“Blockchain hoy es el internet en los 80” es uno de los mantras que parecen estar siempre presente entre los más reputados inversores del mundo. Igual que la red en dicha década, blockchain (traducido: cadena de bloques) parece estar destinado a cambiar el mundo y sus modelos de producción, comunicación, propiedad… Pero su evolución tecnológica es rapidísima y los casos de uso, aunque se cuentan por miles, no son todavía masivos. Exactamente igual que sucedía con internet antes de su explosión definitiva en los hogares y empresas de los 90.
Entonces, ¿qué es exactamente blockchain? En palabras de los expertos “se trata de un conjunto de tecnologías que permite crear plataformas y aplicaciones en entornos digitales descentralizados, garantizando la seguridad y la trazabilidad a los usuarios, puesto que tras el consenso de todas las partes cada acción queda perfectamente registrada en los nodos de todos los participantes en la red y es inalterable”. De ahí que sectores como el financiero, el farmacéutico o las grandes cadenas de alimentación sean unas de las que más estén apostando por ellas.
A continuación, ofrecemos algunos ejemplos prácticos sobre su funcionamiento y su aplicación para determinados casos, dentro del ámbito financiero.
Piensa por un momento en lo engorroso que acostumbra a ser hacer una consulta a la Administración Pública, pedir un registro en el padrón o recibir una notificación con acuse de recibo en tu domicilio. Algo parecido sucede en el sector financiero, donde la emisión de préstamos sindicados, o la emisión de warrants son procesos que tienden a ser engorrosos y alargarse en el tiempo.
La aportación de blockchain al sistema financiero permitirá la generación de beneficios en ahorro de costes, trazabilidad y tiempos de validación ya que esta tecnología elimina la necesidad de acuses de recibo y conciliaciones, y es un garante de la privacidad en las informaciones.
Un ejemplo de proyecto en este ámbito es Fast Track Listing, apoyado por la CNMV y distintas entidades financieras para la emisión de warrants. Este proyecto demostró que es posible realizar el proceso en 48 horas frente a un plazo medio de más de una semana (más de un 70% de reducción), gracias a la conexión de todos los sistemas, la validación automática de requisitos y su transparencia.
Imagina ahora que una empresa ha de adquirir un número elevado de bombillas a China. Como es lógico, la empresa que envía la mercancía sólo la hará cuando reciba el pago mientras que la empresa que realiza el pago sólo quiere pagar cuando reciba el envío.
Una de las virtudes principales de blockchain es que actúa como un repositorio de información donde todas las partes validan cada transacción en base a un consenso, sin necesidad de terceras partes validadoras o proveedoras de confianza y aunque estas partes sean desconocidas.
Esto es tremendamente beneficioso para sectores como el industrial, el farmacéutico y el financiero. Este último se puede ver beneficiado en procesos como la concesión de créditos, la concesión de avales internacionales y el comercio internacional.
Plataformas como we.trade y marco.polo, en las que están participando un gran número de bancos aportan una solución a estos problemas basándose en blockchain.
Ahora imagina que quieres comprar un cuadro de un reconocido pintor, pero necesitas seguridad absoluta sobre su autenticidad.
Siguiendo un poco el hilo del ejemplo anterior, blockchain garantiza una mayor seguridad si se tiene que hacer un pago. Se ofrece una mayor transparencia de dónde, cómo y hacia quién se realiza ese pago, lo que beneficia a las remesas, los pagos internacionales (que siempre son más complicados y exigen mayores protocolos de verificación) o la transmisión de activos, por ejemplo, en el mundo del arte o del lujo. Ejemplos de esto último lo tenemos en casos de uso recientes del grupo LVMH (Moet Henessi Louis Vuitton) o la startup Everledger.
Un problema que se ha plantea siempre dentro de las organizaciones cuando aparece una tecnología destinada a cambiar el mundo es: ¿cómo vamos a entenderla antes que nadie? ¿Cómo vamos a ayudar a cambiar el mundo con ella? La solución que están llevando a cabo muchas entidades es crear lo que se conoce como “sandbox” y que permite experimentar con la tecnología. Dentro de CaixaBank este “sandbox” se conoce como Innochain.
Innochain es, como explican desde este banco, “una plataforma descentralizada construida sobre blockchain, sobre la cual se desarrollan distintas funcionalidades que permite la tecnología”.
Innochain posibilita experimentar con la tecnología, crear soluciones, formar a empleados, divulgar internamente… de forma ágil y rápida. Con desarrollos que luego se pueden exportar a los distintos consorcios en los que se encuentra inmerso el banco (en España, Alastria y Niuron).
Una de las aplicaciones más recientes creadas por CaixaBank sobre Innochain permite generar más participación, nuevas ideas, votar esas ideas y colaborar entre distintos departamentos y a través de una app móvil. En esta aplicación, el usuario dispone de una cartera de tokens –una especie de moneda digital–, y puede recibir tokens o recompensar a compañeros con tokens por las ideas, colaboraciones o formaciones que estos aporten. Estos tokens se canjean a final de año por kilos de comida que son donados al banco de alimentos. Toda esta información queda registrada en el sistema de blockchain de forma inalterable.
“Creemos que es una fórmula que ofrece frescura y no abruma al usuario con muchas preguntas y de esta forma potenciamos su intuitividad, evitando que “mate” muchas ideas o propuestas. La inclusión de los tokens y su componente social es lo que diferencia a CaixaBank de cualquier otra aplicación de otras entidades”, aseguran desde el banco.
En definitiva, el blockchain, aunque todavía parezca una tecnología compleja, está creciendo a toda velocidad. Lo que más se destaca es que genera una confianza y trazabilidad asombrosa. “La base de toda esta nueva tecnología es que hará increíblemente segura la conexión entre diferentes actores – ya sean usuarios, bancos u otras organizaciones-, por lo que cualquier transacción, contrato, envío de activos, pago… quedará cifrado, será trazable y perfectamente transparente para cada una de las partes. Por todo ello, está logrando una aceptación asombrosamente rápida por parte de los usuarios” aseguran desde CaixaBank.
Gracias al impulso tecnológico que están realizando las distintas entidades financieras, farmacéuticas, de logística, de alimentación… blockchain está pasando de ser una prueba de tecnología a ser una realidad masiva (de la realidad del internet de los 80 a la explosión masiva del internet de los 90). Mantente atento porque parece que el futuro quedará escrito en una cadena de bloques.