42, el campus para formarte en las profesiones del futuro: sin libros, sin profesores y sin horarios

El único requisito para poder acceder a alguno de los campus de 42 es tener 18 años. No es necesario saber programar ni contar con otros conocimientos técnicos previos. Tampoco títulos o graduados. “Hay que tener muchas ganas, eso sí”, dice Temes.

El proceso de admisión es relativamente sencillo, y se divide en tres pasos. La primera fase consiste en una prueba online a la que cualquiera puede acceder a través de la web, y que consta de ejercicios de lógica y de memoria.

Quien la supere tendrá que pasar a la segunda fase, la ‘piscina’, un periodo de 26 días en el que el aspirante de 42 se encuentra ya físicamente en el campus.

“Quienes superan los proyectos y retos de esos 26 días entran a formar parte de 42”, dice Temes. Entonces su rutina se basa en aprender conocimientos básicos de programación mediante hitos y proyectos, desde un itinerario común. Después, una vez superada la parte troncal, se adquieren conocimientos específicos, siempre desde la programación, pero en cualquiera de las especializaciones que demanda el mercado laboral: videojuegos, ciberseguridad, inteligencia artificial, blockchain...

Bruno Azuara tiene 34 años y es uno de los primeros alumnos de 42 en España, ya que comenzó su andadura en 2019, al mismo tiempo que el campus madrileño. Antes de interesarse por el mundo de la programación trabajaba en el sector de los materiales, hasta que dio el salto a la carrera de informática y dejó el trabajo.

“Cuando estaba terminando segundo curso de informática vi un anuncio de 42 y quise probar, porque la verdad es que la enseñanza en la universidad era muy ortodoxa, muy lenta y poco práctica… Después de dos años yendo todos los días a 42, a excepción del confinamiento, estoy encantado”, asegura.

¿Más diferencias con el sistema tradicional? Azuara pone como ejemplo que durante su periodo universitario hizo entre 80 y 90 horas prácticas en ordenador, mientras que solo en la prueba ‘piscina’ de 42 hizo en 26 días alrededor de 400 horas. “Es una diferencia abismal”. Añade que otro de los aspectos que más destaca es que “no tienes que rendirle cuentas a nadie, excepto a ti mismo”.

Si te da miedo iniciarte en el mundo de la programación, aunque tengas ganas, ¡olvídalo! El sistema de 42 está basado en pedir ayuda a otros compañeros y buscar información por uno mismo. “Literalmente hay gente que ha llegado a la escuela sin saber encender el ordenador. 42 te enseña a buscar por ti mismo, ver cómo lo puedes hacer… Siempre habrá alguien que sepa lo que necesitas y, si nadie lo sabe, lo sacamos entre todos. Aprendes a enfrentarte a retos con autonomía”, asegura Azuara.

Azuara explica que entre sus compañeros hay perfiles de todo tipo: desde psicólogos hasta músicos, pasando por su propia experiencia. “Hay gente que se ha dado cuenta ahora que se le da muy bien programar, y nunca pensó que fuera capaz de hacerlo, y de hacerlo bien”.

“Yo le recomiendo 42 a todo el mundo que quiera un desafío. A quien quiera aprender algo nuevo, porque te saca de tu zona de confort. Te abre un horizonte nuevo, es muy democrático, y todo lo que consigues es gracias a tu esfuerzo. Eres tú contra el sistema. Eres tú quien aprende y quien gana la recompensa. No necesitas ni tener ordenador en casa, solo ir, ellos ponen los equipos. Al final esto es adictivo”, asegura.

¿El mejor lema para esta iniciativa? “Nada para no ahogarte. Nos basamos en que todos juntos avanzamos”, dice Temes. Esto no solo se hace efectivo entre los integrantes de cada campus, también entre las distintas sedes del mundo. “Tenemos una red de campus muy potente, con conexión en tiempo real entre ellos. Nos retroalimentamos constantemente, y a nivel de contenidos estamos muy en la línea con lo que demandan las empresas”. Esto es así, explica Temes, porque si, por ejemplo, en un campus de Asia se detecta una tecnología nueva, rápidamente se envía esa información a todas las sedes del mundo.

¿Estás pensando en dar un cambio a tu vida profesional? Tanto si eres muy joven como si no lo eres tanto - algunos alumnos también rondan los 60 años -, ¡es tu momento de lanzarte a la piscina!

“Para mí esto está siendo una segunda oportunidad, y para muchos compañeros también. Incluso para algunos está siendo su primera oportunidad. Hay personas que con 18 años no sabían qué hacer con su vida, y otros que con 60 han decidido reciclarse. Que te den esta formación gratuita lo que te cuesta es el esfuerzo. Es lo único que tienes que pagar”.

“Esto es adaptarse y evolucionar. Si lo que quieres es sembrar un buen futuro, lánzate, sin miedo”. La recompensa es inmejorable: un 100 % de empleabilidad en todos los campus. De hecho, hay un intercambio constante con empresas, e incluso prácticas en compañías al finalizar cada bloque.

¿Lo mejor de todo? Según Temes, que en 42 conocen “las profesiones del futuro". "Formamos a los estudiantes para trabajar en ellas”.