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La ruta del gas natural

desde el yacimiento hasta tu hogar

Yacimientos

Introducción

Encender el fuego para cocinar, ducharse con agua caliente o calentar la casa en invierno son tareas tan corrientes que no es frecuente pensar en el proceso que hay detrás. El gas natural se emplea a diario, pero pocos son los que conocen a ciencia cierta cómo llega hasta los hogares. ¿Qué ruta sigue esta materia prima desde los yacimientos naturales en los que se encuentra hasta su destino final? ¿Qué tratamientos debe pasar hasta aparecer en los fogones?

Antes de explicarlo, quizás es conveniente resaltar que el gas natural es una de las fuentes de energía más limpias y respetuosas con el medio ambiente, ya que es la que contiene menos dióxido de carbono y, por tanto, la que produce menos emisiones de gases de efecto invernadero. Además, es una energía económica y eficaz que se ha convertido en una alternativa segura y versátil capaz de satisfacer la demanda energética en el sector doméstico, pero también en el comercial, en el industrial y en la generación de electricidad. Por todo esto, el gas natural puede jugar un papel clave en la llamada transición energética hacia una economía baja en carbono.

Yacimientos

El origen

Esta energía fósil se formó hace millones de años, tras depositarse capas y capas de materia orgánica entre los sedimentos del fondo de estuarios y pantanos, en un ambiente muy pobre en oxígeno. Estos sedimentos al mezclarse con partículas arenosas y arcillosas y con restos de organismos vegetales hizo que aumentaran la presión y la temperatura y se formó el gas natural.

Yacimientos

Los yacimientos

El gas natural que se creó, cuyas proporciones dependen de la temperatura y presión a la que estuvieran sometidos, ascendía rápidamente entre las capas de terreno permeable hasta que quedaba acumulado en lo que hoy llamamos yacimientos. Por tanto, los yacimientos de gas natural no son otra cosa que una acumulación de hidrocarburos, que pueden encontrarse saturando los poros o las fisuras de las rocas en las que se encuentran.

Para localizar los yacimientos se realizan perforaciones en las zonas en las que se presupone su existencia. Y posteriormente, se analiza la calidad y cantidad de gas natural que existe y su duración. Tras estos estudios se determina si se trata o no de una reserva probada. Debido al alto coste de estas prospecciones, no todos los yacimientos se convierten en reservas.

La mayoría de las reservas de gas natural que existen en el mundo se encuentran en Oriente Medio (42,5%). Según datos de 2016, existen en el mundo un total de más de 193 millones de metros cúbicos de esta energía fósil, cantidad suficiente para abastecer al mundo, a un ritmo como el de la década de 2000, durante más de 65 años. Y es aquí, en las reservas, donde comienza el recorrido del gas natural hasta los hogares.


Licuefaccion

Licuefacción/Transporte

¿Cómo se extrae el gas de estos yacimientos naturales? El proceso de extracción es muy parecido al del petróleo y su transporte se realiza mediante gasoductos que llevan el gas hasta su destino final o bien hasta las plantas de licuefacción. En estas infraestructuras el gas se transforma a estado líquido para reducir su volumen y, así, facilitar su almacenamiento y transporte en barcos metaneros hasta las plantas de regasificación, donde volverá a su estado gaseoso original.

El proceso de licuefacción consiste en comprimir y enfriar el gas a -162 grados centígrados hasta convertirlo en estado líquido.

La alternativa al petróleo para el transporte marítimo

El gas natural licuado o GNL cada vez tiene más aplicaciones e, incluso, se vislumbra como la alternativa al petróleo en el sector del transporte marítimo y terrestre, con una consiguiente reducción de emisiones, costes y de diversificación energética.

Es uno de los combustibles más respetuosos con el medio ambiente, porque genera alrededor de un 30% menos de emisiones de CO2 que el petróleo y sus derivados. Asimismo, contribuye a la reducción de las emisiones de óxidos de azufre (SOx), partículas (PM) y óxidos de nitrógeno (NOx).

Para promover el uso de este combustible alternativo para la movilidad en los barcos y en las zonas portuarias nació CORE LNGas Hive, cofinanciado por la Comisión Europea a través del mecanismo Conectar Europa (CEF). Este proyecto busca desarrollar una cadena logística integrada, segura y eficiente para el suministro del Gas Natural Licuado (GNL) como combustible en el sector del transporte, especialmente marítimo, en la Península Ibérica.

