Empápate de Extremadura en un viaje por la naturaleza y el patrimonio

Piscinas naturales y gargantas en lugares de gran belleza, una bandera azul en una playa de agua dulce (Orellana la Vieja, pionera en España), embalses donde pescar y practicar deportes náuticos…



Extremadura es un destino que permite combinar escapadas a la naturaleza con visitas a pueblos con encanto



EXTREMADURA

un viaje por la

NATURALEZA

y el

PATRIMONIO


Con 1.500 kilómetros de costa interior, algo único en Europa occidental, y 52 zonas de baño naturales, como piscinas, gargantas y playas fluviales, Extremadura es un destino que permite combinar escapadas a la naturaleza, con visitas a pueblos con encanto y excelentes propuestas gastronómicas, en las que no pueden faltar el jamón ibérico de bellota, el cordero o los quesos Torta del Casar, La Serena e Ibores.



La mayoría de las zonas de baño se localizan en paisajes de ensueño del norte de Cáceres, en lugares como el Valle del Jerte, La Vera, Sierra de Gata, Las Hurdes, Valle del Ambroz, Plasencia, Campo Arañuelo y el Geoparque Mundial Villuercas Ibores Jara.



A un paso de las 40 piscinas naturales y gargantas cacereñas hay auténticas maravillas que merecen una visita, entre ellas, el Real Monasterio de Guadalupe (Patrimonio Mundial de la UNESCO), bellos pueblos de arquitectura popular, el Parque Nacional de Monfragüe, el Monasterio de Yuste (lugar de retiro del emperador Carlos V, declarado Real Sitio y Patrimonio Nacional y Europeo), cascadas espectaculares en Las Hurdes y el Jerte, y localidades llenas de historia, como Trujillo, Plasencia, Hervás o Jarandilla de la Vera.



Palabras como vela, piragüismo, windsurf, kitesurf, buceo o paddle surf riman con Extremadura, una región que acoge habitualmente competiciones de estos deportes náuticos y donde existe un buen número de aficionados. En el Valle del Jerte y La Vera se practica el descenso de barrancos, conocido localmente como “gargantismo” porque se realiza en las gargantas y los saltos de agua de ambas comarcas.



Playa y deportes náuticos en Badajoz

Más al sur, la provincia de Badajoz cuenta con 12 zonas de baño aptas en La Serena, La Siberia, Cheles, Mérida, Medellín, La Codosera y Orellana la Vieja, en cuyo embalse se sitúa una playa que por noveno año consecutivo ha conquistado una bandera azul por la calidad de su agua. Fue, de hecho, la primera playa de interior que obtuvo esta distinción en España, en 2010.



Aquí también encontramos propuestas interesantes para el verano, tales como el Festival de Teatro Clásico de Mérida. En 2018, la 64ª edición se desarrollará entre el 29 de junio y el 26 de agosto, presentando ocho obras teatrales y un espectáculo de danza española en el impresionante marco del Teatro Romano.

La provincia también destaca por sus numerosos pueblos y ciudades monumentales. Así, bien merecen una visita Jerez de los Caballeros, también llamada ‘la ciudad de las torres’, el centro artístico más importante del barroco de Extremadura; los majestuosos castillos de Alburquerque y Puebla de Alcocer; Llerena (la ‘pequeña Atenas de Extremadura’) y sus abundantes ejemplos de arte mudéjar; las plazas Grande y Chica de Zafra, en plena Vía de la Plata; o el monasterio de Tentudía, situado en el punto más alto de la provincia de Badajoz (1.100 metros).



El jamón y las cerezas, dos iconos extremeños

0tra propuesta turística que ofrece la región son safaris por la dehesa para conocer el origen y el proceso de elaboración del jamón. En todo el sur de Extremadura, de hecho, existe una interesante oferta de ocio relacionada con esta delicatessen: paseos a pie, a caballo y en bicicleta por el hábitat donde se cría el cerdo de raza ibérica, visitas a secaderos, degustaciones de jamón, cursos de iniciación al corte, tiendas gourmet y numerosas fiestas y eventos, como la Matanza Tradicional Extremeña y Feria del Embutido en Llerena, el Salón del Jamón Ibérico en Jerez de los Caballeros o el concurso de cortadores (agosto) y el Día del Jamón (principios de septiembre) en Monesterio, donde se ubica un museo temático.



La cereza del Jerte, otro icono de Extremadura, tiene también un gran atractivo turístico. En primavera, miles de visitantes acuden a la Fiesta del Cerezo en Flor, en Cáceres, y disfrutan de un valle teñido de blanco por la floración de más de un millón y medio de árboles. En verano, la fiesta de La Cerecera da vida a los pueblos del valle gracias a visitas a las cooperativas, mercados, rutas por el campo, tareas de recolección y menús elaborados con cerezas.



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