Azahara García | 13·marzo·2024
La adolescencia es ese periodo vital entre la infancia y la edad adulta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) transcurre entre los 10 y los 19 años y se divide en pubertad, entre los 10 y los 13 años; adolescencia media, entre los 14 y los 16; y la adolescencia tardía que se extiende hasta los 19 años. Para ellos, los protagonistas, es una etapa de descubrimiento y de cambios, donde empiezan a intentar entenderse a sí mismos y a comprender su papel en el mundo que les rodea, pero para muchos padres este periodo puede verse como complicado o problemático, especialmente si no se disponen de las herramientas necesarias.
“Yo animo a que dejen de ver la adolescencia como algo complicado, porque cuando etiquetamos o hacemos un juicio de valor, nos condiciona. Y si crees que vas a encontrar cosas malas, va a ser muy difícil que encuentres algo bueno”, asegura Patri Psicóloga, divulgadora de la psicología de la salud con más de 26 años de experiencia, en un nuevo capítulo de Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica. Hay que tener en cuenta que, etimológicamente, el término adolescente proviene de la palabra latina adolescens o adulescens, es decir, es el participio del verbo adolecere, cuyo significado es crecer o robustecer, y así es como aconseja Patri Psicóloga tomarse este momento. “La adolescencia puede ser una etapa increíble en la que conocer cómo nuestro hijo y nuestra hija se van desarrollando, cuál es su pensamiento, qué ideas van teniendo, cuáles son sus aficiones, qué les gusta hacer y pensar. Y si nos abrimos a ese momento para escuchar con atención y con curiosidad, seguramente podamos disfrutar de una etapa que puede ser maravillosa y en la que vamos a aprender muchísimo de nuestros hijos”, sentencia la experta.
Y la pregunta del millón es ¿cómo lograr que la adolescencia sea una fase de aprendizaje y comprensión mutua? Para ello, la psicóloga propone acercarse a la disciplina positiva. “Nos ayuda a conocer cuáles son las emociones de nuestros hijos, a relacionarnos desde el respeto, desde la aceptación, nos ayuda a empatizar, a comunicarnos de una manera asertiva. Poder tener un vínculo con nuestros hijos basado en el respeto, en la armonía, en la complicidad”, explica Patri Psicóloga en el vídeo.
Hay que tener en cuenta que para los adolescentes también es una etapa difícil y cambiante. “Para nuestros hijos e hijas es muy complicado relacionarse con nosotros si saben que no estamos aceptándoles, negando su manera de ser, todo el día criticando, comparando, humillando, como si no viésemos nada positivo”, narra la experta, que abre la puerta a la necesidad de entender a los adolescentes. “Nuestros hijos necesitan aceptación y que validemos y reforcemos los cambios que están dando, que les acompañemos desde el amor, la empatía y la comprensión, pero no desde la parte más castigadora y humillante que lo que va a hacer es bloquear la relación que podemos tener entre padres e hijos”, afirma.
Que levante la mano aquel que pueda decir que no se sintió incomprendido en su etapa adolescente. Y que hagan lo mismo los padres con hijos adolescentes que no hayan pensado alguna vez que no son capaces de comprenderles. “Entender a los adolescentes es clave. De hecho, el sufrimiento que ellos tienen de no verse comprendidos viene porque falta, más que comunicación, entendimiento”, asegura. Pero ¿qué es exactamente el entendimiento y cómo ponerlo en práctica con los adolescentes? “Entendimiento es la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, intentar entender, aunque uno no comparta por qué piensan de una manera, por qué han actuado de otra, por qué toman según qué decisiones. Si no hacemos el esfuerzo de ponernos en su lugar y entender los motivos por los que actúan, seguramente no podremos empatizar y no podremos acompañarles en este proceso que para ellos también es complejo”, sentencia.
¿Y cómo hacerlo? Patri Psicóloga nos ofrece herramientas para relacionarnos en esta etapa desde el respeto, la empatía y la comunicación, consciente también de que en la teoría todo suena mucho más sencillo que en la práctica, por lo que anima a empezar poco a poco y con pequeños detalles del día a día. “Primero, la aceptación absoluta de cómo son, cómo piensan y cómo están en la vida. Segundo, el respeto hacia aquello que ellos nos plantean. Respetar es aceptar a nuestros hijos tal y como son, no como nosotros deseamos que sean”, relata. Una vez se han dado los pasos del respeto y la aceptación, los siguientes son casi obvios. “Deberíamos ser amables en la comunicación. Cuando tengamos que corregir es importante que lo hagamos desde la serenidad”, continúa la divulgadora. Es importante que, como adultos, se sea capaz de modular y templar las emociones sin hablar desde el enfado.
Otro punto importante es ser generoso y saber ceder. “Hay que hacer concesiones. A veces cuando les escuchamos con interés y con curiosidad nos damos cuenta que sus razonamientos igual son más válidos que los nuestros”, reflexiona la psicóloga. De esta forma se puede llegar a poner unos límites desde el compromiso entre ambos. “Tendrás que establecer un código con tus hijos de lo que es innegociable y lo que no lo es. Trata de empatizar, de establecer un código conjunto. Y ese código tiene que estar consensuado por las dos partes”, asegura.
Este entendimiento no solo puede hacer que la relación con los adolescentes sea mucho más sencilla, sino que también puede favorecer directamente a que su autoestima sea más fuerte. “La autoestima de alguien depende, en gran medida, del feedback que le llega, de la información que le damos sobre la persona. Nuestros hijos necesitan una sana autoestima, saber que sus valores o su forma de ser son importantes, porque si no se van a convertir en marionetas o en borregos de otras personas”, advierte Patri Psicóloga que añade: “Normalmente, dedicamos mucho más tiempo a corregir que a validar. Y es muy importante que, cuando traslades afecto y amor a tus hijos, no lo hagas ligado a un éxito, porque aprenderán que para recibir amor y afecto uno tiene que hacer siempre las cosas bien”, sentencia.
Bajo el lema “cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles”, nace Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica que busca visibilizar talento y el poder de las conexiones que permiten que las personas se sientan capaces de lograr lo que se propongan. “Queremos hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas”, afirma José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica
En esta plataforma encontramos secciones como Inspírate, con las historias de personas como Rafa Nadal, Ferrán Adrià, Teresa Perales, Javier Gómez Noya o Nacho Azofra. Pero también las del jugador de fútbol Keita Baldé y su implicación en mejorar la situación laboral de los jornaleros durante la pandemia o la de De Discamino, una asociación para ayudar a personas con discapacidad a conseguir su sueño de hacer el Camino de Santiago. También las de Mamás en Acción y su lucha para que ningún niño esté solo en un hospital o cómo el trabajo conjunto y la confianza del equipo de K4 fue el camino hacia la victoria.
También, en la sección de Aprende, se esconden pequeñas clases magistrales en las que grandes figuras como Molo Cebrián, Marta Gilart, Cristina Mitre, Gemita, Iñaki Gabilondo, Toni Nadal, María Zabala, Rafa Nadal o Amaya Valdemoro ofrecen, en primera persona, consejos y reflexiones que nos pueden servir de inspiración y aprendizaje.