Este programa, liderado por Puertos del Estado y coordinado por Enagás, cuenta con 42 socios de España y Portugal, entre ellos ocho instituciones públicas, 13 autoridades portuarias y 21 socios industriales como navieras, operadores de GNL y proveedores de diferentes servicios dentro de la cadena de valor.

Con un presupuesto de 33,3 millones de euros -destinado a más de una veintena de iniciativas, desde estudios a proyectos piloto- tiene como objetivo identificar los estándares necesarios para un adecuado desarrollo del GNL como combustible. Esta iniciativa recibe la mitad del presupuesto (16,5 millones de euros) de fondos de la Comisión Europea.

El proyecto que se prolongará hasta 2020 incluye acciones específicas para adaptar la infraestructura y logística, y su desarrollo comercial para así poder ofrecer los servicios de abastecimiento de pequeña escala y de toma de combustible dentro de los puertos. Asimismo, diseñará barcazas de distribución en Barcelona y en el norte de España para usar este combustible limpio en barcos remolcadores, grúas portuarias y transporte terrestre.

Regasificacion

Vuelta al estado gaseoso

El gas licuado se transporta a las terminales de GNL, en las que vuelve a su estado gaseoso (regasificación), para luego incorporarse a los gasoductos de transporte y posterior distribución hasta el consumidor final, principalmente, para usos industriales, plantas de energía y demanda comercial y doméstica.

Las plantas de regasificación son una de las puertas de entrada al sistema gasista español y una plataforma para el mercado global. España es el país europeo con más terminales de GNL, por lo que posee uno de los suministros de gas natural más diversificados y seguros del mundo.

Estas terminales fueron inicialmente diseñadas para almacenar el gas natural licuado y regasificarlo para su inyección a la red de gasoductos. En la actualidad, estas plantas son multimodales ya que están preparadas también para prestar servicios logísticos que aportan valor añadido a la cadena del gas, como la recarga de buques y de cisternas.

En España, Enagás es la principal compañía de transporte, regasificación y almacenamiento de gas natural y el gestor técnico del Sistema Gasista. Tiene un total de ocho plantas de regasificación, seis de ellas repartidas en la geografía española: Barcelona, Huelva, Cartagena, El Musel (en Gijón), Sagunto y Bilbao. En las cuatro primeras Enagás es propietaria único y en las dos últimas es accionista mayoritaria. La compañía cuenta con otras dos plantas, una en Chile y otra en México.

¿Cómo funciona una terminal de GNL?

Tras la descarga o la carga del metanero a la planta, el gas se almacena en tanques de contención total, diseñados para condiciones criogénicas, a -160 º C de temperatura y presión ligeramente superior a la atmósfera. La regasificación se realiza en los vaporizadores, mediante un proceso físico en el que se emplea agua de mar para que alcance una temperatura superior a los 0 º C y vuelva a su estado gaseoso. Y, por último, se mide y se odoriza para que pueda ser detectado en caso de fuga –el gas es inodoro-. Ya terminado todos los procesos se inyecta en la red de gasoductos o se carga en camiones cisternas en forma de GNL.

Destino final

Hacia su destino final

El gas natural, tanto el transportado por gasoducto desde su origen como el que ha pasado por el proceso de regasificación, puede seguir dos caminos, bien la ruta hasta los hogares a través de los gasoductos o bien hasta los almacenamientos estratégicos que hay repartidos por el territorio español para responder a los picos de consumo.

En el segundo caso, la materia prima se almacena bajo tierra. Estas infraestructuras subterráneas, son clave en los sistemas energéticos, puesto que suponen un colchón de reservas estratégicas, garantizan el suministro y modulan las diferencias de consumo entre invierno y verano. En España, con la implantación de la normativa europea de balance, los almacenamientos subterráneos tienen además un papel relevante como herramienta a disposición de las comercializadoras para equilibrar su balance en la red de transporte.

Actualmente, existen 686 almacenamientos subterráneos en el mundo, incluido uno bajo el casco urbano de Berlín. En España se hallan tres almacenamientos operativos, gestionados por Enagás: Yela, ubicado en Guadalajara, Gaviota, en Bizkaia, y Serrablo, en Huesca.



Mapa de almacenamientos de gas natural en Europa

La ruta del gas

Este es el camino que recorre el gas natural desde que se extrae en los yacimientos hasta que llega a los hogares.

La ruta del gas