio de 1909 cuando se convocaron las primeras oposiciones para “auxiliares femeninas de 2º clase”. Unas oposiciones en las que Clara Campoamor, una de las principales figuras de nuestro país en la lucha por el sufragio universal, obtuvo su plaza.

Solo un año después del ingreso de Álvarez de Portela, ya eran 40 las trabajadoras que ocupaban puestos de auxiliar. Desde aquel año, las mujeres han tenido un papel fundamental en el desarrollo y crecimiento de Correos. Tanto, que su plantilla ya es mayoritariamente femenina.

En 2016, Correos alcanzó la paridad y hoy, ellas ya son más, concretamente el 52,2% de los trabajadores de la empresa, en total, 48.446 herederas de Josefa Álvarez de Portela, que ahora hacen que Correos sea la empresa logística líder en España.

En la medida de lo posible, Correos trabaja por conseguir una sociedad más igualitaria. Y desde la empresa creen que no hay mejor manera de hacerlo que predicando con el ejemplo. Por ese motivo, lleva a cabo desde hace años una serie de medidas para fomentar la igualdad entre sus filas.

Desde 2008, Correos forma parte de la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género. Además, en 2011 se estableció un Plan de Igualdad, en el que se incluye un protocolo contra el acoso sexual, laboral o moral. Dentro de la empresa, políticas específicas para la ayuda y protección de las víctimas de violencia de género ayudan a las personas que han sufrido estos abusos y un código de conducta previene cualquier discriminación o acoso internos.

Con esta serie de sellos, Correos quiere poner de manifiesto la vital importancia de las mujeres que han formado parte de su historia. La encargada de ilustrar los sellos será Isabel Muguruza. Una artista que, con un estilo casi psicodélico, pone el cuerpo de mujer en el centro de escenarios oníricos que invitan a la reflexión en una gama de colores que van desde el rosa hasta el azul cian.

Muguruza es la candidata ideal para un encargo en el que se quiere poner en valor la vida y el trabajo de Clara Campoamor, Isabel Zendal, Almudena Grandes, Dolors Aleu, Concepción Arenal, Elidà Amigó, María Blanchard, Luisa Roldán.

Un primer sello abrirá la colección. En él, cuatro manos se sujetan representando la unión, la fuerza y el apoyo que las luchadoras por la igualdad han tenido que darse para lograr avanzar hasta el punto en el que nos encontramos ahora.

Correos puede enorgullecerse de haber tenido entre sus filas a quien probablemente fue el personaje más importante de la lucha por el sufragio femenino en nuestro país: Clara Campoamor. Nacida en 1888, con 21 años aprobó la primera oposición de Telégrafos para Auxiliares. 4 de julio de 1910 en Zaragoza, donde estuvo destinada un año. En 1911 se trasladó a San Sebastián, donde trabajó otros cuatro años.

Gracias a haber logrado una plaza en el Ministerio de Instrucción Pública, Campoamor pudo compaginar su vida laboral con los estudios, la docencia y la actividad política. El 28 de junio 1931 es elegida Diputada en el Partido Radical de Alejandro Lerroux. Solo cinco meses después, logra que se apruebe el sufragio femenino en España tras un tenso debate en el Congreso frente a Victoria Kent.

Campoamor dejó frases célebres como esta, recogida en El voto femenino y yo: mi pecado mortal: “Solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras”.

La sufragista falleció en el exilio el Lausana (Suiza), en 1972, tras escapar del régimen franquista y la Guerra Civil, en una huida que le llevó primero a Argentina y después de vuelta a Europa en 1955.

En 1979, Correos organizó unas oposiciones libres e iguales para hombres y mujeres. Casi 10 años después, en 1988, la empresa emitió un sello para conmemorar el primer centenario del nacimiento de esta ilustre política. Hoy, sigue recordándola con esta serie filatélica que comparte con otras grandes mujeres de la historia del feminismo en nuestro país.

El sello homenaje a Clara Campoamor saldrá a finales de abril y Correos celebrará el 8M con la primera estampilla diseñada por Isabel Muguruza, que representa la unión de las mujeres a través de dos manos juntas de las que emanan flores.